Sancho Panza en verdad fue único. Sus andanzas en burro fueron hecatombe pura.
Cuenta la historia:
Él era un peregrino, dada su
extremada sencillez, se desdobló en otro para que aquellos que no entendieran
la grandeza de la Humildad comprendieran al menos la suya.
A veces, como en todos, sentía la soberbia vana y quería contar sus
andanzas. Sin holgura en el vestir no aceptaba que la especie humana, lograra
con disfraces absolutos "dissimularse
y poder ir con más libertad" como en las carnestolendas, una
apariencia falsa; y no hablaba de revertir géneros, sino caracteres menos o más afortunados.
Sancho con su sencillez inventó su avatar a un cuarto de cintura y dos
palmas de alarga o, tal vez menos; cambió el bastón por la espada, el
equipal del asno por finas vestiduras y el holgado sayal y destrozados
greguescos por el jubón de armar, adarga y valones caballerescos.
El resultado no pudo ser más atinado; al fin, sin recato
alguno, se decidió a contar la historia del Hombre, al que sólo
podía desmenuzar en malogradas aventuras, tomando para sí una nueva
investidura, la de un tal Quijote de la Mancha.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario