Corazón en destierro...
La mirada trastocó virtud y se tornó,
tristemente dulce; presagio doloroso
que del pasado surgió y nunca tuvo
de si misma... caricia de esperanza.
Recuerdo de siglos, donde de mano
sencilla, caminando se iba al compás
de abrumador, pero límpido ensueño,
en que la soledad jamás angustiaba.
Ahora...
Un tímido hasta luego, al hermano y
después, un adiós callado... castigo
al espíritu, que tiene como prenda,
un corazón lastimado, arrepentido.
Y..., a golpe de cada ardoroso latido,
un pesado suspiro, reclama al Amor,
florecer desde la indiferencia; abrazo
sincero y como deseo último, un beso.
Mañana...
¿Quién eres? Sonrisa en mi pausa,
que pronta
adviertes, el retorno...
divino capullo, respuesta a oración
arcana desde la entraña ¡oh, tiempo!
De nuevo el ciclo comienza, rota la
Tierra con brío desconocido, hacia
siguiente era; herida transformada,
a dulces espinas, momento preciso.
Semblanza
De nombre Juana Alejandra Madrigal Pérez, primera
luz de vista provinciana, en la ciudad de Uruapan, Michoacán, México... un día
muy de mañana, seis de septiembre de 1972.
De alma mater Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo—cuna de héroes y crisol de pensadores—, en jardín más hermoso que
fuera de la Nueva España... Morelia, Michoacán, México.
Todo Sentir por el Amor y sus consecuencias—Vida y
Muerte—, a través de humildes intentos en la generosa palabra—sin agraviar a
los grandes maestros y genios—, pero tan vital al corazón, como latir y al Ser,
respirar libertad.
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