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sábado, 26 de septiembre de 2020

Visión de pandemia en Soledario, la novela rota

Visión de pandemia en Soledario, la novela rota

Guillermo Beltrán Villanueva

 

Al leer Soledario el lector se encuentra con una estructura caótica, al parecer displicente, banal; abunda en el drama lírico, sea la forma poética, teatral, cinematográfica, relataria o reflexiva. Al leerla se debe abandonar la idea de que se trata de una novela, ya que ésta se presenta como espasmos vivientes, momentos que se capturan según los acontecimientos en el entorno al autor. De cualquier manera, si la novela intenta representar un drama de la existencia, perdido el instante como única representación del tiempo, al igual que el espacio, esa no es la intención, si consideramos que cada ser viviente coexiste en medio de infinitas representaciones de sí mismo en cualquier instante de su existencia.

 

“Una lluvia pertinaz y el viento confundieron los pasos perdidos, vacilantes, escuetos, lejanos; entonces, me llegó como un chispazo, la idea loca de que algún día pudiese escribir una historia larga, larga, como una oda, una fábula, un gran poema que trascendiera mis palabras, que llenara el espacio de un par de hojas y sólo entonces, empezaría por describir…” (p. 34).

 

La soledad implica estar en un mundo difícil, el libro trata de representar cómo transcurre la vida misma, específicamente durante la pandemia 2020 y sus consecuencias para todo el género humano sin distinción. Las escenas, acciones, inacciones, los seres fantasmales en que nos hemos convertido, la realidad del abandono, la miseria de valores y solidaridad extremas, el miedo al devenir, la posibilidad de muerte mucho antes de la vuelta a la esquina.

Desde mi ventana

Las imágenes van y vienen

en fantasmales ecos

profundos recovecos

horadan el alma.

 

Intranquila

la palabra desalma

y deja en seco

la solemne tarde

de pandemia. (p. 36).

 

La forma es el fondo y el fondo es lo que trata de mostrar: su estructura a la par de una sociedad que parece desmoronarse y surgen pequeños esfuerzos para que no suceda aunque sucede. Nadie está exento de ser afectado, no hay riqueza que lo evite, ni el espacio dónde protegerse, solamente la naturaleza y el poder individual de cada uno de superar el contagio al que indudablemente todos estamos expuestos y con la seguridad de ser contagiados.

 

“El olor a gasolina, aceites, llantos, pasos perdidos; la brisa untuosa por caminos y veredas, el olor a miedo, sensación extraña para quien le sonríe la vida”. (p. 40).

 

Todo es un caos como en el Principio de la creación o inicio de la vida, la pregunta es ¿de ese caos vendrá el orden en forma natural? ¿O nos cobrará la propia naturaleza su destrucción por la obra humana? La industrialización alimentaria, sintética, envenenada,  inmoral, sobrevalorada, al alcance de unos cuantos, desechada para el resto en migajas y sin valor, destructora de nuestra natural inmunidad y generadoras de otras pandemias asesinas silenciosas, todo eso nos cobrará la factura.

Son interrogantes que subliminalmente nos cuenta la historia, el discurso, la trama si es que los hay en este libro.

Es un deambular por momentos, encuentros y desencuentros confusión consigo mismo.

 

“Me asomé a la puerta desde la recepción del banco. Usaría el paraguas, me dije, pero no, no lo traigo”. (p. 38)

 

Es vivir en el abandono por los demás quienes a su vez buscan su propia salvación, es como el estar en una tumba donde se enseñorea el olvido.

 

“Las sombras y rostros figuran las angustias de un día por venir: intentos por entrar, ellos por escapar, todos se escabullen entre sí”.  P.38).

 

 

El lector se da cuenta de lo inútil que ha sido la vida, por donde caminas y te encuentras fantasías creadas por personajes que salen a la calle aparentando lo que quisieran ser sin serlo, es como huir de uno mismo sin lograrlo.

 

"Las copas recicladas en los labios, los besos susurrando en los oídos, las carcajadas que humectan las caras, las botellas compartiendo regurgitados tragos que retardan el vacío.

El amanecer y el hastío. La vastedad del amor fraternal.

Vuelve pronto, hasta entonces…

Nunca más” (p. 42).    

 

Son conjuntos, escenas, actos, teatro, farándula, pantomima, sketches, cine mudo, recorridos de la cámara desde perspectivas distintas, visiones de camarógrafo del autor. “Compilación de paisajes que se atraparon en momentos específicos que se fueron construyendo como se sintieron”.

“La Puerta se abrirá y en su arrastrar consigo se llevará el reflejo que retrata la calle, tu silueta rilará ante el dantesco trajinar a tus espaldas…”. P. 38).

 

Cada día puede ser una escena de teatro. Una historia diferente al día anterior; una situación de miedo, ira, lamentación, alegría, esperanza..., representada por una parodia, una comedia, un acto de magia y reflexión de la inutilidad espacio y tiempo para ocultar la realidad.

 

“Una mujer se tropezó con él.

Hablando sola levantó la voz, reclamándole a la vida su histeria hecha locura. Observo para ver si hablaba con alguien o… ¡No!” p. 38).

 

La artista en un escenario vacío, gente que nunca llega por vivir ensimismada en sus miedos a lo que pueda ocurrir en la calle; el arte es lo de menos, las instituciones lo abandonan mucho antes y se permitirá mucho después de los acontecimientos.

 

“Es casi la hora…

Si ésta es dos horas antes de la hora anunciada.

La cantante se asoma hacia el vestíbulo y ve con desesperación un par de moscas rondando un caramelo a mitad de salón”. (p. 41).

 

La fábula de cada texto relata eventos imaginarios y cómo se perciben sin ser realidad.

 

“Un halo evanescente y el vapor a ras de suelo aplastado por el clima, da la sensación de relatar un minigestuoso momento desapercibido para los demás”. P. 40).

 

 Son visiones, retratos, imágenes intentos de captar a los transeúntes desde perspectivas distintas, movimientos de cámaras, elevaciones, tomas aéreas por drones inexistentes, a ras de suelo, a través de los cristales, del reflejo de una gota de agua, a través de la densidad de la brisa, desde dentro mismo de cada persona, objeto, ser vivo vegeta lo animal; historias de personajes alrededor y dentro de cada escena, spot, sketch, o sentimiento.

 

“…el humor acuoso que deja la llovizna; el correr de transeúntes, hurgan en las pisadas la prisa por llegar”. P. 40.

 

El teatro del instante, escenas en el umbral de un banco; un mar de gentes deambula fuera burlando la pandemia, en realidad la pandemia se burló de ellos irremediablemente morirá.

 

“La colina se inclina ante el peso del convoy como si fuese un vaivén perseguido por la lejanía”. (p. 45).

 

La escena de un filme: una mujer hablando sola, un hombre temeroso, el bullicio de la gente, el horror que ello implica; la brisa densa que humedece los cristales, el reflejo de la puerta que ofrece una realidad distinta, lóbrega; adentro, el dinero, los créditos que te ofrecen fantasías y solo son yugos, deudas que te hacen más miserable.

 

“Miro la entrada del banco.

Un hombre ve cogitabundo a todos lados a través de la puerta sin atreverse a salir”. (p.39).

 

Una serie de terror: Ver cómo la gente desaparece a unos pasos, como si fuesen fantasmas de quienes enfermaron y morirán.

 

“Lo ajeno se hizo propio y lo nuestro, falacia; nos vemos como imanes encontrados, rechazos, huidas entre sí, inútil escape”. (p. 61).

 

Observar cómo la gente pasa riendo, jugando con sus niños, sin protección y en total descuido, respirando lo que la gente expira. Francis, Becky, Irma, Memuz, Hébert, Yanine, Blanca, SanRo, El Tocos  se mezclan con el recuerdo de la tía amada, Rita Christensen que nos recibió en este mundo fronterizo; todos ellos dejaron hijos, familia, amigos.

 

“Miro la calle, el bullicio de la acera, el humor vítreo se hace fantasma. Nube. Vapor funesto. Se adhiere a la ropa, al resuello; al pelambre del perro jalando la correa, a la chapa, a las paredes, al paso del auto que ventea hasta mi ventana”. (p. 61).

 

Un teatro real del que el único director y apuntador es la muerte y la soledad que ello implica sobre los cuerpos en la tumba, o en las cenizas que alguien derramará algún día por el aire, esa es la única realidad tangible del ser humano.

 

“Surgen caminos sinuosos entre grandes rocas, cielos y precipicios y el ruido displicente de carriles de acero y durmientes satisfechos atesoran las andanzas de viejos usos por la vía serpentaria”. (p. 45).

 

Reintegrarse a un todo, como al final de la función de la existencia.

 

Acto 1

 

“En la ignota distancia,

del espacio

 y no tiempo

el reloj desglosa las horas.

 

¿Cuál será el verso instante?,

¿la lejana simetría

que encadena al pasado?” (p. 47).

 

De los personajes los únicos cuerdos son los poetas. Cada obra de ellos es como actos de justicia a su lirismo.

 

“Surca el alma

el rostro y los adagios

la eterna retórica

del dios Cronos…,” (p. 52).

 

El poeta de la boina luchando contra el Alzhéimer irremediable, contra la soledad y el olvido;

 

“Se calzó el vestuario que le permitiría estar a tono con su alta investidura. Ensayó sus ademanes frente al espejo; una y otra vez leyó sus versos para darle la concatenación exacta”. (p. 56).

 

el Sr. Trudó, de cuyo fragor de la vida se escapa con su arte y ofrece aliento para los más miserables: particularmente los acumuladores de cosas materiales.

 

“…cansado y taciturno; como si en los hombros llevara a cuestas cada verso y prosodia del poema desgastado de su vida”. (p.31).

 

Cada personaje cree tener razón al igual que todos los seres humanos.

Es la poesía, la que se incluye en todo, pero que le da verosimilitud a la reflexión.


“…Las imágenes van y vienen

en fantasmales ecos

profundos recovecos

horadan el alma. (p. 36).

 

Nos rescata. Nos vuelve a la cordura. Es la única teoría del pensamiento capaz de definir todas las ciencias, porque es la esencia misma del ser humano.

 

“El viento trasiega lamentos por las aceras desoladas.

El anciano padre no encuentra sosiego.

La realidad se oculta en lo irracional de la mente”. (p. 69).

 

Ese hálito y fuerza de la primera expresión del individuo al despertar su conciencia que lo separó de la animalidad.

 

“El viento confunde lamentos y el fagot de la umbría imaginaria distrae las nubes, ulula los adioses”. (p. 70).

 

El novel y prehistórico poeta de la imagen, con sus dibujos en las cuevas; pequeño ante los animales gigantescos, un ser mínimo que desarrolló el cerebro para igualar su poder y dominio sobre la naturaleza. Desde que el hombre tergiversara la civilización como la manera humana y correcta de convivir y en su soberbia creó las armas para autodestruirse o posesionarse de lo material, la poesía, desde entonces, intenta rescatarnos de la mayor estulticia que la estupidez ha generado en toda esta "civilización".

 

“Manerales horolagios

ante un planeta que fenece;

falsa carátula que desfasa

cada huella incinerante

del verdugo;” (p. 50).

 

La misma poesía que irrumpe en la lógica para buscar respuestas en lo ilógico de la metáfora y la multiplicidad de imágenes que ofrece el libro…

 

“Cansan los sueños repetidos

del final que acecha a media noche

del tictac ignoto del latido

que las sienes exageran con espanto”  (p. 81).

 

desentrañarlas les permitirá percibir la realidad, para vivir su propia locura.


Guibelino

 

 


lunes, 21 de septiembre de 2020

¿Literatura fronteriza o Literatura de la violencia? Ensayo crítico sobre las obras de Francisco Morales, Diana Ríos Ramírez (obras con que cuento)

 

Literatura fronteriza o Literatura de la violencia

 

Resumen

En los estudios de la Literatura contemporánea mexicana particularmente en el posmodernismo se hace énfasis en la Literatura de la frontera norte como tema: la violencia y muy poco sobre la literatura que enmarca la poesía, el ensayo y los temas que le son inherentes al hombre para evolucionar en su concepción literaria humanista.

En los estudios mencionados se hace énfasis en la Narcoliteratura, el tráfico humano y la vida de cholos, bandas y entretenimiento en sitios donde el libertinaje toma otra concepción de aceptación y modus vivendi de la juventud transfronteriza. En esa materia se abunda y analiza como si fuese la única actividad de expresión literaria y se propone la violencia como la única representante de la literatura fronteriza.

Este anteproyecto propone una visión más amplia de la literatura fronteriza y hace énfasis en la producción cultural de dos ciudades fronterizas, Tijuana-San Diego, convergencias y divergencias culturales y literarias. Con los mismos autores que escriben otros temas y lo hacen con gran calidad, además de autores que hoy construyen la literatura fronteriza con gran riqueza lírica, por medio de la poesía, la novela y el relato y con profundidad crítica en el ensayo. Con mi reconocimiento a la Dra. Maria Amparo Fernández López, por ser guía de perfección y motivación para este trabajo; a los poetas entrevistados para este proyecto Francisco Morales,  Diana Ríos Ramírez, Silvia González Tejeda y Ana Karina Balderrábano.

 

 

Marco de referencia (textos con distintas posiciones críticas sobre el tema)

Literatura fronteriza o Literatura de la violencia

1.    Definición del tema

1.1.       Literatura fronteriza

1.1.1.   Antecedentes

1.1.2.   Narradores

1.1.2.1.      Crónicas

1.1.2.2.      Novelas     

1.1.3.   Poetas

1.1.4.   Ensayistas

·                     2.1. Literatura de la violencia

2.1.1.   Antecedentes

2.1.2.   Narradores

2.1.3.   Estudios

 


 

Literatura fronteriza o Literatura de la violencia

1.    Definición del tema.

1.1.       Literatura fronteriza

1.1.1.   Antecedentes

Heriberto Yépez abunda en cuanto a la delimitación de la Literatura fronteriza y los cánones en que las instituciones deciden la pertenencia de la Literatura fronteriza:

 

“El término ‘narrativa fronteriza’, si bien encasilla una literatura variada a sólo una literatura geográfica, también expande la visión hacia variadas acepciones que en un principio no cabían dentro de este marco literario” (González, p. 9).

 

 “La ciudad de México le toca decidir el destino por privilegio burocrático de la capital literaria le toca civilizar a los bárbaros y administrar el canon” (Yépez, pp. 88-89), como lo expresaba Christopher Domínguez Michael, descendiente de la crítica institucional centrista. Otros autores se enfocan en el entorno social y el carácter binacional de las ciudades transfronterizas donde nace, crece y tienen mayor influencia la literatura fronteriza.

 

“En la literatura sobre la urbanización fronteriza, en los medios de comunicación masiva, y en los medios políticos de ambos países, a esas ciudades adyacentes se les llama frecuentemente ciudades gemelas, región fronteriza, o metrópoli transfronteriza. El par de ciudades”. (Alegría, p. 129).

 

 

1.1.2.   Narradores

1.1.2.1.      Crónicas

“La cultura bajacaliforniana y otros ensayos afines” de Gabriel Trujillo Muñoz, “Escritos Heteróclitos” También de Heriberto Yépez, Reflexión bajo palabra de Octavio Islas, “Crónica de una infamia”, de Jesús Blancornelas, “De política y otras cosas”, de Arturo Geraldo.

 

“Dichas expresiones comprenden un conjunto de valores socioculturales (costumbres, tradiciones, ideologías) que los habitantes fronterizos comparten y representan con la intención de conformar cierta identidad grupal, así como de establecer vínculos de pertenencia con una región cambiante constituida, en su mayoría, por migrantes de otras latitudes que han llegado a la frontera México-Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de desarrollo” (Rodríguez,  p. 113).

 

1.1.2.2.      Novelas

“Tijuanenses” de Federico Campbell, “Los motivos de Caín” de José Revueltas, “Estrella de la calle sexta” de Luis Humberto Crosthwaite, “Conjurados” de Gabriel Trujillo Muñoz, “Tijuana mía” de Elizabeth Gavin, “Aroma de presagios” de Guillermo Beltrán, “Welcome amigos to Tijuana: graffiti en la frontera” de Jorge ‘Jofras’ Sánchez, "Entre atracción y repulsión: Tijuana representada en el cine" de Juan Alberto Apodaca; cada día la producción de textos en este género aumenta exponencialmente como una suerte de catarsis por las circunstancias del momento, sucesos que marcan una nueva manera de coexistir. Como las anunciadas entre el gremio novelero de la frontera: “Ciudad desolada, Tisandie”; “Soledario”; “Noches de pandemia” y muchas más en edición.

“…se ha demostrado que los campos artístico-literarios se conforman generalmente de acciones colectivas, las cuales pueden ser orquestadas por autores consolidados, o bien por autores independientes que buscan revertir la estructura escalafonaria de las instituciones culturales”. (Escamilla, p. 183).

 

1.1.3.   Poetas

2.      Sobresalen en los últimos 50 años: “Doce poetas jóvenes en la poesía de Baja California “: José Javier Villarreal, Roberto Castillo Udiarte, Gabriel Trujillo Muñoz, Juana Ríos Aizú, Francisco Morales, Rosina Conde, Víctor Soto Ferrel, Luis Cortés Bargalló, Raúl Rincón, Víctor Hugo Limón, Manuel Romero y Alfonso René Gutiérrez. Años más tarde, alumnos de algunos de los escritores mencionados surgen: Heriberto Yépez, Marvin Durán, Roberto Partida, Charlynne Curiel, Laura Jáuregui, Pedro López Solís, Francisco Morales. Tiempo después se agregan al gremio poetas como Ana Karina Balderrábano, Diana Ríos Ramírez y Silvia González Tejeda, estos cuatro últimos, serán objetos de estudio para mi anteproyecto como representantes de una poesía distinta al resto de la república, con estilo propio y representantes de nuestra Literatura fronteriza.

 

1..4. Ensayistas

En la ensayística es donde han sobresalido de manera especial egresados del Colegio de la frontera norte, graduados de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, con énfasis en la Literatura, la filosofía e historia.  Textos importantes como “Sobre la impura esencia de la crítica” de Heriberto Yépez, “Estudios Vizcaínos” de Guillermo Beltrán, “Cavilaciones mortuorias” de Mauricio Ramos, “La frontera norte de México como Modelización de mundo en Estrella de la calle sexta De Luis Humberto Crosthwaite” de Elizabeth Josefina Villa Pérez; Walt Whitman, “profeta de la vida natural” de Alfonso René Gutiérrez, ensayos ‘sin fin’ de Gabriel Trujillo Muñoz,  y, varios ensayistas más.

 

 

2.1.       Literatura de la violencia

2.1.1.   Antecedentes

“El término narcoliteratura no es quizá el más académico o rigorista, pero sí el más funcional o por lo menos el más reconocible”. (Oliver, 2012, p.105). “Es imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el norte es sobre el narcotráfico.” (Oliver, 2012, p.107).

 

“…nombrada en ocasiones como “Literatura de la Frontera”. Entre los representantes de esta literatura contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja California) (Villa, 2010, p. 6).

 

“se caracteriza en los últimos años por la descentralización de algunas prácticas literarias que tienen que ver con el conflicto producido en la frontera de México-EUA”. (Pardo, 2020,  p. 99).

 

2.1.2.   Narradores

Entre los representantes de esta literatura contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja California) (Villa, 2010, p. 6).

 

“…las variables que deben analizarse en la escritura fronteriza se refieren principalmente al fenómeno urbano, a las características del espacio liminal, a la reconfiguración social de la mujer y a la materialidad de su cuerpo como agente activo de la economía”. (Rodríguez,  p. 115).

 

2.1.3.   Estudios

Es claro que nuestra región empieza a adquirir “forma” literaria para los críticos, quienes profundizan en sus análisis y ofrecen nuevas perspectivas sobre la literatura de la violencia. De alguna manera esbozan el surgimiento de una literatura particular, ya no como parte septentrional del país sino con una suerte de características que le son propias.

“La región del norte, desde luego ha venido cargando ya desde el apogeo del Imperio Mexica, pasando por la Colonia y hasta nuestros días, el estigma o estereotipo de modo despectivo de los bárbaros, los chichimecas. La extrema provincia, el allá-matan”. (Deltoya, p. 2).

 

 

Son muchos los aspectos desde donde se le puede estudiar a la literatura cuyo tema es la violencia, Joachim Michael, un sociólogo brasileño dice en su estudio sobre el tema:

“Dada la magnitud política y social del problema, no sorprende que el narcotráfico no sólo sea un tema de la literatura contemporánea sino que también haya provocado la constitución de lo que se podría llamar un nuevo género literario: la narcoliteratura…”, “propongo los términos de la narcoliteratura y de la narconovela como designaciones de textos literarios que se dedican al problema del narcotráfico por lo menos a nivel temático. ”. (Michael. p. 10).

 

Subgénero o no, como lo califica Rafael Lemus, “Una narrativa sobre el narco, una estrategia ordinaria: costumbrismo minucioso, lenguaje coloquial, tramas populistas”,  Es imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el norte es sobre el narcotráfico”. (Lemus, 2005).

 

 

Marco teórico

Exposición del tema

Literatura fronteriza vs Literatura de la violencia

 

Separo ambos, pues la primera incluye una alta gama de obras poéticas que encajan en todas las corrientes literarias en épocas distintas a las que se generaron, igual las novelas, los cuentos, y ensayos con estudios socio políticos, biculturales y de psicología social. La segunda clasificación, la Narrativa de la violencia en donde se estudian novelas sobre contrabando y peleas callejeras.

 

1.1.             Literatura fronteriza

Como habitante de la frontera norte considero que son muchos los factores que han influido y llevado a crear una Narrativa de la violencia desde tiempo inmemorial y que ha existido a partir del establecimiento de las misiones; una violencia que desde el centro del país se ha gestado cuando nos atrevimos a habitar estas regiones inhóspitas y alejadas. Menospreciados por aprehender una cultura bilingüe, generar un comercio internacional para subsistir, fuerza motriz de nuestra sociedad fronteriza; violentados por policías, políticos, connacionales, la clase gobernante y empresarial, mucho antes de que aumentara el tráfico de drogas y trabajadores ilegales hacia Estados Unidos y de cómo actualmente la consideran las instituciones culturales y estudiosos de la literatura nacional.

 

“…se ha demostrado que los campos artístico-literarios se conforman generalmente de acciones colectivas, las cuales pueden ser orquestadas por autores consolidados, o bien por autores independientes que buscan revertir la estructura escalafonaria de las instituciones culturales”. (Escamilla, p. 183).

 

La Literatura fronteriza y su intento por escapar de un submundo literario se extendió por toda su geografía y contexto, subterránea, contestataria, antagonista, inmersa en la contracultura que brota de la necesidad de recrear lo que verdaderamente se vive y se desarrolla en el arte, la música, la poética y la narrativa.

Demostrar cómo en la literatura regional fronteriza el lenguaje natural se fue separando del lenguaje académico, los fanzines, panfletos, los artículos y opiniones universitarias de los estudiantes que se atrevieron a escribir en la revista Sin Límites, donde inician su ya larga trayectoria escritores de la talla de Heriberto Yépez, Marvin Durán, Roberto Partida, Charlynne Curiel, Laura Jáuregui, y en otras instituciones y seleccionados para mi proyecto refiero a Francisco Morales, Ana Karina Balderrábano, Diana Ríos Ramírez y Silvia González Tejeda, su visión con amor profundo a la tierra, a nuestro tiempo,  con una capacidad de análisis que define nuestra frontera como crisol de grandes creadores. Todos ellos obligados a escribir una narrativa dentro del realismo donde transcurre su existencia y que les exige otro lenguaje, otra manera de decir las cosas, otro vocabulario que muestre el entorno, las vicisitudes, las emociones, los gustos, de una sociedad diferente al imaginario oficial.

A partir de esta pléyade de escritores, cómo han influido para que surjan nuevos representantes y constituyan una literatura propia, cuyo entorno poético le permita crear nuevos discursos, estilos y una corriente literaria fuera de voces antiguas y desgastadas.

 

“individuos conformados por diferentes ideologías, con simbologías propias y un sinfín de cargas culturales ajenas a otros individuos con los que conviven día a día. Estos seres que coexisten en un mismo espacio sufren modificaciones en la concepción de su entorno para así asimilar las formas nuevas y poder subsistir”. (Almeyda, p. 9).

 

El lenguaje se ve tentado a expresar fielmente el habla cotidiana, la jerga, los sonidos y a otras representaciones como el  corporal y anímico, las imágenes, metáforas, mezclando elementos de las nuevas tecnologías de la comunicación, como el cine, la televisión, la radio, el altavoz, el pensamiento; el discurso de los sueños, el sueño dentro del sueño, el habla dentro del habla o los espacios imaginados, el celular inteligente, el internet, el chat, el WhatsApp, Messenger, los emoticones y la diversidad de narradores  que se mezclan con los personajes.

 

“…para que una cultura híbrida se produzca debe cumplirse la condición de que dos culturas, o más, creen algo nuevo que no tenga precedentes para ninguna de ellas y que aquello nuevo que se produce surja de una verdadera necesidad cultural”. (Villa, p. 18).

 

En cuanto a los estudios críticos de esta nueva generación de escritores y por medio del ensayo nos ofrecen una visión crítica, profunda, de la producción literaria fronteriza, nacional e internacional. Existen innumerables textos que han construido una literatura fronteriza, una poética basada en relatos, poemarios, novelas y estudios sobre las artes, las tradiciones, su historia, su vida social y cultural, su estructura, géneros y temas con influencias de diversas corrientes literarias, más su entorno citadino y fronterizo le dan una identidad distinta a la violencia donde la encasillan las instituciones del centro del país.

En dicho género han sobresalido de manera especial egresados del Colegio de la frontera norte, graduados de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, El centro de investigaciones históricas,  con énfasis en la Literatura, la filosofía e historia.  Textos importantes como “Sobre la impura esencia de la crítica” de Heriberto Yépez, “La cultura bajacaliforniana y otros ensayos afines” de Gabriel Trujillo Muñoz, “Escritos Heteróclitos” También  de Heriberto Yépez, Reflexión bajo palabra de Octavio Islas, “Estudios Vizcaínos” de Guillermo Beltrán, “Cavilaciones mortuorias” de Mauricio Ramos, “La frontera norte de México como Modelización de mundo en Estrella de la calle sexta DE Luis Humberto Crosthwaite” de Elizabeth Josefina Villa Pérez y varios más.

Sobresalen en los últimos 50 años los poemarios de Alfonso René Gutiérrez, Víctor Soto Ferrel, Jesús Raúl Rincón Meza, Heriberto Yépez, Marvin Durán, Roberto Partida, Charlynne Curiel, Laura Jáuregui, Pedro López Solís, Elizabeth Cazessus, Vianka R, Santana, Francisco Morales, Ana Karina Balderrábano, Diana Ríos Ramírez y Silvia González Tejeda, estos cuatro últimos, serán objetos de estudio para mi anteproyecto como representantes de una poesía distinta al resto de la república, con estilo propio.

 

2.    Estudios sobre literatura de la violencia

“El término narcoliteratura no es quizá el más académico o rigorista, pero sí el más funcional o por lo menos el más reconocible”. (Oliver, 2012, p.105). “Es imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el norte es sobre el narcotráfico.” (Oliver, 2012, p.107).

 

“se caracteriza en los últimos años por la descentralización de algunas prácticas literarias que tienen que ver con el conflicto producido en la frontera de México-EUA”. (Pardo, 2020,  p. 99).

 

Son muchos los escritores que han incursionado en esta literatura, la que consideramos como apología de la violencia. Si no, desde el punto de vista psicosocial, cómo los jóvenes sin oportunidad de estudios en anteriores administraciones que solamente los catalogaban como “Ninis” (quienes si se les está atendiendo por la actual administración federal (periodo 2018-2020). En tiempos recientes no tenían más oportunidad que afiliarse a las actividades ilícitas como una manera de salir adelante, rápido, sin educación y sin tanto esfuerzo —pero sí con peligros y muerte—. ¿Cuántos de esos jóvenes se integraron a las bandas delincuenciales?

Esta clasificación o subgénero tiene su origen tiempo atrás de la repetida clasificación institucional de los autores como Bárbaros del norte y las iniciales denominaciones como Literatura del desierto, “literatura del norte de México”. Villa nos dice:

“creadores de la llamada Literatura del Norte de México.“…nombrada en ocasiones como “Literatura de la Frontera”. Entre los representantes de esta literatura contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja California) (Villa, 2010, p. 6).

 

Es claro que nuestra región empieza a adquirir “forma” literaria para los críticos, quienes superan el discurso centrista y profundizan en sus análisis y ofrecen nuevas perspectivas sobre nuestra literatura. De alguna manera esbozan en surgimiento de una literatura particular, ya no como parte septentrional del país sino con una suerte de características que le son propias.

Son muchos los aspectos desde donde se le puede estudiar a la literatura cuyo tema es la violencia, Joachim Michael, un sociólogo brasileño dice en su estudio sobre el tema:

“Dada la magnitud política y social del problema, no sorprende que el narcotráfico no sólo sea un tema de la literatura contemporánea sino que también haya provocado la constitución de lo que se podría llamar un nuevo género literario: la narcoliteratura…, propongo los términos de la narcoliteratura y de la narconovela como designaciones de textos literarios que se dedican al problema del narcotráfico por lo menos a nivel temático.

”. (Michael. p. 10).

 

Subgénero o no, como lo califica Rafael Lemus, “Una narrativa sobre el narco, una estrategia ordinaria: costumbrismo minucioso, lenguaje coloquial, tramas populistas”,  Es imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el norte es sobre el narcotráfico”. (Lemus, 2005).

En los estudios mencionados se hace énfasis en la Narcoliteratura, el tráfico humano y la vida de cholos, bandas y entretenimiento en sitios donde el libertinaje, toma una ideas de aceptación y modus vivendi de la juventud transfronteriza, particularmente en las obras de autores como Elmer Mendoza, Heriberto Yépez, Luis Humberto Crosthwaite, entre otros. En la literatura posmoderna nacional se abunda y analiza estos temas denigrantes como si fuese la única temática en la expresión y por lo tanto, la representante de la literatura fronteriza.

La literatura de la violencia se ha tratado de reunir con diversos argumentos, algunos aseguran ser parte de un subgénero literario que trasciende lo contemporáneo y posmoderno como se puede recurrir a la historia de la región, del país o de todo el mundo. En ella se conjunta la literatura que de alguna manera hace apología a la violencia —como una moda— la narcoliteratura, la violencia de género, particularmente el feminicidio y, más recientemente la violencia de género, por la preferencia sexual, a las comunidades LGBT y sus diversas clasificaciones; las pugnas de los carteles, la corrupción, la crónica, las series televisivas con esta temática, la caída de los grandes Capos del narcotráfico (o sustitución de estos), así como la irrupción de capitales procedente de las ganancias del tráfico de drogas, mercancías, prostitución, niños, trabajadores internacionales, partes humanas, etc., lavado de dinero en la economía privada y pública.

 

Conclusión del marco referencia y crítico sobre

Literatura fronteriza vs. Literatura de la violencia.

 

Separo a ambos, pues la primera incluye una alta gama de obras poéticas que encajan en todas las corrientes literarias en épocas distintas a las que se generaron, igual las novelas, los cuentos, y ensayos con estudios socio políticos, biculturales, literarios y de psicología social. La segunda clasificación, la Narrativa de la violencia en donde se reúnen novelas, cuentos y crónicas, sobre contrabando y peleas callejeras.

Indudablemente para el escritor no le es ajeno las circunstancias y sucesos en los que vive inmerso en el entorno en que se desarrolla, la violencia que existe en todas las comunidades se expresa constantemente en los barrios marginales, en los centros de entretenimiento y en las colindancias fronterizas, no nos son ajenas, pero sí suceden a la par de la vida cotidiana en que el ser humano se esfuerza por sobrevivir, formar familias y convivir en una comunidad en donde se cultiva la fraternidad, el esfuerzo, la actividad emprendedora, comercial y actividad social y cultural.

Objetivo final para la última actividad de ser requerida.

 

Desarrollar un análisis de las obras “Conjuro” de Silvia González Tejeda,  “La desalmada palabra” de Francisco Morales,  “Dados Invisibles” de Diana Ríos Ramírez, “Memoria de octubre” de Ana Karina Balderrábano, textos objeto de estudio de este anteproyecto, con la intención de profundizar en lo que nos motiva y en la valiosa aportación de estos autores a la literatura Fronteriza.

Quiero resaltar cómo los escritores fronterizos se expresan con nuevas adjetivaciones de sus obras, cobijadas por las presentes generaciones de escritores donde mezclan elementos de diversos géneros como propuestas que unos evolucionan y otros, abandonan.

Demostrar cómo esta nueva literatura, nacida de las tradiciones literarias, pero adecuada a la realidad que propone una manera distinta de ser narrada, lo entienden los nuevos narradores y deciden hurgar en sus propias experiencias, lenguaje, discurso,  época que viven, se alejan de la idealidad del modernismo, de la épica y los personajes míticos que tratan de representar la esencia del ser más ideal que real; el amor como tema general en sus propuestas, obras poéticas que nada tienen que ver con la violencia, sino con una existencia tranquila, de reflexión y de apego a la vida, no lejos de las vicisitudes del amor, el desencuentro,  la resignación y el encumbramiento de una filosofía de paz y meditación con la propia naturaleza de la que formamos parte en nuestra dicotomía existencial.

 

Referencias

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5.    Haroldo Dilla Alfonso (coordinador). Héctor Jaquet, Ricardo Nogueiras.

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6.    Tito Alegría Olazábal. (2008). ¿Existen las metrópolis? En Ciudades en Frontera. (127-166). Santo Domingo. Editora Manatí.

7.    Denisse S. Almeyda Gómez. (2014). “El uso de la lengua en la literatura fronteriza”. 14 de septiembre de 2020, de Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Sitio web: https://www.academia.edu/

8.    Lauro Zavala. (2014). “Evolución de la ficción como espacio fronterizo. En La ficción posmoderna como espacio fronterizo”. (22-30). México: Colegio de México.

9.    Luis Enrique Escamilla Frías. ( 2018). “El reino desplegado. La mirada oblicua en la trilogía fronteriza de Yuri Herrera”. Visitas al patio.

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11. Josefina Elizabeth Villa Pérez. (2010). “La frontera norte de México como modelización de mundo en ‘Estrella de la calle sexta’ de Luis Humberto Crosthwaite”. 14 de septiembre de 2020, de Academia.edu. Sitio web: https://uabc.academia.edu/ElizabethVilla.

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15. Alejandro G. González. (2008). “Espejos profundos. Un atisbo a la narrativa. San José University State, California.

16. Diana Ríos Ramírez. (2019). “Dados invisibles”. Tijuana, México: Ediciones alternas.

17.  Francisco Morales. (2015). “La desalmada palabra”. México. Editorial Artificios.

18.  Ana Karina V. Balderrábano. ( 2008 ). “Palabras de mi piel”. Glíglico Ediciones: Tijuana, México.

19.  Ana Karina Balderrábano. (2018). “Memoria de octubre”. Tijuana, México: Eterno Femenino Ediciones.

20.  Silvia González Tejeda. (2015). “Conjuro”. Tijuana, México: Nódulo editores.

 

Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio

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