Sombras, días dudosos
Socorro Contreras Yocupicio
Ciudad Obregón, Sonora
Con razón y sinrazón, enmarcado en su poesía nos ofrece como un oasis en medio del desierto, como flor entre espinas que laceran, pero no matan; con sinsabor de lo que subyace a su alrededor: virus letales, muerte pánico y desesperanza mundial.
Como poeta no puede desligarse de esa alma sensible, analítica, objetiva, lo mismo escribe una poesía a un ser querido fallecido, o construye una narrativa objetiva y tenaz de todo tipo de acontecimientos que le llaman poderosamente la atención y, al mismo tiempo, invita al poeta a descubrir su ideal ante lo que le rodea: sombras, días dudosos, si será el fin hoy o mañana. La pandemia tiene al mundo en el foso del destierro como maldición centenaria.
Como autor de su obra da el cáliz de hombre sabio que enseña aprendizajes significativos, de que el dinero y deudas son nuestros propios verdugos y que nos dejamos envolver en la superficialidad olvidando quiénes somos.
Hace soslayar que la poesía eleva sobre cualquier estatus y abate el fúnebre visto presentido y llorado como carta final de un juego victimario este 2020; de hombre poeta pasa a un gran papel de hombre humanista al ser certero cuando dice: "...desde que el hombre, tergiversado la civilización creo las armas para destruirse, la poesía desde entonces intenta rescatarnos...".
Gracias maestro, por incluirlos en esta gran obra, su obra bella, sublime, certera. Gracias. ¡Mucho éxito!
No he leído Soledario. Pero me lo imagino. Esto,sobre la base firme que aquí nos presenta Socorro Contreras, comentándonos una obra literaria en que la soledad lleva el papel protagónico y seguramente está tejida con la incertidumbre, el riesgo y el peligro que hoy aquejan no sólo al hombre local, sino a la humanidad entera, con motivo de un azote insano -en muchos casos letal- que lacera al mundo. No dudamos: nuestro amigo Beltrán Villanueva se lució aprovechando magistralmente un tema que desde siempre nos ha obsesionado y que, paradójicamente, nos ha acompañado, tanto, que resulta inseparable para todos: la soledad.
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