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viernes, 26 de julio de 2024

Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio

 


Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio

Introducción.

El arte es una característica claramente humana pues somos nosotros quienes le damos esa dimensión etérea de su capacidad estética, somos capaces de divinizarla o condenarla pues depende de las emociones y sentimientos para reconocerla e identificarla como tal. El arte emerge como producto de la imaginación de un mundo subalterno a nuestro estado alterado de la realidad en la que somos capaces de refugiarnos en la intimidez de nuestros pensamientos, sólo así escapamos a la razón y a la lógica de definir lo indefinible ante la tarea imposible de coincidir en un concepto de validez general. La falacia genética del concepto del arte insiste en que los intelectuales se valen de banalidades para definirlo y valerse de casos en cada rincón en el que toman como objeto el quehacer artístico del ser humano; sería como aplicar la metodología científica para confirmar los orígenes míticos de los pueblos y sus instituciones, cuando en realidad somos lo contrario, la sencillez de la expectativa y el asombro para crear arte. Les tendremos que sugerir a los intelectuales que esperamos más temprano que nunca, al menos un acercamiento genológico de la verdad y la esencia sustancial del arte. "El arte puede ser un instrumento de acción y penetración para la creación de nuevos escenarios y discursos en favor de la reflexión, la crítica, la construcción de memoria y la sensibilidad social" (Olaza, 2019). Con lo escrito por el autor mencionado, creo que aún con esos otros vanos intentos tendremos la impresión de que, aunque peligre el arte como tal no le afecta sustancialmente ni mucho menos que pueda desaparecer.

Ha habido muchas prácticas por acercar el arte al escrutinio de la ciencia cuando debería ser el arte el que empodere a las ciencias. Bien dice el musicólogo Daniel Levitin “El arte es la ciencia de la obsesión humana” (2010). La evolución de cada una de ellas, arte y ciencia, tienen un origen común, la inspiración y la creatividad, virtudes que no nada más enaltecen al ser humano, sino que le brindan la posibilidad de cumplir un fin último en el bienestar espiritual (el arte) y bienestar material (la ciencia) a lo que tanto aspiramos. Debemos, ante el intento de conceptualizar alguna de las vertientes del conocimiento, caminar sin perder la esencia de cada una de ellas. Bien dice el maestro Fernando Quirós: “Los seres humanos somos creativos por naturaleza. Nuestra inclinación a las artes, en cualquiera de sus manifestaciones, es algo que llevamos como parte de nuestro ser y lo expresamos…”. (2024).

Mientras exista la humanidad el arte no desaparecerá aun ante los embates de quienes intentan institucionalizarlo bajo ciertos cánones como el “arte culto” o minimizarlo como “artesanía” o producto de las masas; el primero se refiere a las prácticas artísticas de un reducido grupo para el ámbito privado, en quienes se constituye la institución moderna del arte. Ciertamente no hay espacio donde peligra más el arte como tal que en este mundo de referencia donde la banalidad y la riqueza atenta a la pureza del arte en favor del consumismo, la usura, la evasión, aun así, es improbable que el arte desaparezca, claro que ciertas actitudes como el institucionalismo del arte moderno que tiende a valorar basura podría improvisar su extinción, más siendo la expresión más pura del ser humano este se renovará y renacerá en virtud de su creacionismo. El arte es cultura, sin él no se concibe, lo que lo hace único en una comunidad es el folclore que a la vez se constituye en su patrimonio. “Amor al arte. Nuestras acciones generan un movimiento que mueve a las masas, somos niños jugando en la versión adulta”. (Rodríguez, Irene. 2024.)

1. El Arte.

Etimológicamente, la palabra arte procede del latín ars, artis, y del griego τέχνη (téchne), que significa "técnica". (Significado de Arte (Qué es, Concepto y Definición” (Wikipedia. 2022). Ambas se conjugan y son acciones que enaltecen al ser humano por igual. Desde la creación de un instrumento para cazar, un carbón o tinte vegetal para realizar trazos en las cuevas, movimientos corporales imitando la naturaleza o simplemente las actividades para sobrevivir como guarecerse de las inclemencias del tiempo, transformar los alimentos para que fueran digeribles, superar los animales más fuertes para alimentarse o protegerse de ellos. Celebrar, crear ritos, lenguajes, establecer comportamientos hacia la colectividad. Toda acción de transformación de su entorno de los grupos humanos en un territorio determinado en mayor o menor medida fue factor importante para que esas técnicas empleadas se desarrollaran de manera distinta con respecto a otros seres humanos. El arte como elemento de la cultura es así mismo un producto vivo, en desarrollo, capaz de mutar y transformarse, con esta idea, los conceptos particulares de una actividad artística pueden ampliarse o desarrollarse desde diversas perspectivas.

Siendo el arte una característica puramente humana nos ha acompañado desde la primera mirada al espectáculo de la vida que la incipiente razón nos dio, un punto de vista estético, religioso y cultural, sin la intimidad que conlleva estos conceptos no se concibe el arte como es. A ninguno se nos escapa manifestarnos de alguna manera nuestro carácter artístico. Somos capaces de recrear obras ajenas, quizás no con las mismas herramientas, materiales o elementos, pero sí, desde otra perspectiva artística; entonces se da un diálogo interno que sólo el arte nos brinda como vocabulario común para comunicarnos, bien dice. El Arte mismo... es un sentimiento sin explicación de vivir cada momento de la vida.”(Hernández, 2024).

Vemos el arte en una imagen de un ser querido y en la mente bulle la poesía para brindar su propia concepción de la belleza y de cómo la concebimos. Puede ser una foto, un objeto, un paisaje, un niño…, es entonces que entablamos un diálogo poético, una conversación con el lenguaje que sólo el arte es capaz de brindarnos. El instante en que un nieto recién nacido nos mira por primera vez, las palabras afloran para decirle:

Son tus ojos signos de luz pensante y quietos

descifrando el ADN del torrente de tus venas

donde el alma se afana en escudriñar serena

la emoción del arte y del amor,  sus secretos.

 

Caminos de la vida y sus dispersos vericuetos

y que has de trasgredir en pos de la profecía

cada fibra y herencia sutil te lleva a los retos

vertidos en lección, fe y esencia de la homilía.

 

Tienes la mirada que ha de guiar el camino

ansias de saber y que aviva tus dominios

el futuro cifrado, el asombro en lo divino

que en cada acto afronta a tus designios.

Habrá un porqué y nos seguirá guiando

al camino del bien y la fe, nieto Alejandro.

 La inspiración es el producto de la imaginación, la creación y concreción de una idea con el fin de manifestarse espiritualmente con un sentido de belleza, regocijo, sentimientos y emociones; es la manera personal de concebir el mundo, capturarlo y hacerlo propio, desde su percepción como pureza y la filosofía de la vida; imprescindible el uso de la técnica para expresarlo de la manera más fiel a lo imaginado. Es el medio de comunicación ideal entre el artista, el arte-objeto comunicador de ideas y el observador, es una suerte de recreación perpetua y en cuya interrelación se reconstruye el Arte así mismo, con una enorme capacidad de resiliencia (Cfr. Beltrán, 2023).

El término bellas artes, cuyo objeto primordial es la belleza, nace en contraposición a los oficios, la artesanía o las artes aplicadas a la fabricación en serie por medio de la industrialización de objetos utilitarios o representación de estilos o modas, en que el uso práctico va por encima de la contemplación estética. Sin embargo, estas particularidades se pierden cuando el arte decorativo o utilitario se reduce su producción y los objetos se convierten en piezas de colección y extravagancia contemporáneas. Así mismo, las obras artísticas de los orfebres se producen de tal manera que su vastedad productiva les hace perder su singularidad y las vuelve ordinarias y de menor valor. Las bellas artes cuyo fin es la belleza, actualmente no se practica con límites estrictos de una actividad artística, estas se amalgaman en una para mayor expresión de la belleza, la representación e interpretación de la existencia desde un plano emotivo y contemplativo. “Las artes visuales consideradas por medio de la percepción visual son la pintura, la fotografía, el vídeo, el dibujo, y el grabado” (Otras clasificaciones a partir de su funcionalidad como decoración, ornamento, moda, estilo. Huelga decir, que surgen clasificaciones relacionadas con el arte principal que las une como la música, el teatro, la danza, la literatura, fotografía, etc.

El Arte es emotivo, se inicia a partir de experiencias propias, de sentimientos que emergen ante determinadas situaciones de la vida. El arte no es solamente entretenimiento para los artistas y las personas que lo observan y disfrutan, los primeros le dedican cuerpo y alma para expresar su propia concepción de la belleza, los espectadores lo recrean a través de la observación y lo que les gusta hacer y si este último es un poeta, le inspira:   


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Marejada del pelo

en tarde bravía

confunde la faz

demorada umbría.

Sesgado el sol,

languidece triste

bocanada de luz

que poco insiste.

 

Tenue las olas

apacibles retraen

como caracolas

que la mar distrae.

Huellas del camino

que la imagen dolora

ante los recuerdos

del ayer y el ahora.

El arte es la capacidad de conservar nuestra autonomía, ser únicos a nuestro alrededor, donde nuestras emociones y sentimientos rinden tributo a la capacidad homeostática, nos mantiene en equilibrio en los sentimientos y en nuestra cotidianidad, podemos encontrar esa estabilidad emocional para sobrevivir en los avatares de la vida. Es a través de esta forma de expresión que podemos satisfacer nuestras necesidades de evasión y hallar un refugio en momentos de tensión o inquietud. Nos permite hallar un equilibrio en nuestra cotidianidad, pero también en el ámbito del arte podemos encontrar esa estabilidad emocional. El arte popular nos ofrece la posibilidad de sumergirnos en distintos universos y explorar otras realidades, es importante “su rol en la generación de estos recursos y capacidades”. (Marín y Ruiz, 2024).

1.1.    ¿Cómo creamos arte?

La creación artística no es una suerte de contagio ni alguna influencia que podamos intuir en lo que realizamos. Esta viene de una relación directa de nuestro organismo y la mente. No es precisamente la representación del "Ser" sino de "nuestro hacer" (Maturana, 2002), no basta decir soy poeta o un ser humano, es necesario nuestro "hacer" sea este la relación de pensar, leer, decir, llamar, observar, inspirarse y escribir lo que se convierte en lo esencial de la mente la cual no se concibe sin nuestro cuerpo, pensar, hacer. La poesía se arraiga desde nuestro actuar, nuestro decir la manera de percibir la existencia; en ello radica la experiencia que nutre nuestra mente y las ideas. "Un sentimiento sin explicación de vivir cada momento de la vida. El Arte mismo..." ( Hernández, Margabella, 7/17/2024). La concepción de arte y su enseñanza debe implicar una comprensión de los procesos culturales (Torres y García. 2020) “de ciudadanización, colaboración y cogestión desde la comunidad”  mucho más amplios para cada pueblo.

1.2.    La literatura ¿Arte o representación?

La escritura es el elemento fundamental de la expresión del ser humano desde que ciertos dibujos adquieren la idea del signo, la señal, el símbolo, significados que la mente convierte en significantes y le permiten expresar sus sentimientos, emociones, ideas, para construir un mejor futuro. Así el Arte de la escritura adquiere una función literaria comprensible para la mayoría que como espectador es a su vez lector y cocreador de lo que lee. Expresa el periodista cultural José de Jesús Jiménez: “El arte es el medio por el cual quienes, dedicados al cultivo de disciplinas creativas, seleccionados por algún insondable ente inspirador, expresan un mensaje a través del producto de su trabajo, independientemente de las herramientas que utilice y la especialidad que practique” (2023).

En la antigüedad, en un primer intento de escritura se creó una forma de construcción a modo logográfico, es decir, las palabras organizadas visualmente en alguna superficie. Se puede considerar un primer momento en que el dibujo haya tenido una función didáctica más que estética y lingüística, ya sea que el dibujo de la palabra fuera fundamental para su aprendizaje y comprensión. (Juncosa y Socias. 2010), ellos expresan en su artículo “Visión colectiva”, “la palabra y el dibujo, el arte en general, ha evolucionado siempre en paralelo. Hasta considerarse el dibujo y la palabra como dicotomías”. Todavía hoy se separan ambos estilos de comunicación por el individualismo que aspira a representarse gráficamente, la debilidad del lenguaje para expresar los sentimientos, por lo que la educación en las artes se trata en la apreciación estética de íconos, figuras y dibujos. La literatura se hermana a las demás expresiones artísticas, se comunica a través de una dialéctica única en la que cada obra usa los elementos de lo que se vale en su interacción.

En la literatura recurrimos a la parodia o repetición de estilos, formas, corrientes anteriores que a veces se quedan enraizadas en una comunidad, el ejemplo claro es que, en el Noroeste de México se amalgaman tradiciones estancadas o traídas de otros sitios rituales, lo mismo escuchamos con melancolía las baladas de los años 70 en inglés o versiones de las mismas en el español por grupos locales o, de aquellos intérpretes ajenos al lugar que desean encajar en el tiempo y espacio de la región fronteriza y que piensan asimilar, entonces sucede que las traducen o la llevan al ensayo “fronterizo” o la reciclan en alguna noveleta. La literatura lo mismo se expresa dentro del modernismo, la vanguardia o el eclecticismo, a veces con naturalidad que la fusiona como las obras que parodian o critican; así la literatura divaga entre la imitación freudiana, o con las ideas que impone el vocero mediático o institucional del momento, de donde nos hace dudar si formamos una característica transfronteriza sea esta una literatura de la violencia o una literatura más complaciente con el romanticismo o el postmodernismo y si alguna de ellas nos brinda una verdadera identidad literaria.

A una escultura de

Fernando Picasso

las multiformes longitudes

que la curva abraza

son poemas que enlaza

la visión del dolor.

Ágil el dorso se ofrece al viento

mientras el pensamiento

lo toma, lo obstruye y destruye

con la virtud del candor.

El torcido torso

al fuego doblega

mientras la idea juega

en la mente del escultor.

Monta febril deseo

maravillado asombro

en el doblegado hombro

con el sutil arqueo

de hacer el amor.

En cuanto a la novela, existe un intento a regresar a formas anteriores desde la histórica o el posmodernismo, incluso escribir en “La Onda”. A veces, con la artimaña de ubicarla en la hipertextualidad” para, de cierta manera, apropiárnosla formalmente, incluso mediante lo que llamamos “metaficción” que incorporan para sí las perspectivas y características de la crítica. En cuanto a la literatura, todavía se intenta crear un género enquistado en las realidades del tiempo histórico y el espacio geográfico, siendo esta narrativa de una simple narrativa (valga la redundancia), un espejo o una disquisición extraña que pretende reflejar el interior del escritor, una especie de mise en abyme, reduplicación de imágenes y conceptos referido al todo textual, un gran plagio universal al que todos caemos.

1.3.    El arte y la psicología.

El proceso de creación artística visto desde diferentes perspectivas, nos permite instalar una línea de estudio que nos ofrece analizar la relación que existe entre la psicología y el arte, lo vemos en el desarrollo de diferentes trabajos donde se encuentran elementos comunes a dichos procesos. En esta intención se amplía el diálogo entre artistas e investigadores desde diferentes ópticas de las ciencias sociales y la salud psíquica del ser humano; por cierto, a la hora de buscar estudios sobre el tema son muy escasos, particularmente en su relación psicométrica sobre la literatura y que nos guíen a una relación cordial entre ambas disciplinas, literatura y psicología, es necesario crear modelos de procesos de construcción de significados relacionados con el psiquismo. Como expresa el maestro Javier Marín, “El arte es el estímulo que genera la decodificación del mensaje que el mundo interior transmite al mundo exterior, cada movimiento, trazo, nota, palabra, gesticulación va cargada de una intención única que revela la conexión del ser, estar y hacer” (2024). Tal parece que es un reflejo de lo que sucede entre la psicología y el arte. Como una suerte de tarea me obligo a investigar sobre la mutación de lo visible, el espacio dialéctico del pensamiento visual, los bucles dialógicos entre el artista y el observador, el espacio de instauración y el evento artístico, la analogía y la relación del arte creativo con el psicoanálisis y la clínica del “no-discurso” en el pensamiento contemporáneo (Marín García, Teresa. 2023).

Si desde la perspectiva de la psicología se considera a la creación artística como una manifestación psíquica, la interrogación de la psiquis puede hacerse en isomorfismos como en las ciencias sociales, comparando una investigación por otras al no encajar en algún aspecto o argumento relacionado, a partir de dos variantes: La diversidad (incluso, variedad y lo extraño del arte actual) y por otra parte, utilizando la propia variante en el sentido de lo que le es común a todas las obras, pero que al compartirla se reencuentre unida a las demás. Según este punto, el artista, que ha desarrollado el espectro de emociones propias, puede configurar las obras como expresión de dicha psiquis.

1.4.    El artista y el espectador.

Cada artista construye sus parámetros de visibilidad y para ello se vale de lo que cree y sabe, por su entorno como reflejo de su contexto sociocultural, esos aspectos son los que lo identifican con el espectador, en tanto que el espectador recibe lo visible del hacer del artista y esa acción sugiere variados condicionantes y límites en la capacidad de cada uno para ver y pensar la realidad. Para ambos protagonistas (o dispuesto a serlo), esa visibilidad no se limita a las cualidades sensibles o físicas de lo que percibimos ver o de quien mira. Estos aspectos no son fijos, sino que son susceptibles de permanente mutación sometidos al devenir y su vinculación a los acontecimientos y nuevos descubrimientos, así es que entre ambos se construye un entramado de relaciones interdependientes, un ecosistema dinámico, “"...como un río sin aristas al mar, sin puentes, siempre sumando ideologías posibles, aportando tiempos de iris y retina, cumpliendo cada uno con su ciclo sociocultural para el avance dentro de la conciencia humana”. (Picasso, 2024). En ello influyen las “modas” del arte, el valor de las obras, las corrientes artísticas que como vaivenes de la sociedad influyen en la apreciación estética donde se ven involucrados tanto el artista como el espectador. El artista plástico Víctor Amaya nos muestra la comunión que existe entre el artista y el espectador e incluso va más allá al mostrar la sensibilidad de otra especie en relación con el ser humano.

Al respecto podría decir que la validez de una obra depende de que, si su particularidad impone una norma, para establecer formas hegemónicas, estereotipos o clichés formales de interpretación. Recuerdo algunas épocas de guía en los museos de San Diego, California que para describir las obras europeas me basaba en un texto que impartía en la preparatoria abierta “Apreciación estética de la pintura” de donde tomaba datos, opiniones para explicar el significado y representación de las obras, criterios que por supuesto no podría aplicar a obras coetáneas y aledañas en mi entorno como la de los maestros Víctor Amaya, Rocío Hoffman, Fernando Picasso, participantes de extraordinaria calidad con artículos y opiniones para este estudio, su obras recientes distan mucho de ser analizadas desde una perspectiva anacrónica como las del museo mencionado.

1.5.    La danza.

La danza es sin duda una fuente inagotable de expresión de nuestras tradiciones autóctonas, algunas aceptadas y otras no, son la historia misma, la conservación de la comunicación oral, los relatos, el lenguaje, la música, las representaciones religiosas y de gestas, las festividades, el recuerdo de sus ancestros, su integración con su entorno y la naturaleza, su cosmogonía y religión, todo ello nos obliga a valernos de las virtudes de otras disciplinas artísticas para representarla. De la misma manera, en cada cultura particular, sus motivaciones y propósitos son distintos, así en la antigua cultura china, la danza es parte de las costumbres, los ritos, el folclor y lo religioso; en la Grecia clásica se relacionaban la danza con la astronomía, la poesía y las ceremonias dionisiacas y muchas otras. La danza mexica se denomina así a los rituales de movimientos corporales, adornos con plumas, simulación de guerras, victorias, conmemoración y recuerdos ancestrales. Cumple la función de comunicación y supervivencia protegidos por la “Tierra Madre”. Cada una de las danzas representativas de otras regiones tienen sus elementos particulares que la diferencian de las demás, de la misma manera se complementan con otras manifestaciones artísticas que le dan cierta particularidad.(Beltrán, 2022).

1.5.1.       La danza nacional

Aunque desvirtuada en su calendario ancestral por la usurpación de la onomástica cristiana y de otras culturas, la danza de nuestro país ha alcanzado la categoría de danza nacional, con la reunión de danzas regionales, populares y tradicionales conformadas en la danza folclórica mexicana.   De esta manera la danza se nutre de los elementos de todas las culturas regionales además del sincretismo religioso, cultural y artístico de las culturas extraterritoriales; sin embargo, la han enriquecido y brindado personalidad propia. Todas las danzas externas adaptadas en las comunidades destinatarias; la técnica, el vestuario, la música, los lenguajes expresivos; las gestas heroicas que nos dieron independencia y particularidad como nación; el indigenismo postrevolucionario que alimentó las ideas de integración de la cultura precolombina, donde se amalgaman las ideas y tradiciones, han dado paso al reconocimiento de nuestra danza folclórica mexicana que para nosotros nos enorgullecen y nos dan identidad. Así mismo en las comunidades del Noroeste de México, como de Tecate, “Pueblo mágico” Rosarito y Ensenada, donde se realizan danzas yumanas que consideramos nuestras como la danza del borrego cimarrón; la música norteña, el baile conocido como los calabaceados, bailes
irlandeses y polonesas, valses y, bailes rusos; estos últimos de gran raigambre en la región montañosa del norte de baja california donde se especializaron en la creación de los viñedos, la comida rusa, las tradiciones y conmemoraciones de sus países de origen que ahora son nuestros.

El arte y la música.


El arte es ritmo, melodía, emoción y armonía. Se conjuga con la vida porque es la única manera que nos ligar a la naturaleza a la que pertenecemos; debemos segur las reglas de la música en el respeto de todos los sonidos del universo y de los otros como en un juego de los átomos que mágicamente toman su lugar en cada recipiente y vacío para complementarse y transformarse. La naturaleza nos exige silenciosamente esa armonía y nos transmite la energía necesaria para comprender la creación que se da jugando a las matemáticas en la aplicación de la regla de oro para enseñarnos lo que es bello y que veladamente esconde en sus entrañas a Fibonacci y su regla de oro. El artista traza y no precisamente un esbozo cualquiera en su obra, guía su mano a través de la proporción área como una especie de mesianismo estético y si no lo seguimos con fidelidad irrumpe en la inequidad y decepción como artista.

La armonía nos salva, a través de ella encontramos el rumbo de la sinfonía de la vida, la secuencia didáctica para guiar al educando por los caminos del arte. Las emociones de las obras de arte son la respuesta del sujeto a estas. El arte isomórficamente refleja en configuración a la psique de este y a través del comportamiento del aspecto semiótico de la creación y con la música se acerca a la posibilidad de mostrar la interioridad psicológica. Solemos compartir lo que creamos, tal vez con un dejo de egocentrismo perfumado de generosidad, cualquiera que sea el motivo nos lleva a socializar lo que significa dar y recibir parte de uno mismo por medio de los otros. Ser nosotros mismos es encontrarnos, tal como promover a los artistas por el hecho de sus obras o su comportamiento con los demás.

La música tiene una fuerte influencia norteamericana obligados por la comercialización y atracción en los bares y lugares de recreación mexicoamericana, los grupos de música de canciones inglesas versionadas al español como las populares baladas americanas; la conservación del bolero y el danzón con cantautores que han alcanzado renombre en la frontera, el renacimiento del danzón por la promoción primero, entre los clubes de la tercera edad auspiciados por los municipios y reforzados por grupos de danzón con la musicalidad y creación maestros cubanos; existen personajes que han sobrevivido al rock como Carlos Santana, Javier Bátiz, Jenny Silva, y Roberto Hurtado; románticos a la hora de componer como Agustín Sánchez, Raúl Barba, Maya Zamora y Saúl Barajas; recintos culturales y musicales independientes como La Boheme y El Praga músicos que con la dedicación que les obliga el oficio sus festivales se vuelven tradiciones en nuestra comunidad. 

Por medio de la observación del arte podemos elaborar respuestas a todo aquello que nos sucede, bueno o malo y esto último lo podemos cambiar por medio del arte; la felicidad compartida y las dificultades superadas las que en un momento de descuido parecían insalvables, las soluciones aparecen como estrategias de lo que somos y la manera positiva de cómo respondemos, todo ello guardado en nuestra memoria emocional sin llegar a la conciencia. “El arte es un reflejo de la realidad, un espejo en el que mirarnos y reconocer lo que hemos sido, lo que somos y lo que podemos llegar a ser” (pascual, 2014). El cuerpo está lleno de receptáculos regido por un órgano el cual guarda alguna estrategia de sobrevivencia al igual que un armario de pinturas, barro, un vestuario, un legajo de canciones olvidadas; motivos y energía para reconstruirnos y representarnos. Las felicidades que hemos compartido, las dificultades que hemos sabido superar y aquellas otras que aún nos parecen irresueltas. Ser nosotros mismos es revisar nuestros entornos actuales y estar preparados para el futuro.

2. Cultura.

La cultura es considerada como un proceso de creación y producción de los seres humanos durante el devenir histórico de una comunidad la cual en su expansión geográfica va heredando una serie de valores, costumbres, normas, creencias, hábitos que asimilan los aspectos estructurales de toda actividad y al sistematizarse van creando las habilidades y las condiciones que permiten su desarrollo.

Las primeras definiciones de la cultura se basan en el grado de conocimientos de los elementos de la cultura dominante por sobre las sociedades dominadas. La práctica y dominio de las técnicas de producción de bienes materiales e inmateriales de la cultura son aquellas instituidas por las sociedades dominantes durante siglos con un concepto reduccionista basado en el hemisferio “occidental” indoeuropeo al oeste del meridiano de Greenwich, en contraposición a las culturas “orientales” del este del mundo conocido en la antigüedad. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha ido ampliando su definición desde una perspectiva incluyente hacia toda manifestación del ser humano como una cultura producida por la diversidad cultural de todos los pueblos del mundo (Equipo editorial, Etecé. 2022). En nuestra región noroccidental fue muy importante la inmigración de europeos por los Estados Unidos quienes llegaron a poblar las regiones del norte del México tomados por la fuerza y ofrecidos para los colonos del viejo continente. Muchos de ellos al conocer la frontera sur y su gente optaron por quedarse en nuestra región, de esa manera “grupos de familias venidas de Europa, Estados Unidos y descendientes de españoles habitaron esta región con costumbres muy arraigadas que integraron como parte de nuestra cultura bajacaliforniana”.(Beltrán, 2022).

3. Folclore.

El folclore es el conjunto de tradiciones, costumbres, creencias y expresiones artísticas de un pueblo, “que se transmiten de generación en generación a través de la oralidad, la música, la danza, la artesanía y otras manifestaciones culturales” (Chiriboga et al. 2021), se divide en tres ramas, el arte popular, la artesanía y las expresiones culturales. Para llegar a una resolución del significado debemos analizar la influencia del arte y la cultura en la creación y preservación del folclore y patrimonio de los pueblos. “Abordar la importancia de las expresiones artísticas y culturales” (Salido-López, 2024), en la identidad de las comunidades; el papel fundamental que juega el arte y la cultura en la formación de las tradiciones y el patrimonio de los pueblos, sean musicales, artísticas visuales, audiovisuales e interdisciplinarias; “saber cuál es su vocación de transcender, el poder de su promoción, la capacidad de admirar, analizar críticamente y disfrutar de aquellas expresiones” (Beltrán, 2023).

El arte no se concibe si no se comparte lo que se expresa, si las producciones artísticas se quedan en solitario no cumplen la función social de convivir las emociones y sentimientos, no se da la sublime sensación de gozar de las obras de otros artistas. Bien dice el maestro Fernando Quirós, que el arte se produce “al interactuar con otros seres humanos, al formar grupos sociales y ser parte de ello, se va conformando lo que llamamos arte y cultura popular, sea en un país, en una región, en un poblado o en una comunidad. Así aparece el arte popular”

Como propone el maestro Fernando Picasso, que el arte es resultado de compartir entre dos sujetos lo que se crea: “el artista y el espectador quienes no marcan sus límites, los comparten, los analizan dentro del proceso creativo y el aporte de la crítica interna de quién busca respuestas aportando un alivio para el artista dentro de un ciclo llamado arte al que añadidas las tradiciones, el aspecto telúrico en el que convergen se crea el folclore como resultado de compartir el arte en sociedad, donde toda manifestación artística, científica, social, económica  lleva en su esencia la creación y concreción de una idea estética.

A través de la historia, hemos visto cómo el arte siempre ha sido una herramienta para relacionarnos de cierta manera con el entorno y cómo ha llegado a funcionar socialmente como un reflejo de ciertos elementos, como lo es en la economía, las clases sociales, la religión, entre otros. Todo esto sería una evidencia de los diferentes elementos que nos aporta el encuadre histórico-cultural, el cual es indispensable para tener un mayor conocimiento de las razones de lo que venimos construyendo como sociedad. Sin duda alguna, todos y cada una de estas partes del entorno que hemos mencionado se articulan en un lugar específico que, en la convergencia e interrelación de cada una de ellas, nos mostrará diferentes elementos, los cuales deberán ser reinterpretados de diferentes maneras para asimilarlos en una expresión común.

3.1.    manifestaciones artísticas folclóricas.


"La rusticidad y la marca telúrica rural, en particular, se constituían en señas de la estética de las manifestaciones folclóricas" (Dupey, 2008). El itinerario de actividades "folclóricas" incluye, además, un conjunto de actividades culturales y sociales, como lo son la representación teatral, las danzas mexicanas tradicionales, los bailes autóctonos de la región o traídos de regiones lejanas; existen otras que ha sido guardadas celosamente por las comunidades yumanas como la danza del borrego cimarrón y el ritual que se realiza para lograr una buena caza y el alimento para su comunidad. “Las Artes Folclóricas representan una acción colectiva y valores compartidos. El uso de estas artes se arraiga en las cosas que más significan para las comunidades de nuestros estudiantes en su vida y cultura escolares”. (Mark, s/f).

4. Patrimonio.

En principio, el patrimonio de un lugar, comunidad, sociedad o nación es el conjunto de bienes materiales e inmateriales (no se toma en cuenta en esta categoría aquello 'abstracto' presente como escenario de otro bien patrimonial, o los bienes cuya 'figura' en el espacio no responda a su valor particular interpretativo: archivos sonoros, grupos electrógenos, etc.), espacialmente localizados, que responden a la necesidad de expresión, afianzamiento, conservación y transmisión del ser cultural  (Edensor, 2020), (Johnson et al., 2023), (Milestone & Meyer, 2020) de una comunidad. En función del interés que suscite su preservación, dichos bienes pueden ser declarados de interés cultural, y contener diversos grados de protección.

A través de la historia, hemos visto cómo el arte siempre ha sido una herramienta para relacionarnos de cierta manera con el entorno y cómo ha llegado a funcionar socialmente como un reflejo de ciertos elementos, como lo es la economía, las clases sociales, la religión, entre otros. Cuando investigamos sobre el patrimonio cultural y leemos tantos artículos, tesis y posiciones ontológicas debemos decidir cuál aspecto deseamos dilucidar. En cuanto a la definición del patrimonio podríamos preguntarnos cuánto y en qué medida la multiplicidad de prácticas artísticas (Crespo. 2020), contemporáneas o tradicionales, (Rodríguez. 2022) contribuyen al nacimiento, desarrollo y consolidación en las costumbres, aun así es de dudarse si cada periodo mencionado ha concluido o está en construcción. Un ejemplo de ello nos lo da nuestro propio entorno en la comunidad, en el barrio, colonia, parte de la ciudad, la ciudad entera o la región a la que pertenecemos en alguna etapa de nuestras vidas. Esas disciplinas como la música, la danza, las artesanías, los relatos, la poesía, las conmemoraciones patronales, y toda actividad en la que repetimos incansablemente los rituales que nos “”identifican”, podríamos decir que son y no nuestro patrimonio.

Como comenté en el párrafo anterior, en nuestro entorno, una región fronteriza con gran influencia de las costumbres anglosajonas, pero rodeado de comunidades y pueblos autóctonos, que, aunque venidos del norte y a través de un largo peregrinaje se ubicaron en nuestra región los grupos yumanos, quienes vivieron sojuzgados por los españoles y sometidos a la esclavitud, al fanatismo religioso y a las costumbres europeas, particularmente ibéricas. Aun así, no olvidaron sus diversas lenguas y tradiciones. Por otro lado, la influencia americana, el comercio, la dinámica económica nos obliga a prácticas extranjeras como el idioma, la música, la moda, los gustos, el consumismo, las fechas conmemorativas, el racismo y el clasismo sajón. En cuanto a lo que consideramos como tradiciones de la región son el subproducto de una colonia evangelizadora, dominante y clasista la que nos divide en diversas comunidades. Le agregaría un cuarto elemento, la migración perpetua de aquellos que van de paso a la Unión americana y los que al no poder cruzar se quedan definitivamente; ellos, los originarios de lugares remotos como África, Haitíֵ, China, Japón, Rusia, Irlanda, Cuba, Centroamérica, Suramérica y Chiconcuac por decir algo, traen consigo sus propias costumbres y se aferran a ellas a tal grado que las integran al patrimonio cultural de la región.

Dicho lo anterior podríamos preguntarnos, ¿cuándo ha ocurrido el nacimiento, desarrollo y consolidación de nuestro patrimonio? “Todas las influencias mencionadas desempeñan un papel fundamental en la (trans)formación del Folclore y patrimonio” (Colombres, 2023), de nuestros pueblos, región o nación o del espacio que consideremos como objeto de estudio.

En cuanto a la poesía española que hemos heredado como patrimonio nos preguntamos ¿cuál sería la tradición literaria de la región influida por el romanticismo europeo dominante durante la colonia y que se perpetuó hasta mediados del siglo XX. Algunos aspectos del realismo-naturalismo y el modernismo, estilos juglarescos venidos del centro de país quienes se sienten especiales a la hora de escribir poesía al carbón de la influencia del vanguardismo y postmodernismo. Se consideran patrimonio la representación de leyendas como La Faraona y la Reina Calafia. Muy cerca y en las entrañas de nuestra región se han rescatado leyendas, relatos, tradiciones mágicas y cosmogónicas de los yumanos integrados a nuestro patrimonio literario.         

Me gustaría discutir el patrimonio histórico de nuestra región en cuanto a las viejas historias del jesuita Francisco Javier Clavijero quien sitúa en el plano humano a las comunidades yumanas ya que los españoles los consideraban como animales carentes de alma, así es que sus tradiciones y costumbres relacionadas con su entorno, la naturaleza, las antiguas tradiciones traídas de Asia, la escasez de alimento los convertía en inhumanos o como “obra del demonio”. Los grupos yumanos Paipái, cucapá, kiliwa, kumiai y tipai, familia etnolingüística Yumana, más otros siete grupos distribuidos en los Estados Unidos quienes conforman las comunidades transfronterizas con derecho al cruce y estancia en ambos países (Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, INPI) tienen sus tradiciones y que algunos investigadores han reunido y asimilado en los grupos de danza regional. Según narra el misionero jesuita Clavijero, la alimentación de los antiguos pueblos era costumbre cazar el borrego cimarrón al que le trataban con respeto y agradecimiento por permitirles alimentarlos. De nuestros pueblos ancestrales, mediante la investigación se rescató la tradición de la danza del borrego cimarrón que hoy se considera patrimonio cultural de la región. Todo esto sería una evidencia de los diferentes elementos que nos aporta el encuadre histórico-cultural, el cual es indispensable para tener un mayor conocimiento de las razones de lo que venimos construyendo como sociedad.

En nuestra región son comunes las conmemoraciones chinas, principalmente en la región de Mexicali donde tienen enorme presencia, cuya cultura y tradiciones se consideran patrimonio de la región. En lo que concierne a las tradiciones españolas sobresalen las impuestas por la jerarquía eclesiástica, ya disminuida por el alejamiento de las mayorías al dominio de la religión y el fanatismo anacrónico en la vida comunitaria, ante la diversidad de grupos provenientes de otras regiones del mundo. Toda esa amalgama de tradiciones y arte particular de cada comunidad desempeñan un papel fundamental en la formación del Folclore y Patrimonio (Annecchiarico. 2023) de nuestro pueblo.

Entre todos estos ejemplos, la elaboración de una obra artística más intencional y efectiva en cuanto a la construcción de mundo sería la de la cultura popular,  (Edensor, 2020) la cultura folclórica o la cultura de los pueblos como conceptos universales. “El Arte es pasión, dedicación y perseverancia, sin ellos el Artista no puede crear ni traspasar fronteras de pensamientos y corazones humanos (Picasso, 2023). Pretendemos saber cuál es su papel en general en el escenario musical, dancístico, literario, teatral, filmográfico, específicamente en el contexto en el que nos movemos. Considerando el pasado, tendrían que haber sido reflejo de su Ser y origen común, de su carácter social que nos permita etiquetar colectividades en una sola en función del repertorio particular que poseían y del aislamiento de éstas: la pluralidad de los grupos humanos constata que sus respectivas manifestaciones (música, danza, gestos, códigos sonoros) eran diferentes. En ese devenir deberíamos tener la capacidad de tomar en cuenta el tiempo y espacio específico para considerarlo como el patrimonio cultural de nuestra región. Reconocer el arte folclórico de nuestro lugar donde se usan las lenguas autóctonas y el español como idioma común, melodías, danzas y lenguajes sonoros que no solamente identificarían nuestros lugares de origen respectivos y a la vez, nos diferencian y alejan de cualquier otro.

A este respecto y por tradición, nuestro patrimonio es una amalgama de sabores, sonidos, olores, cantos, bailes, representaciones, artes plásticas y decorativas, tradiciones orales chinas, yumanas, rusas, irlandesa, españolas, mexicoamericanas y nativas (si es que las hay todavía, pues de los grupos originarios mencionados hay casos en que solamente quedan dos o tres personas sin descendencia). Todas las tradiciones de los que hoy convivimos integran nuestro patrimonio vivo y que aun disemina a su paso un legado cultural y etnográfico con la representación de fiestas y tradiciones, la artesanía popular ligada a la actividad, la gastronomía o la tradición oral, en su conjunto se convierte en un patrimonio trashumante en la baja California.

5. Conclusión.

A través de la historia, hemos visto cómo el arte siempre ha sido una herramienta para relacionarnos de cierta manera con el entorno y cómo ha llegado a funcionar socialmente como un reflejo de ciertos elementos, como lo es la economía, las clases sociales, la religión, entre otros. Todo esto sería una evidencia de los diferentes elementos que nos aporta el encuadre histórico-cultural, el cual es indispensable para tener un mayor conocimiento de las razones de lo que venimos construyendo como sociedad. Sin duda alguna, todos y cada una de estas partes del entorno que hemos mencionado se articulan en un lugar específico que, en la convergencia e interrelación de cada una de ellas, nos mostrará diferentes elementos, los cuales deberán ser reinterpretados de diferentes maneras cuya base fundamental es el arte. “El verdadero poder del arte reside en cada uno de nosotros y para ello, hay que atreverse a ver más allá de lo aparente y establecido”. (Pascual, 2014). Haciendo un repaso de los temas abordados podemos decir que tanto las artes como la cultura se integran en nuestro folclore y todos ellos al patrimonio cultural.

En los últimos tiempos, han surgido diferentes investigaciones también en el campo de las intervenciones terapéuticas en contextos artísticos. Este tipo de intervenciones son aquellas que tienen lugar en un contexto donde el arte está presente y se utilizan de manera sistemática para alcanzar efectos en la salud mental de los participantes. Sabemos que trabajar con los niños contándole historias y ejercitando sus intereses artísticos nos revela mucho de lo que vive, goza y sufre en esa etapa más vulnerable de su vida. Existen principalmente dos grandes categorías de investigación que han surgido en este campo, las intervenciones clínicas para tratar diferentes condiciones de salud mental y las intervenciones preventivas en campos artísticos que se presentan en la literatura, dibujo, pintura, representaciones son clasificadas como arteterapia. Sin duda alguna, todos y cada una de estas partes del entorno que hemos mencionado se articulan en un lugar específico que, en la convergencia e interrelación de cada una de ellas, nos mostrará diferentes elementos, los cuales deberán ser reinterpretados de diferentes maneras como patrimonio.

 

NOTA: Se autoriza el uso de este documento con fines educativos mediante la referencia correspondiente a los colaboradores citados y al autor.

Beltrán, Guillermo. (2024). Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio. Asumo A. C. Proyecto educativo sin fines de lucro. En:

https://www.academia.edu/122371361/Arte_Folclore_Cultura_y_Patrimonio

 

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18.  Marín, Javier. (2024). Arte y Psicología, encuentro de posibilidades infinitas. Colectivo Taller de Escritores. Tijuana. México.

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https://www.academia.edu/122371361/Arte_Folclore_Cultura_y_Patrimonio

 

 

 

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