Introducción
Soneto guibelino es una serie de propuestas del
formato denominado soneto, el cual ha sufrido variaciones dadas desde antiguo
con el soneto isabelino o shakesperiano, le siguen formas como el Meridiano y
el Henduriano. Decir que tiene una forma arcaica y por demás en desuso no es
correcto, como no lo es de quienes exigen esa forma como única posibilidad de
ser aceptado como sonetista; la poesía es un río, un corpus vivo y cada una de
sus vertientes adopta formas del recipiente que lo contiene.
El
Poeta, esa fuente inagotable de decir su
verdad, la percepción del mundo desde las entrañas más íntimas de donde se
escapa lo mejor del ser humano, su espíritu emprendedor y la belleza de su
alma.
Soneto
guibelino experimenta distintas formas de las estrofas respetando en sí las
características a que obliga la cantidad de versos que la contienen.
En
el dístico, forma latina adoptada del griego, trata de ser la síntesis del
poema en un par de versos, el planteamiento sutil del tema o la reflexión
introductoria al resto del soneto.
La
integración de un dístico seguido por un terceto, un cuarteto y finalmente un
quinteto intenta llevarlo con el ritmo de cada una de las formas; igualmente,
lo conforma con un terceto, un cuarteto, un segundo terceto y un segundo
cuarteto, cuya similitud entre ambas formas, aunque alternadas, brinda la
posibilidad de leerse como un sexteto y una octava real.
Soneto guibelino es una propuesta experimental para quienes les gusta ejercitar nuevas formas; ser auténtico en la manera de decirlo y ejecutarlo. Nada es absoluto, solamente aquel que se cierra en el ostracismo se pierde la oportunidad de aventurarse definitivamente en la poesía como un buen artesano, obrero de la palabra; tal vez, a fuerza de insistir encuentre la lucidez para iluminar su propio caminar por los vericuetos de la metáfora y, deje a un lado, los temores que le sujetan en el rincón de los olvidos.
Amarielo
Alternancias: Dos tercetos contiguos: un sexteto. Dos cuartetos contiguos: una octava real.
Amarielo es el color antiguodel oro, que por su arte exiguono lloro, su valor fútil exiguo.Decir que el rojo imita al escarlatay es más vistoso que un doblón de platapara comprar lo vano que da latani es tanto si en tu cartera resalta.Decir lo anterior parece sencilloa mano, por ser infiel al bolsillohumano y carecer de un panecillo.Ruedan, ruedan montones de obeliscoscomo olas que cincelan altos riscosdefienden las pasiones y ventiscosy dan alivio de amores ariscos.
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