Arte, Folclore, Cultura y
Patrimonio
Introducción.
El arte es una característica claramente
humana pues somos nosotros quienes le damos esa dimensión etérea de su
capacidad estética, somos capaces de divinizarla o condenarla pues depende de
las emociones y sentimientos para reconocerla e identificarla como tal. El arte
emerge como producto de la imaginación de un mundo subalterno a nuestro estado
alterado de la realidad en la que somos capaces de refugiarnos en la intimidez
de nuestros pensamientos, sólo así escapamos a la razón y a la lógica de
definir lo indefinible ante la tarea imposible de coincidir en un concepto de
validez general. La falacia genética del concepto del arte insiste en que los intelectuales
se valen de banalidades para definirlo y valerse de casos en cada rincón en el
que toman como objeto el quehacer artístico del ser humano; sería como aplicar
la metodología científica para confirmar los orígenes míticos de los pueblos y
sus instituciones, cuando en realidad somos lo contrario, la sencillez de la
expectativa y el asombro para crear arte. Les tendremos que sugerir a los
intelectuales que esperamos más temprano que nunca, al menos un acercamiento
genológico de la verdad y la esencia sustancial del arte. "El arte
puede ser un instrumento de acción y penetración para la creación de nuevos
escenarios y discursos en favor de la reflexión, la crítica, la construcción de
memoria y la sensibilidad social" (Olaza, 2019). Con lo escrito por el
autor mencionado, creo que aún con esos otros vanos intentos tendremos la
impresión de que, aunque peligre el arte como tal no le afecta sustancialmente ni
mucho menos que pueda desaparecer.
Ha habido muchas
prácticas por acercar el arte al escrutinio de la ciencia cuando debería ser el
arte el que empodere a las ciencias. Bien dice el musicólogo Daniel Levitin “El
arte es la ciencia de la obsesión humana” (2010). La evolución de cada una
de ellas, arte y ciencia, tienen un origen común, la inspiración y la
creatividad, virtudes que no nada más enaltecen al ser humano, sino que le
brindan la posibilidad de cumplir un fin último en el bienestar espiritual (el
arte) y bienestar material (la ciencia) a lo que tanto aspiramos. Debemos, ante
el intento de conceptualizar alguna de las vertientes del conocimiento, caminar
sin perder la esencia de cada una de ellas. Bien dice el maestro Fernando
Quirós: “Los seres humanos somos creativos por naturaleza. Nuestra
inclinación a las artes, en cualquiera de sus manifestaciones, es algo que
llevamos como parte de nuestro ser y lo expresamos…”. (2024).
Mientras exista la
humanidad el arte no desaparecerá aun ante los embates de quienes intentan
institucionalizarlo bajo ciertos cánones como el “arte culto” o minimizarlo
como “artesanía” o producto de las masas; el primero se refiere a las prácticas
artísticas de un reducido grupo para el ámbito privado, en quienes se constituye
la institución moderna del arte. Ciertamente no hay espacio donde peligra más
el arte como tal que en este mundo de referencia donde la banalidad y la
riqueza atenta a la pureza del arte en favor del consumismo, la usura, la
evasión, aun así, es improbable que el arte desaparezca, claro que ciertas
actitudes como el institucionalismo del arte moderno que tiende a valorar
basura podría improvisar su extinción, más siendo la expresión más pura del ser
humano este se renovará y renacerá en virtud de su creacionismo. El arte es
cultura, sin él no se concibe, lo que lo hace único en una comunidad es el
folclore que a la vez se constituye en su patrimonio. “Amor al arte. Nuestras
acciones generan un movimiento que mueve a las masas, somos niños jugando en la
versión adulta”. (Rodríguez, Irene. 2024.)
1.
El Arte.
Etimológicamente, la palabra arte procede del
latín ars, artis, y del griego τέχνη (téchne), que significa
"técnica". (Significado de Arte (Qué es, Concepto y Definición”
(Wikipedia. 2022). Ambas se conjugan y son acciones que enaltecen al ser humano
por igual. Desde la creación de un instrumento para cazar, un carbón o tinte
vegetal para realizar trazos en las cuevas, movimientos corporales imitando la
naturaleza o simplemente las actividades para sobrevivir como guarecerse de las
inclemencias del tiempo, transformar los alimentos para que fueran digeribles,
superar los animales más fuertes para alimentarse o protegerse de ellos.
Celebrar, crear ritos, lenguajes, establecer comportamientos hacia la
colectividad. Toda acción de transformación de su entorno de los grupos humanos
en un territorio determinado en mayor o menor medida fue factor importante para
que esas técnicas empleadas se desarrollaran de manera distinta con respecto a
otros seres humanos. El arte como elemento de la cultura es así mismo un producto
vivo, en desarrollo, capaz de mutar y transformarse, con esta idea, los
conceptos particulares de una actividad artística pueden ampliarse o
desarrollarse desde diversas perspectivas.
Siendo el arte una
característica puramente humana nos ha acompañado desde la primera mirada al
espectáculo de la vida que la incipiente razón nos dio, un punto de vista
estético, religioso y cultural, sin la intimidad que conlleva estos conceptos
no se concibe el arte como es. A ninguno se nos escapa manifestarnos de alguna
manera nuestro carácter artístico. Somos capaces de recrear obras ajenas,
quizás no con las mismas herramientas, materiales o elementos, pero sí, desde
otra perspectiva artística; entonces se da un diálogo interno que sólo el arte
nos brinda como vocabulario común para comunicarnos, bien dice. El Arte
mismo... es un sentimiento sin explicación de vivir cada momento de la vida.”(Hernández,
2024).
Vemos el arte en
una imagen de un ser querido y en la mente bulle la poesía para brindar su
propia concepción de la belleza y de cómo la concebimos. Puede ser una foto, un
objeto, un paisaje, un niño…, es entonces que entablamos un diálogo poético,
una conversación con el lenguaje que sólo el arte es capaz de brindarnos. El
instante en que un nieto recién nacido nos mira por primera vez, las palabras
afloran para decirle:
Son tus ojos signos de luz pensante y quietos
descifrando el
ADN del torrente de tus venas
donde el alma se
afana en escudriñar serena
la emoción del
arte y del amor, sus secretos.
Caminos de la
vida y sus dispersos vericuetos
y que has de
trasgredir en pos de la profecía
cada fibra y
herencia sutil te lleva a los retos
vertidos en
lección, fe y esencia de la homilía.
Tienes la mirada
que ha de guiar el camino
ansias de saber y
que aviva tus dominios
el futuro cifrado,
el asombro en lo divino
que en cada acto afronta
a tus designios.
Habrá un porqué y
nos seguirá guiando
al camino del bien y la fe, nieto Alejandro.
La
inspiración es el producto de la imaginación, la creación y concreción de una
idea con el fin de manifestarse espiritualmente con un sentido de belleza,
regocijo, sentimientos y emociones; es la manera personal de concebir el mundo,
capturarlo y hacerlo propio, desde su percepción como pureza y la filosofía de
la vida; imprescindible el uso de la técnica para expresarlo de la manera más
fiel a lo imaginado. Es el medio de comunicación ideal entre el artista, el
arte-objeto comunicador de ideas y el observador, es una suerte de recreación
perpetua y en cuya interrelación se reconstruye el Arte así mismo, con una
enorme capacidad de resiliencia (Cfr. Beltrán, 2023).
El término bellas artes, cuyo objeto primordial es
la belleza, nace en contraposición a los oficios, la artesanía o las artes
aplicadas a la fabricación en serie por medio de la industrialización de
objetos utilitarios o representación de estilos o modas, en que el uso práctico
va por encima de la contemplación estética. Sin embargo, estas particularidades
se pierden cuando el arte decorativo o utilitario se reduce su producción y los
objetos se convierten en piezas de colección y extravagancia contemporáneas.
Así mismo, las obras artísticas de los orfebres se producen de tal manera que
su vastedad productiva les hace perder su singularidad y las vuelve ordinarias
y de menor valor. Las bellas artes cuyo fin es la belleza, actualmente no se
practica con límites estrictos de una actividad artística, estas se amalgaman en
una para mayor expresión de la belleza, la representación e interpretación de
la existencia desde un plano emotivo y contemplativo. “Las artes visuales
consideradas por medio de la percepción visual son la pintura, la fotografía,
el vídeo, el dibujo, y el grabado” (.
Otras clasificaciones a partir de su funcionalidad como decoración,
ornamento, moda, estilo. Huelga decir, que surgen clasificaciones relacionadas
con el arte principal que las une como la música, el teatro, la danza, la
literatura, fotografía, etc.
El Arte es emotivo, se inicia a partir de
experiencias propias, de sentimientos que emergen ante determinadas situaciones
de la vida. El arte no es solamente entretenimiento para los artistas y las
personas que lo observan y disfrutan, los primeros le dedican cuerpo y alma para
expresar su propia concepción de la belleza, los espectadores lo recrean a
través de la observación y lo que les gusta hacer y si este último es un poeta,
le inspira:
.
Marejada del pelo
en tarde bravía
confunde la faz
demorada umbría.
Sesgado el sol,
languidece triste
bocanada de luz
que poco insiste.
Tenue las olas
apacibles retraen
como caracolas
que la mar distrae.
Huellas del camino
que la imagen dolora
ante los recuerdos
del ayer y el ahora.
El arte es la capacidad de conservar nuestra
autonomía, ser únicos a nuestro alrededor, donde nuestras emociones y
sentimientos rinden tributo a la capacidad homeostática, nos mantiene en
equilibrio en los sentimientos y en nuestra cotidianidad, podemos encontrar esa
estabilidad emocional para sobrevivir en los avatares de la vida. Es a través
de esta forma de expresión que podemos satisfacer nuestras necesidades de
evasión y hallar un refugio en momentos de tensión o inquietud. Nos permite
hallar un equilibrio en nuestra cotidianidad, pero también en el ámbito del
arte podemos encontrar esa estabilidad emocional. El arte popular nos ofrece la
posibilidad de sumergirnos en distintos universos y explorar otras realidades,
es importante “su rol en la generación de estos recursos y capacidades”.
(Marín y Ruiz, 2024).
1.1.
¿Cómo creamos arte?
La creación artística
no es una suerte de contagio ni alguna influencia que podamos intuir en lo que
realizamos. Esta viene de una relación directa de nuestro organismo y la mente.
No es precisamente la representación del "Ser" sino de "nuestro
hacer" (Maturana, 2002), no basta decir soy poeta o un ser humano, es
necesario nuestro "hacer" sea este la relación de pensar, leer,
decir, llamar, observar, inspirarse y escribir lo que se convierte en lo
esencial de la mente la cual no se concibe sin nuestro cuerpo, pensar, hacer. La
poesía se arraiga desde nuestro actuar, nuestro decir la manera de percibir la
existencia; en ello radica la experiencia que nutre nuestra mente y las ideas. "Un
sentimiento sin explicación de vivir cada momento de la vida. El Arte mismo..."
( Hernández, Margabella, 7/17/2024). La concepción de arte y su enseñanza debe
implicar una comprensión de los procesos culturales (Torres y García.
2020) “de ciudadanización, colaboración y cogestión desde la comunidad” mucho más amplios para cada pueblo.
1.2. La literatura ¿Arte o representación?
La
escritura es el elemento fundamental de la expresión del ser humano desde que
ciertos dibujos adquieren la idea del signo, la señal, el símbolo, significados
que la mente convierte en significantes y le permiten expresar sus
sentimientos, emociones, ideas, para construir un mejor futuro. Así el Arte de
la escritura adquiere una función literaria comprensible para la mayoría que
como espectador es a su vez lector y cocreador de lo que lee. Expresa el
periodista cultural José de Jesús Jiménez: “El arte es el medio por el cual
quienes, dedicados al cultivo de disciplinas creativas, seleccionados por algún
insondable ente inspirador, expresan un mensaje a través del producto de su
trabajo, independientemente de las herramientas que utilice y la especialidad
que practique” (2023).
En la antigüedad, en un
primer intento de escritura se creó una forma de construcción a modo logográfico, es decir,
las palabras organizadas visualmente en alguna superficie. Se puede considerar
un primer momento en que el dibujo haya tenido una función didáctica más que
estética y lingüística, ya sea que el dibujo de la palabra fuera fundamental
para su aprendizaje y comprensión. (Juncosa y Socias. 2010), ellos expresan en
su artículo “Visión colectiva”, “la palabra y el dibujo, el arte en general,
ha evolucionado siempre en paralelo. Hasta considerarse el dibujo y la palabra como
dicotomías”. Todavía hoy se separan ambos estilos de comunicación por el
individualismo que aspira a representarse gráficamente, la debilidad del
lenguaje para expresar los sentimientos, por lo que la educación en las artes
se trata en la apreciación estética de íconos, figuras y dibujos. La literatura
se hermana a las demás expresiones artísticas, se comunica a través de una
dialéctica única en la que cada obra usa los elementos de lo que se vale en su
interacción.
En la literatura recurrimos a la parodia o repetición de estilos, formas, corrientes anteriores que a veces se quedan enraizadas en una comunidad, el ejemplo claro es que, en el Noroeste de México se amalgaman tradiciones estancadas o traídas de otros sitios rituales, lo mismo escuchamos con melancolía las baladas de los años 70 en inglés o versiones de las mismas en el español por grupos locales o, de aquellos intérpretes ajenos al lugar que desean encajar en el tiempo y espacio de la región fronteriza y que piensan asimilar, entonces sucede que las traducen o la llevan al ensayo “fronterizo” o la reciclan en alguna noveleta. La literatura lo mismo se expresa dentro del modernismo, la vanguardia o el eclecticismo, a veces con naturalidad que la fusiona como las obras que parodian o critican; así la literatura divaga entre la imitación freudiana, o con las ideas que impone el vocero mediático o institucional del momento, de donde nos hace dudar si formamos una característica transfronteriza sea esta una literatura de la violencia o una literatura más complaciente con el romanticismo o el postmodernismo y si alguna de ellas nos brinda una verdadera identidad literaria.
A una escultura de
las multiformes longitudes
que la curva abraza
son poemas que enlaza
la visión del dolor.
Ágil el dorso se ofrece al viento
mientras el pensamiento
lo toma, lo obstruye y destruye
con la virtud del candor.
El torcido torso
al fuego doblega
mientras la idea juega
en la mente del escultor.
Monta febril deseo
maravillado asombro
en el doblegado hombro
con el sutil arqueo
de hacer el amor.
En cuanto a la novela,
existe un intento a regresar a formas anteriores desde la histórica o el
posmodernismo, incluso escribir en “La Onda”. A veces, con la artimaña de
ubicarla en la “hipertextualidad” para, de cierta manera, apropiárnosla
formalmente, incluso mediante lo que llamamos “metaficción” que incorporan para
sí las perspectivas y características de la crítica. En cuanto a la literatura,
todavía se intenta crear un género enquistado en las realidades del tiempo
histórico y el espacio geográfico, siendo esta narrativa de una simple
narrativa (valga la redundancia), un espejo o una disquisición extraña que
pretende reflejar el interior del escritor, una especie de mise en abyme, reduplicación
de imágenes y conceptos referido al todo textual, un gran plagio universal al
que todos caemos.
1.3.
El arte y la psicología.
El proceso de creación artística visto desde
diferentes perspectivas, nos permite instalar una línea de estudio que nos ofrece analizar la relación que
existe entre la psicología y el arte, lo vemos en el desarrollo de diferentes
trabajos donde se encuentran elementos comunes a dichos procesos. En esta
intención se amplía el diálogo entre artistas e investigadores desde diferentes
ópticas de las ciencias sociales y la salud psíquica del ser humano; por cierto,
a la hora de buscar estudios sobre el tema son muy escasos, particularmente en
su relación psicométrica sobre la literatura y que nos guíen a una relación
cordial entre ambas disciplinas, literatura y psicología, es necesario crear
modelos de procesos de construcción de significados relacionados con el
psiquismo. Como expresa el maestro Javier Marín, “El arte es el
estímulo que genera la decodificación del mensaje que el mundo interior
transmite al mundo exterior, cada movimiento,
trazo, nota, palabra, gesticulación va cargada de una intención única que
revela la conexión del ser, estar y hacer” (2024). Tal parece que es
un reflejo de lo que sucede entre la psicología y el arte. Como una suerte de
tarea me obligo a investigar sobre la mutación de lo visible, el espacio
dialéctico del pensamiento visual, los bucles dialógicos entre el artista y el
observador, el espacio de instauración y el evento artístico, la analogía y la
relación del arte creativo con el psicoanálisis y la clínica del “no-discurso”
en el pensamiento contemporáneo (Marín García, Teresa. 2023).
Si desde la perspectiva de la psicología se considera a la creación artística como una manifestación psíquica, la interrogación de la psiquis puede hacerse en isomorfismos como en las ciencias sociales, comparando una investigación por otras al no encajar en algún aspecto o argumento relacionado, a partir de dos variantes: La diversidad (incluso, variedad y lo extraño del arte actual) y por otra parte, utilizando la propia variante en el sentido de lo que le es común a todas las obras, pero que al compartirla se reencuentre unida a las demás. Según este punto, el artista, que ha desarrollado el espectro de emociones propias, puede configurar las obras como expresión de dicha psiquis.
1.4.
El artista y el espectador.
Cada artista
construye sus parámetros de visibilidad y para ello se vale de lo que cree y
sabe, por su entorno como reflejo de su contexto sociocultural, esos aspectos
son los que lo identifican con el espectador, en tanto que el espectador recibe
lo visible del hacer del artista y esa acción sugiere variados condicionantes y
límites en la capacidad de cada uno para ver y pensar la realidad. Para ambos
protagonistas (o dispuesto a serlo), esa visibilidad no se limita a las
cualidades sensibles o físicas de lo que percibimos ver o de quien mira. Estos
aspectos no son fijos, sino que son susceptibles de permanente mutación
sometidos al devenir y su vinculación a los acontecimientos y nuevos descubrimientos, así es
que entre ambos se construye un entramado de relaciones interdependientes, un
ecosistema dinámico, “"...como un río sin aristas al
mar, sin puentes, siempre sumando ideologías posibles, aportando tiempos de
iris y retina, cumpliendo cada uno con su ciclo sociocultural para el avance
dentro de la conciencia humana”. (Picasso, 2024). En
ello influyen las “modas” del arte, el valor de las obras, las corrientes
artísticas que como vaivenes de la sociedad influyen en la apreciación estética
donde se ven involucrados tanto el artista como el espectador. El artista
plástico Víctor Amaya nos muestra la comunión que existe entre el artista y el
espectador e incluso va más allá al mostrar la sensibilidad de otra especie en
relación con el ser humano.
Al respecto podría decir que la validez de una obra depende de que, si su particularidad impone una norma, para establecer formas hegemónicas, estereotipos o clichés formales de interpretación. Recuerdo algunas épocas de guía en los museos de San Diego, California que para describir las obras europeas me basaba en un texto que impartía en la preparatoria abierta “Apreciación estética de la pintura” de donde tomaba datos, opiniones para explicar el significado y representación de las obras, criterios que por supuesto no podría aplicar a obras coetáneas y aledañas en mi entorno como la de los maestros Víctor Amaya, Rocío Hoffman, Fernando Picasso, participantes de extraordinaria calidad con artículos y opiniones para este estudio, su obras recientes distan mucho de ser analizadas desde una perspectiva anacrónica como las del museo mencionado.
1.5.
La danza.
La danza es sin duda una fuente inagotable de expresión de nuestras tradiciones autóctonas, algunas aceptadas y otras no, son la historia misma, la conservación de la comunicación oral, los relatos, el lenguaje, la música, las representaciones religiosas y de gestas, las festividades, el recuerdo de sus ancestros, su integración con su entorno y la naturaleza, su cosmogonía y religión, todo ello nos obliga a valernos de las virtudes de otras disciplinas artísticas para representarla. De la misma manera, en cada cultura particular, sus motivaciones y propósitos son distintos, así en la antigua cultura china, la danza es parte de las costumbres, los ritos, el folclor y lo religioso; en la Grecia clásica se relacionaban la danza con la astronomía, la poesía y las ceremonias dionisiacas y muchas otras. La danza mexica se denomina así a los rituales de movimientos corporales, adornos con plumas, simulación de guerras, victorias, conmemoración y recuerdos ancestrales. Cumple la función de comunicación y supervivencia protegidos por la “Tierra Madre”. Cada una de las danzas representativas de otras regiones tienen sus elementos particulares que la diferencian de las demás, de la misma manera se complementan con otras manifestaciones artísticas que le dan cierta particularidad.(Beltrán, 2022).
1.5.1. La danza nacional
Aunque desvirtuada en
su calendario ancestral por la usurpación de la onomástica cristiana y de otras
culturas, la danza de nuestro país ha alcanzado la categoría de danza nacional,
con la reunión de danzas regionales, populares y tradicionales conformadas en
la danza folclórica mexicana. De esta
manera la danza se nutre de los elementos de todas las culturas regionales
además del sincretismo religioso, cultural y artístico de las culturas
extraterritoriales; sin embargo, la han enriquecido y brindado personalidad
propia. Todas las danzas externas adaptadas en las comunidades destinatarias;
la técnica, el vestuario, la música, los lenguajes expresivos; las gestas
heroicas que nos dieron independencia y
particularidad como nación; el indigenismo postrevolucionario que alimentó las
ideas de integración de la cultura precolombina, donde se amalgaman las ideas y
tradiciones, han dado paso al reconocimiento de
nuestra danza folclórica mexicana que para nosotros nos enorgullecen y nos dan
identidad. Así mismo en las comunidades del Noroeste de México, como de Tecate,
“Pueblo mágico” Rosarito y Ensenada, donde se realizan danzas yumanas
que consideramos nuestras como la danza del borrego cimarrón; la música norteña,
el baile conocido como los calabaceados, bailes
irlandeses y polonesas,
valses y, bailes rusos; estos últimos de gran raigambre en la región montañosa del
norte de baja california donde se especializaron en la creación de los viñedos,
la comida rusa, las tradiciones y conmemoraciones de sus países de origen que ahora son nuestros.
El arte y la música.
El arte es ritmo,
melodía, emoción y armonía. Se conjuga con la vida porque es la única manera
que nos ligar a la naturaleza a la que pertenecemos; debemos segur las reglas
de la música en el respeto de todos los sonidos del universo y de los otros
como en un juego de los átomos que mágicamente toman su lugar en cada
recipiente y vacío para complementarse y transformarse. La naturaleza nos exige
silenciosamente esa armonía y nos transmite la energía necesaria para
comprender la creación que se da jugando a las matemáticas en la aplicación de
la regla de oro para enseñarnos lo que es bello y que veladamente esconde en
sus entrañas a Fibonacci y su regla de oro. El artista traza y no precisamente
un esbozo cualquiera en su obra, guía su mano a través de la proporción área
como una especie de mesianismo estético y si no lo seguimos con fidelidad
irrumpe en la inequidad y decepción como artista.
La armonía nos salva, a través de ella encontramos el rumbo de la
sinfonía de la vida, la secuencia didáctica para guiar al educando por los caminos
del arte. Las emociones de las obras de arte son la respuesta del sujeto a estas.
El arte isomórficamente refleja en configuración a la psique de este y a través
del comportamiento del aspecto semiótico de la creación y con la música se
acerca a la posibilidad de mostrar la interioridad psicológica. Solemos
compartir lo que creamos, tal vez con un dejo de egocentrismo perfumado de
generosidad, cualquiera que sea el motivo nos lleva a socializar lo que
significa dar y recibir parte de uno mismo por medio de los otros. Ser nosotros
mismos es encontrarnos, tal como promover a los artistas por el hecho de sus
obras o su comportamiento con los demás.
La música tiene una
fuerte influencia norteamericana obligados por la comercialización y atracción
en los bares y lugares de recreación mexicoamericana, los grupos de música de
canciones inglesas versionadas al español como las populares baladas americanas;
la conservación del bolero y el danzón con cantautores que han alcanzado
renombre en la frontera, el renacimiento del danzón por la promoción primero,
entre los clubes de la tercera edad auspiciados por los municipios y reforzados
por grupos de danzón con la musicalidad y creación maestros cubanos; existen
personajes que han sobrevivido al rock como Carlos Santana, Javier Bátiz, Jenny
Silva, y Roberto Hurtado; románticos a la hora de componer como Agustín
Sánchez, Raúl Barba, Maya Zamora y Saúl Barajas; recintos culturales y
musicales independientes como La Boheme y El Praga músicos que con la
dedicación que les obliga el oficio sus festivales se vuelven tradiciones en
nuestra comunidad.
Por medio de la observación del arte podemos elaborar respuestas a todo
aquello que nos sucede, bueno o malo y esto último lo podemos cambiar por medio
del arte; la felicidad compartida y las dificultades superadas las que en un
momento de descuido parecían insalvables, las soluciones aparecen como
estrategias de lo que somos y la manera positiva de cómo respondemos, todo ello
guardado en nuestra memoria emocional sin llegar a la conciencia. “El arte
es un reflejo de la realidad, un espejo en el que mirarnos y reconocer lo que
hemos sido, lo que somos y lo que podemos llegar a ser” (pascual, 2014).
El cuerpo está lleno de receptáculos regido por un órgano el cual guarda
alguna estrategia de sobrevivencia al igual que un armario de pinturas, barro, un
vestuario, un legajo de canciones olvidadas; motivos y energía para
reconstruirnos y representarnos. Las felicidades que hemos compartido, las
dificultades que hemos sabido superar y aquellas otras que aún nos parecen irresueltas.
Ser nosotros mismos es revisar nuestros entornos actuales y estar preparados
para el futuro.
2.
Cultura.
La cultura es considerada como un proceso de
creación y producción de los seres humanos durante el devenir histórico de una
comunidad la cual en su expansión geográfica va heredando una serie de valores,
costumbres, normas, creencias, hábitos que asimilan los aspectos estructurales
de toda actividad y al sistematizarse van creando las habilidades y las
condiciones que permiten su desarrollo.
Las primeras definiciones de la cultura se basan en el grado de
conocimientos de los elementos de la
cultura dominante por sobre las sociedades dominadas. La práctica y dominio de
las técnicas de producción de bienes materiales e inmateriales de la cultura
son aquellas instituidas por las sociedades dominantes durante siglos con un
concepto reduccionista basado en el hemisferio “occidental” indoeuropeo al
oeste del meridiano de Greenwich, en contraposición a las culturas “orientales”
del este del mundo conocido en la antigüedad. Sin embargo, en los últimos
tiempos se ha ido ampliando su definición desde una perspectiva incluyente
hacia toda manifestación del ser humano como una cultura producida por la
diversidad cultural de todos los pueblos del mundo (Equipo editorial, Etecé.
2022). En nuestra región noroccidental fue muy importante la inmigración de
europeos por los Estados Unidos quienes llegaron a poblar las regiones del
norte del México tomados por la fuerza y ofrecidos para los colonos del viejo
continente. Muchos de ellos al conocer la frontera sur y su gente optaron por
quedarse en nuestra región, de esa manera “grupos de familias venidas de
Europa, Estados Unidos y descendientes de españoles habitaron esta región con
costumbres muy arraigadas que integraron como parte de nuestra cultura
bajacaliforniana”.(Beltrán, 2022).
3.
Folclore.
El folclore es el conjunto de tradiciones,
costumbres, creencias y expresiones artísticas de un pueblo, “que se
transmiten de generación en generación a través de la oralidad, la música, la
danza, la artesanía y otras manifestaciones culturales” (Chiriboga et al. 2021),
se divide en tres ramas, el arte popular, la artesanía y las expresiones
culturales. Para llegar a una resolución del significado debemos analizar la
influencia del arte y la cultura en la creación y preservación del folclore y
patrimonio de los pueblos. “Abordar la importancia de las expresiones
artísticas y culturales” (Salido-López, 2024), en la identidad de las
comunidades; el papel fundamental que juega el arte y la cultura en la
formación de las tradiciones y el patrimonio de los pueblos, sean musicales,
artísticas visuales, audiovisuales e interdisciplinarias; “saber cuál es su
vocación de transcender, el poder de su promoción, la capacidad de admirar,
analizar críticamente y disfrutar de aquellas expresiones” (Beltrán, 2023).
El arte no se concibe si no se comparte lo que se expresa, si las
producciones artísticas se quedan en solitario no cumplen la función social de
convivir las emociones y sentimientos, no se da la sublime sensación de gozar
de las obras de otros artistas. Bien dice el maestro Fernando Quirós, que el
arte se produce “al interactuar con otros seres humanos, al formar grupos
sociales y ser parte de ello, se va conformando lo que llamamos arte y cultura
popular, sea en un país, en una región, en un poblado o en una comunidad. Así
aparece el arte popular”
Como propone el maestro
Fernando Picasso, que el arte es resultado de compartir entre dos sujetos lo
que se crea: “el artista y el espectador quienes no marcan sus límites, los
comparten, los analizan dentro del proceso creativo y el aporte de la crítica
interna de quién busca respuestas aportando un alivio para el artista dentro de
un ciclo llamado arte al que añadidas las tradiciones, el aspecto telúrico en
el que convergen se crea el folclore como resultado de compartir el arte en
sociedad, donde toda manifestación artística, científica, social, económica lleva en su esencia la creación y concreción
de una idea estética.
A través de la
historia, hemos visto cómo el arte siempre ha sido una herramienta para
relacionarnos de cierta manera con el entorno y cómo ha llegado a funcionar
socialmente como un reflejo de ciertos elementos, como lo es en la economía,
las clases sociales, la religión, entre otros. Todo esto sería una evidencia de
los diferentes elementos que nos aporta el encuadre histórico-cultural, el cual
es indispensable para tener un mayor conocimiento de las razones de lo que
venimos construyendo como sociedad. Sin duda alguna, todos y cada una de estas
partes del entorno que hemos mencionado se articulan en un lugar específico que,
en la convergencia e interrelación de cada una de ellas, nos mostrará
diferentes elementos, los cuales deberán ser reinterpretados de diferentes
maneras para asimilarlos en una expresión común.
3.1.
manifestaciones artísticas folclóricas.
"La rusticidad y la marca telúrica rural, en particular, se
constituían en señas de la estética de las manifestaciones folclóricas" (Dupey,
2008). El itinerario de actividades "folclóricas" incluye, además, un
conjunto de actividades culturales y sociales, como lo son la representación
teatral, las danzas mexicanas tradicionales, los bailes autóctonos de la región
o traídos de regiones lejanas; existen otras que ha sido guardadas celosamente
por las comunidades yumanas como la danza del borrego cimarrón y el ritual que
se realiza para lograr una buena caza y el alimento para su comunidad. “Las
Artes Folclóricas representan una acción colectiva y valores compartidos. El
uso de estas artes se arraiga en las cosas que más significan para las
comunidades de nuestros estudiantes en su vida y cultura escolares”. (Mark,
s/f).
4.
Patrimonio.
En principio, el patrimonio de un lugar,
comunidad, sociedad o nación es el conjunto de bienes materiales e inmateriales
(no se toma en cuenta en esta categoría aquello 'abstracto' presente como
escenario de otro bien patrimonial, o los bienes cuya 'figura' en el espacio no
responda a su valor particular interpretativo: archivos sonoros, grupos
electrógenos, etc.), espacialmente localizados, que responden a la necesidad de
expresión, afianzamiento, conservación y transmisión del ser cultural (Edensor, 2020), (Johnson et al., 2023),
(Milestone & Meyer, 2020) de una comunidad. En función del interés que
suscite su preservación, dichos bienes pueden ser declarados de interés
cultural, y contener diversos grados de protección.
A través de la historia, hemos visto cómo el arte siempre ha sido una
herramienta para relacionarnos de cierta manera con el entorno y cómo ha
llegado a funcionar socialmente como un reflejo de ciertos elementos, como lo
es la economía, las clases sociales, la religión, entre otros. Cuando
investigamos sobre el patrimonio cultural y leemos tantos artículos, tesis y
posiciones ontológicas debemos decidir cuál aspecto deseamos dilucidar. En
cuanto a la definición del patrimonio podríamos preguntarnos cuánto y en qué
medida la multiplicidad de prácticas artísticas (Crespo. 2020), contemporáneas
o tradicionales, (Rodríguez. 2022) contribuyen al nacimiento, desarrollo y
consolidación en las costumbres, aun así es de dudarse si cada periodo
mencionado ha concluido o está en construcción. Un ejemplo de ello nos lo da nuestro
propio entorno en la comunidad, en el barrio, colonia, parte de la ciudad, la
ciudad entera o la región a la que pertenecemos en alguna etapa de nuestras
vidas. Esas disciplinas como la música, la danza, las artesanías, los relatos,
la poesía, las conmemoraciones patronales, y toda actividad en la que repetimos
incansablemente los rituales que nos “”identifican”, podríamos decir que son y
no nuestro patrimonio.
Como comenté en el
párrafo anterior, en nuestro entorno, una región fronteriza con gran influencia
de las costumbres anglosajonas, pero rodeado de comunidades y pueblos autóctonos,
que, aunque venidos del norte y a través de un largo peregrinaje se ubicaron en
nuestra región los grupos yumanos, quienes vivieron sojuzgados por los
españoles y sometidos a la esclavitud, al fanatismo religioso y a las
costumbres europeas, particularmente ibéricas. Aun así, no olvidaron sus
diversas lenguas y tradiciones. Por otro lado, la influencia americana, el
comercio, la dinámica económica nos obliga a prácticas extranjeras como el
idioma, la música, la moda, los gustos, el consumismo, las fechas
conmemorativas, el racismo y el clasismo sajón. En cuanto a lo que consideramos
como tradiciones de la región son el subproducto de una colonia evangelizadora,
dominante y clasista la que nos divide en diversas comunidades. Le agregaría un
cuarto elemento, la migración perpetua de aquellos que van de paso a la Unión
americana y los que al no poder cruzar se quedan definitivamente; ellos, los
originarios de lugares remotos como África, Haitíֵ, China, Japón, Rusia,
Irlanda, Cuba, Centroamérica, Suramérica y Chiconcuac por decir algo, traen
consigo sus propias costumbres y se aferran a ellas a tal grado que las
integran al patrimonio cultural de la región.
Dicho lo anterior
podríamos preguntarnos, ¿cuándo ha ocurrido el nacimiento, desarrollo y
consolidación de nuestro patrimonio? “Todas las influencias mencionadas
desempeñan un papel fundamental en la (trans)formación del Folclore y
patrimonio” (Colombres, 2023), de nuestros pueblos, región o nación o del
espacio que consideremos como objeto de estudio.
En cuanto a la poesía española que hemos heredado como patrimonio nos preguntamos ¿cuál sería la tradición literaria de la región influida por el romanticismo europeo dominante durante la colonia y que se perpetuó hasta mediados del siglo XX. Algunos aspectos del realismo-naturalismo y el modernismo, estilos juglarescos venidos del centro de país quienes se sienten especiales a la hora de escribir poesía al carbón de la influencia del vanguardismo y postmodernismo. Se consideran patrimonio la representación de leyendas como La Faraona y la Reina Calafia. Muy cerca y en las entrañas de nuestra región se han rescatado leyendas, relatos, tradiciones mágicas y cosmogónicas de los yumanos integrados a nuestro patrimonio literario.
Me gustaría discutir el patrimonio histórico
de nuestra región en cuanto a las viejas historias del jesuita Francisco Javier
Clavijero quien sitúa en el plano humano a las comunidades yumanas ya que los
españoles los consideraban como animales carentes de alma, así es que sus
tradiciones y costumbres relacionadas con su entorno, la naturaleza, las
antiguas tradiciones traídas de Asia, la escasez de alimento los convertía en
inhumanos o como “obra del demonio”. Los grupos yumanos Paipái, cucapá, kiliwa,
kumiai y tipai, familia etnolingüística Yumana, más otros siete grupos
distribuidos en los Estados Unidos quienes conforman las comunidades
transfronterizas con derecho al cruce y estancia en ambos países (Instituto
Nacional de los Pueblos Indígenas, INPI) tienen sus tradiciones y que algunos
investigadores han reunido y asimilado en los grupos de danza regional. Según narra el misionero jesuita Clavijero, la
alimentación de los antiguos pueblos era costumbre cazar el borrego cimarrón al
que le trataban con respeto y agradecimiento por permitirles alimentarlos. De
nuestros pueblos ancestrales, mediante la investigación se rescató la tradición
de la danza del borrego cimarrón que hoy se considera patrimonio cultural de la
región. Todo esto sería una evidencia de los diferentes elementos que nos
aporta el encuadre histórico-cultural, el cual es indispensable para tener un
mayor conocimiento de las razones de lo que venimos construyendo como sociedad.
En nuestra región son
comunes las conmemoraciones chinas, principalmente en la región de Mexicali
donde tienen enorme presencia, cuya cultura y tradiciones se consideran
patrimonio de la región. En lo que concierne a las tradiciones españolas
sobresalen las impuestas por la jerarquía eclesiástica, ya disminuida por el
alejamiento de las mayorías al dominio de la religión y el fanatismo anacrónico
en la vida comunitaria, ante la diversidad de grupos provenientes de otras
regiones del mundo. Toda esa amalgama de tradiciones y arte particular de cada
comunidad desempeñan un papel fundamental en la formación del Folclore y Patrimonio
(Annecchiarico. 2023) de nuestro pueblo.
Entre todos estos
ejemplos, la elaboración de una obra artística más intencional y efectiva en
cuanto a la construcción de mundo sería la de la cultura popular, (Edensor, 2020) la cultura folclórica o la
cultura de los pueblos como conceptos universales. “El Arte es pasión,
dedicación y perseverancia, sin ellos el Artista no puede crear ni traspasar
fronteras de pensamientos y corazones humanos (Picasso, 2023). Pretendemos
saber cuál es su papel en general en el escenario musical, dancístico,
literario, teatral, filmográfico, específicamente en el contexto en el que nos
movemos. Considerando el pasado, tendrían que haber sido reflejo de su Ser y
origen común, de su carácter social que nos permita etiquetar colectividades en
una sola en función del repertorio particular que poseían y del aislamiento de
éstas: la pluralidad de los grupos humanos constata que sus respectivas
manifestaciones (música, danza, gestos, códigos sonoros) eran diferentes. En
ese devenir deberíamos tener la capacidad de tomar en cuenta el tiempo y
espacio específico para considerarlo como el patrimonio cultural de nuestra
región. Reconocer el arte folclórico de nuestro lugar donde se usan las lenguas
autóctonas y el español como idioma común, melodías, danzas y lenguajes sonoros
que no solamente identificarían nuestros lugares de origen respectivos y a la
vez, nos diferencian y alejan de cualquier otro.
A este respecto y por
tradición, nuestro patrimonio es una amalgama de sabores, sonidos, olores, cantos,
bailes, representaciones, artes plásticas y decorativas, tradiciones orales
chinas, yumanas, rusas, irlandesa, españolas, mexicoamericanas y nativas (si es
que las hay todavía, pues de los grupos originarios mencionados hay casos en
que solamente quedan dos o tres personas sin descendencia). Todas las
tradiciones de los que hoy convivimos integran nuestro patrimonio vivo y que aun
disemina a su paso un legado cultural y etnográfico con la representación de fiestas
y tradiciones, la artesanía popular ligada a la actividad, la gastronomía o la
tradición oral, en su conjunto se convierte en un patrimonio trashumante en la
baja California.
5.
Conclusión.
A través de la historia, hemos visto cómo el
arte siempre ha sido una herramienta para relacionarnos de cierta manera con el
entorno y cómo ha llegado a funcionar socialmente como un reflejo de ciertos
elementos, como lo es la economía, las clases sociales, la religión, entre
otros. Todo esto sería una evidencia de los diferentes elementos que nos aporta
el encuadre histórico-cultural, el cual es indispensable para tener un mayor
conocimiento de las razones de lo que venimos construyendo como sociedad. Sin duda
alguna, todos y cada una de estas partes del entorno que hemos mencionado se
articulan en un lugar específico que, en la convergencia e interrelación de
cada una de ellas, nos mostrará diferentes elementos, los cuales deberán ser
reinterpretados de diferentes maneras cuya base fundamental es el arte. “El
verdadero poder del arte reside en cada uno de nosotros y para ello, hay que
atreverse a ver más allá de lo aparente y establecido”. (Pascual, 2014). Haciendo
un repaso de los temas abordados podemos decir que tanto las artes como la
cultura se integran en nuestro folclore y todos ellos al patrimonio cultural.
En los últimos tiempos,
han surgido diferentes investigaciones también en el campo de las
intervenciones terapéuticas en contextos artísticos. Este tipo de
intervenciones son aquellas que tienen lugar en un contexto donde el arte está
presente y se utilizan de manera sistemática para alcanzar efectos en la salud
mental de los participantes. Sabemos que trabajar con los niños contándole historias
y ejercitando sus intereses artísticos nos revela mucho de lo que vive, goza y
sufre en esa etapa más vulnerable de su vida. Existen principalmente dos
grandes categorías de investigación que han surgido en este campo, las
intervenciones clínicas para tratar diferentes condiciones de salud mental y
las intervenciones preventivas en campos artísticos que se presentan en la literatura,
dibujo, pintura, representaciones son clasificadas como arteterapia. Sin duda
alguna, todos y cada una de estas partes del entorno que hemos mencionado se
articulan en un lugar específico que, en la convergencia e interrelación de
cada una de ellas, nos mostrará diferentes elementos, los cuales deberán ser
reinterpretados de diferentes maneras como patrimonio.
NOTA: Se autoriza el uso de este documento con fines educativos mediante
la referencia correspondiente a los colaboradores citados y al autor.
Beltrán, Guillermo. (2024). Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio. Asumo
A. C. Proyecto educativo sin fines de lucro. En:
https://www.academia.edu/122371361/Arte_Folclore_Cultura_y_Patrimonio
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