La boina
Se calzó el vestuario que le permitiría estar a tono con su alta
investidura. Ensayó sus ademanes frente al espejo; una y otra vez leyó sus
versos para darle la concatenación exacta.
El reto no
era fácil. Poco a poco su agilidad mental daba traspiés entre las frases. Las
líneas antes tersas, se perdían entre las curvaturas del espacio.
Dibujaba con
sus manos, cada grafía para darle forma a las palabras; las imágenes antes
locuaces le negaban la palabra exacta que había de dibujar cada metáfora como
siluetas dispersas y anudadas que les darían sentido poético a las frases.
Se acomodó la
corbata, renuente ante el cuello desgastado que trataba de ocultar, los
pliegues antes dóciles se le trababan en los dedos como cinto desgastado que le
obliga a ocultar su maltrecho cuerpo.
Toma sus
lentes, más sus lágrimas laceran la nitidez que antes le era fiel para
dispersar las ideas que se ocultan entre las estrofas.
Una y otra
vez, el ensayo y memoria le humedecen las mejillas. Las manos tiemblan, el
papel se distrae y la pluma cae para darle punto final a su insistencia.
Toma la boina
y como epitafio susurra su poema trasnochado, amanecido, desvelado; el eco
trasgrede la distancia y un largo silencio se inclina ante el poeta, para darle
una vez más, la oportunidad de descifrar un lejano suspiro, soterrado y
olvidado en el misterio. Se inclina, toma su legado y vierte su enorme canto
con el corazón desgajado; el cuerpo vacilante. Desde las entrañas renace su
esplendorosa voz que declama.
Cuando al recuerdo
lo abrumen los olvidos
y el dolor de no recordar
los recuerdos se disipen.
la nada implacable
desviará la medida
de la línea diversa
del pasado en el presente.
Cuántas caricias
traerá al ahora la distancia
de aquel diverso
avatar que ya no existe
y dará ambiguo
nombre a la fragancia
que disipe inexorable
el no tiempo.
Tal vez si insiste
la palabra en el ocaso
y exhuma la vieja huella
entre las nubes
para darle forma a la armonía
y al viejo canto
de la ignota rima
que el tiempo desvanece
y dejar presente
la voz de mi poesía...
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