Caminos de la Historia Cultural
A loa historiadores José Gabriel Rivera Delgado. Josué Beltrán, Rafael Z Flores.
A mi esposa Imelda Islas por su apoyo constante en mis investigaciones
1. Introducción.
Como vimos en la Escuela de los Annales, la cual se crea debido a la oposición
a seguir estudiando desde la perspectiva de una historia "cientificista",
basada en el uso de los documentos y de la deformación total de los análisis históricos para beneficiar a las clases altas
enquistadas en el poder y, como únicas fuentes para escribir la historia, no
estaban de acuerdo en que los textos producto de la corriente positivista
decimonónica se dedicaran a justificar el poder de la riqueza y la política y se les consideraba "superiores" sobre los pobres, para
quienes no existía la historia de los de abajo.
Esta corriente histórica propuso nuevas
formas de enfrentar los hechos históricos, usando el análisis desde las
ciencias sociales como la antropología, sociología, economía, entre otras, y el uso de las mentalidades. Estas
ideas crearon una dinámica de investigación y nuevas propuestas para enriquecer
los estudios historiográficos proponiendo nuevos horizontes de estudio y
análisis hasta llegar a la microhistoria.
La historiografía
tradicional o los primeros intentos por estudiar la historia desde la
perspectiva de las ciencias, la cual no determinaba sus bases y, las
características y método de estudio, los críticos de esta nueva forma de
escribir la historia condenaron el trabajo de Carlo Ginzburg cuya
inquietud e imaginación lo llevó a escudriñar en los pequeños detalles
alrededor de los grandes acontecimientos históricos, la cultura popular olvidada.
En ello aplicó el rigor científico, trabajando las fuentes hasta en lo más
mínimo, por caminos escondidos e ignorados de la sociedad. Su talento para la
escritura lo llevó a contar una historia de un personaje sin igual, pero
olvidado, su ejemplo y devoción por aprender sin la opresión clerical nos
transporta al espíritu de libertad naciente de la época de finales del siglo
xvi, nos muestra el espíritu de la época con las emociones y vivencias de
sujetos que el autor vuelve a la vida para mostrarnos los problemas de personas
sencillas y humildes.
Para Luis González y González
tampoco le fue bien al presentar su trabajo producto de su año sabático, “Pueblo
en vilo”, por la mayoría de los integrantes de la Academia de Historia de México,
sin embargo, aplaudida por sus maestros y reconocida a nivel mundial por los
estudiosos de esta nueva perspectiva historiográfica, la microhistoria. González
saca sus fuentes entre la población, la de clase baja, utiliza a los ancianos
como fuente de consulta. Su entorno geográfico y minúsculo no le permiten
aparecer en la geografía nacional, salvo algunas imprecisiones de la geografía local, “La parroquia o
municipio de San José de Gracia, tema de estos apuntes, no aparece citada en
ningún otro libro de historia de México, ni se menciona siquiera en alguna
historia de Michoacán.” (González, 1995:15), Su dedicación nos da una lección
de cómo un historiador debe estudiar a la comunidad. Busca documentos
históricos y no encuentra nada. En San José de Gracia, su pueblo natal se da
cuenta de la riqueza de lo que saben y cuentan los ancianos, de ahí arma el
entramado de la historia.
2. Carlo
Ginzburg
Historiador y ensayista
italiano, Carlo Ginzburg graduado de la carrera de filosofía en la Universidad
de Pisa y luego profesor de esta, así como la Universidad de Bolonia,
actualmente en la Universidad de california.
Como ensayista son muy
importantes los trabajos sobre el Renacimiento y la Historia Moderna,
enfocando su método historiográfico desde la perspectiva de la microhistoria,
a través de la que ha realizado importantes aportaciones como “El queso y
los gusanos”, ensayo de 1976 en el que presenta a la Europa de finales del
siglo XVI a través de los ojos de Menocchio, un simple molinero italiano
que fue juzgado por la Inquisición por su manera de pensar con libertad, lo que se ha
considerado como símbolo del nacimiento de las ideas modernistas. Carlo
Ginzburg (y su libro El Queso y los
gusanos el cosmos de un molinero del siglo XVI) y Giovanni Levi con su obra:
“La herencia inmaterial” proponen el modelo clásico de la
historiografía, y con ellas fundan la corriente de la microhistoria. (Et. Al. Sánchez.
2017).
3. Luis
González y González
Estudió Derecho en Guadalajara, la
maestría en Ciencias Históricas en la Escuela Nacional de Antropología e
Historia el doctorado en Historia en El Colegio de México y cursos en la
Universidad de París (1951–1952). Fue discípulo de Daniel Cosío Villegas y de
Silvio Zavala. Impartió clases desde 1953 en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. En
El Colegio de México dirigió el Seminario de Fuentes de la Historia
Contemporánea de México (1957–1960), el Centro de Estudios Históricos
(1963–1965 y 1970–1973) y coordinó el Seminario de Historia de la Revolución Mexicana
(1973–1980). Participó en la fundación y fue el primer director de El Colegio
de Michoacán. Sus trabajos sobre Historia se han difundido en obras colectivas,
en publicaciones periódicas de corte académico y en algunas enciclopedias,
entre ellas, la Enciclopedia
Metódica Larousse, The
New Católica Encyclopedia de Grolier. Publicó en Historia Mexicana, en donde
fue miembro del consejo directivo, Historia
de América, Diálogos, Relaciones, Boletín de El Colegio de Michoacán, Vuelta, Estudios Americanos, El Trimestre Económico, Nexos, "El Semanario
Cultural" y otras publicaciones nacionales y extranjeras.
Luis González y González, historiador,
escribió rigurosos ensayos de temas históricos, el periodo histórico de México
que abarca desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo xx. Destaca su ensayo "El
liberalismo triunfante", Los
artífices del cardenismo y su trabajo sobre Historia
Regional, y sus artículos y libros sobre Michoacán y Jalisco. Su
experiencia aporta a la teoría de la Historia una propuesta vivencial en El oficio de historiar y
en Todo es historia,
en donde presenta una selección de artículos publicados en distintos momentos,
pero con el propósito de examinar la Historia como una disciplina compleja. Pueblo en vilo (1968)
es el libro que nos ocupa en este ensayo.
4. Breve
reseña de cada uno de los libros.
a)
“El Queso y los gusanos” es la
obra pionera de la microhistoria italiana. El autor, basado en documentos narra
el transcurso del juicio por parte de la Inquisición que se hace a un molinero
friulano (de la ciudad de Friuli), el cual es acusado de herejía y de
blasfemia.
En este sentido, el tipo de
texto que nos ofrece Ginzburg gira en torno a la narración de un proceso
judicial que sufre un condenado por el clero Una narración que lejos de
quedarse en la crónica del acontecimiento, analiza las características que tuvo
para así delimitar el pensamiento, valores y ética que regían la época
circunscrita en el siglo XVI, haciendo explícito el sentir de religiosos
(representantes de la clase dominante) y de los campesinos (representantes de
las clases subalternas) en la figura de Menocchio (Domenico Scandella).
Tal vez en su búsqueda
Ginzburg se interesó en un pobre molinero llamado Domenico Escandela al que le
apodaban Menocchio y al que hacían referencia en uno de los archivos de
la inquisición (que nunca tuvo nada de “santa”), porque era un suceso anómalo,
desde la perspectiva actual, juzgar y condenar a un pobre porque se instruyó y
refutaba las ideas arcaicas de la religión. En esos archivos olvidados de la Inquisición,
el autor se dio cuenta que la gente leía y tenía ideas propias y en particular
el personaje juzgado y condenado por hereje. Menocchio dentro de las
limitaciones de su poca educación, ya que apenas leía, cuenta que en la tierra “todo
era un caos, que la tierra, el aire, el fuego formaron de ese caos una masa
putrefacta, de ahí nace dios y los ángeles de la misma manera que del queso nacen
los gusanos”. (Et. Al. Ginzburg. 1976). Estas ideas las consideraron peligrosas,
además de refutar el hecho de que la alta curia, vivía en la riqueza y el
dispendio. No lo consideraban loco, sí con su propia visión del mundo, para
ellos les era difícil de comprender que el pueblo tuviese al menos algo de
cultura como la concebían y dictaba, sí al menos la tenía, esa fue la razón del
choque entre culturas.
b)
“Pueblo
en vilo” o microhistoria de San José de Gracias, une la crónica al rigor de la
historiografía moderna. El autor hace un ensayo de historiografía parroquial desdeñada
desde un principio por los historiadores que piensan en grande, sus
condiscípulos del Colegio de Historia de México, pero aceptada por sus maestros
y por la historiografía mundial.
Un Pueblo que está en vilo,
inseguro, frágil, inestable, precario, prendido con agujas perdidas en un pajar
que es la historia nacional a punto de ser borrada y lo fue por las fuerzas del
callismo y la educación socialista, sin aparecer en los mapas mundiales, tal
vez un pequeño dibujo a escala del paralelo 20 y el meridiano 103.
Colindante con Jalisco en
una pequeña meseta de Michoacán, el pueblo llamado con el nombre del patriarca
que lo fundó, Habitaron el lugar "a la buena de Dios" regidos por sus
santas leyes, para fines del siglo XIX la villa tuvo templo, escuela, botica,
panadería, mesón, y candidato a engrosar las filas del panteón religioso.
Así nace una microhistoria a
la manera de Agustín Yáñez, Juan Rulfo y Juan José Arreola, con sus
"tierras flacas, Vida lenta y población sin brillo", “con personajes
novelescos, y su insignificancia histórica” como lo dice el propio autor.
San José de Gracia se ha
convertido en un pueblo-personaje, con una población viva y que cuenta
historias y ni un cercano volcán lo borrará de los Anales de la Historia, todas
esas insignificancias están identificadas con millones de pueblos iguales y
personas nulas y desconocidas. De esa manera el autor, fracasó en su
microhistoria sobre San José de Gracia que creció de tal manera que la historia
universal del poblado terminó en convertirse en macro historia. brindarnos identidad como grupo humano y
también para mantener la herencia de costumbres y tradiciones que van dejando
nuestros antepasados.
La
aportación de “Pueblo en Vilo” de González y González va encaminada a su
trabajo que gira en alrededor de un análisis histórico de lo local, ya sea del
pueblo al que pertenecemos (lo que él conoce como terruño) o de la comunidad en
la que nos desenvolvemos cotidianamente.
En
suma, “Pueblo en Vilo” vino a darle vigor y audacia al estudio histórico
que ya adormecía a los estudiosos empeñado en mostrarnos episodios con los
cuales nos sentíamos engañados y no convencidos.
5.
Identificación de los elementos centrales
de cada obra, conceptuales y metodológicos.
Wingzburg a través de sus
obras ha aportado de una manera muy importante el desarrollo de la
microhistoria. A través de sus estudios nos invita a analizar las fuentes desde
una perspectiva innovadora, con agudeza y profundidad, con el propósito que nos
hablen y describan lo que los historiadores han ocultado y que están guardadas veladamente
en sus páginas, la vida cotidiana del pueblo mismo.
Nos
enseña a leer entre líneas, sin interpretar literalmente la evidencia, escrutando
las particularidades, además de lo que consigna el texto, las representaciones,
creencias y prácticas por medio del análisis desde la perspectiva cultural, no de
una clase sino la cultura que aglutina lo mismo la vida cotidiana con la vida
de los personajes protagonistas de los sucesos relevantes en el espacio y tiempo
de que se trata. Con esto,
podemos decir que el autor de la obra pretende mostrarnos una época determinada
a través de una figura representativa, Menocchio, un representante de la clase
baja, pero no pobre, ya que era molinero y podía tener tiempo para leer y
compartir ideas, Ginzburg presenta una cosmovisión que regía la vida de fines
del siglo XVI.
González y González se propuso
a estudiar las peculiaridades de su pueblo natal San José de Gracia, Michoacán,
respecto a otras regiones del país, con esto, muestra que su pueblo tenía ciertas
características aunque lo que contara no era tan significativo supuestamente, no se realizaron las grandes
batallas de donde emergieron héroes nacionales o su defensa y victoria trascendental en la
historia nacional, pero era algo que se podía contar de la misma forma que
muchas comunidades del país, cuya vida local tiene casi las mismas
características, costumbres, modo familiar, educación, ocupaciones, ideologías y
cultura, que en un momento dado se revela
contra imposiciones arbitrarias
gubernamentales.
Don Luis utiliza a los
ancianos como fuente de consulta. Busca en documentos históricos y no encuentra
nada sobre la historia de su pueblo, es entonces que se da cuenta de la riqueza
de lo que saben y cuentan los ancianos.
6. Identificación
del debate entre los autores y las obras.
En la obra de Luis González
y González nos muestra como en el pueblo había una cultura oral, la reunión de
la comunidad en el parque o en el seno familiar donde comentaban y compartían. Con
ello demuestra que la cultura popular de abajo hacia arriba retroalimenta a la
cultura alta y viceversa. González al describir al detalle los rasgos de una población,
la hace visible en la macro historia.
En cambio, Ginzburg estudia
la cultura, las diferencias que existen en un extracto social respecto al otro.
González lo busca entre la población y la clase baja. Don Luis describe en”
Pueblo en vilo” lo que sucede durante la guerra cristera, como afectan en
la tenencia de la tierra, el reconocimiento de una comunidad como parte de la
nación, el desprecio de las autoridades por una comunidad no reaccionaria, sino
apegada a las tradiciones de la familia, el trabajo y la convivencia social. Detalla
en su libro que la producción de leche y carne era para abastecer a las grandes
ciudades cercanas como Morelia y Guadalajara, mientras que el frijol y el maíz es
para autoconsumo. Con ello nos da una lección de cómo un historiador debe
estudiar a la comunidad.
Por medio de las entrevistas
arma el entramado de la historia de San José de Gracia y encuentra que el núcleo
de los relatos son la tradición religiosa; cada momento de desarrollo. La
cristiada fue un evento que involucró al pueblo; su fe sometida al poder del
estado. González propone por medio de la microhistoria una historia local; busca
las ricas tradiciones, las formas de ser de un pueblo que sobrevive todos los días.
Ginzburg se basa en el
pensamiento del hombre y su fenómeno cultural. Sus procesos y anomalías.
Son dos libros que nos
permiten comprender una historia en una pequeña comunidad, un pequeño evento que
puede despertar la curiosidad o ser modelo de lo que se puede repetir en otros
pueblos, como lo hace González con “Pueblo en vilo”, circunstancias y
sucesos replicados en los pueblos de México.
- En tu argumentación debes incluir
elementos reflexivos en torno a los dos libros.
“El queso y lo gusanos” de Carlo Ginzburg publicada en 1976 analiza la situación trágica del molinero herético Menocchio cuyas lecturas de libros renacentistas los llevó a discutir la falta de verdad en las historias e ideas impuestas por el clero, además de la riqueza desmedida de
quienes exigían para el pueblo su miseria como salvo conducto para “merecer un paraíso” mientras la curia se ahogaba en riqueza desmedida, vicios, corrupción y apoderamiento de la tierra y del producto de trabajo de la gran población explotada, sus discusiones basadas en el razonamiento y la influencia de las lecturas no canónicas, lo llevan a la muerte. El autor, con ello busca revalidar la cultura popular y su relación con la cultura oficial, esta última tomada desde arriba desde las clases dominantes, mientras que el pueblo trabajador, creador de su propia cultura es ignorado. El molinero y su comunidad lectora demuestra: “…la necesidad que tienen las sociedades de crearse ciertos ideales que le permitan hacer la vida más bella y hacer más soportable la existencia”. (Ríos. P. 87).
La historia del molinero
coincide con el inicio del Renacimiento como un período antropocéntrico, donde
el ser humano se convierte en el centro de referencia en contra de las ideas teocéntricas
donde todo sucedía por designio divino, incluso las teorías de la creación sin
bases científicas comprobables. La analogía empleada por Menocchio, aunque rudimentaria,
muestra que el hombre puede razonar, experimentar y plantear sus hipótesis, prueba
y error, pero que al menos son propuestas más creíbles y comparables con lo
material.
“Pueblo en vilo” nos muestra las cosas que nos son
comunes al resto de pueblos de México, las parroquias, los trazos sencillos de
sus casas, calles y callejas, el modo de gobernar y elegir, la subsistencia por
la agricultura y la crianza de aves y porcinos, el ganado y la caballería como
medio de transporte, (ya modernizados la mayoría). De cómo “el dinero sirve para
pocas cosas: ganado, tierra y ser enterrado”. (González. 1995). En los
pueblos tienen tradiciones y costumbres familiares que les son comunes; códigos
de conducta, historia económica, distribución de la riqueza, oligopolios que
dominan el comercio, las relaciones con la iglesia, etc. Cada detalle de su
comunidad con un alto contenido histórico, a diferencia de las grandes
ciudades.
En ambos libros y sus microhistorias
los autores logran una historia total. La microhistoria es parte de la historiografía,
una perspectiva de estudio, para tomar los temas inadvertidos de la historia.
Se trata de presentar lo raro, la escala a su mínima expresión, un lugar para
poner a prueba la hipótesis de la macrohistoria, que le sirve a la historia
misma, no a la microhistoria, esta se convierte en una compleja construcción de
la macro historia.
Desde la macro historia se
han contado tantas mentiras, “la historia la escriben los vencedores” dice
una vieja conseja, aducida a Churchill, lo que definitivamente esconde la
historia de los vencidos y excluye a los pueblos, siempre perdedores al
convertirlos en carne de cañón, pueblo contra pueblo para beneficio de los
grupos de poder. Tenemos una historia nacional que idolatra a personajes que se
levantaron contra José Napoleón a favor de Fernando VII y que hoy los proclaman
independentistas de España; héroes nacionales, al grito de algo que no dijeron:
“Viva la independencia de México”, “Viva la virgen de Guadalupe” (por cierto, traída
de España), cuando no había tal, ni ese nombre como país teníamos. En cambio,
Hidalgo exclamaba “Viva Fernando VII”, “Muera el usurpador José Napoleón”.
Es clara la diferencia entre
historia regional y la microhistoria, en esta última es un personaje narrador
el que cuenta, el que sube a un campanario de la iglesia y capta una visión
panorámica de su pueblo, el bullicio, la gente, y busca qué hay más allá de
esas personas que deambulan por las calles y se propone a investigarlo. Si cualquiera
de ellos hubiesen contado desde la perspectiva
de la historia regional, desde ese campanario donde contempló Luis González
su pueblo natal, trataría de hurgar qué hay más allá de lo que ve, de los
alrededores, de cómo llegó a esos lugares la cultura, las tradiciones, el
lenguaje, la democracia o el autoritarismo, el clero, el gobierno que afecta los
intereses locales, sin que particularice en un pueblo, ciudad o comunidad, sino
con el espacio y tiempo histórico que le
ha tocado vivir, entonces estamos
hablando de una historia regional o nacional.
8.
Conclusión.
El trabajo de Carlo
Wingzburg no se circunscribe nada más a escribir y comentar un libro, una historia,
sino a reconstruir un método de la historiografía, conocida como microhistoria, este
modelo de estudio nos muestra que el autor es un historiador excepcional,
preocupado de su oficio, sus métodos, su manera creativa de exponer sus ideas las
que propone considerando lo particular, la creación y la interpretación del
actuar del sujeto, del porqué el personaje se condujo de tal manera y defendió
sus ideas ante un poder monolítico y nefasto como es el clero.
No se trata de reivindicar
sino de buscar la verdad y consignarla a reconstruir un pasado para comprender lo
que estamos viviendo, de esa manera nos desafía a que nosotros como historiadores
prospectos, tomemos nuevas perspectivas de análisis e innovemos sin temor lo
que implican las metodologías propias de la disciplina, aportar de alguna manera
para cultivar y desarrollar el oficio del Historiador, sobre todo, a reforzar
los estudios de las Humanidades y las Ciencias Sociales.
En el caso que nos
compromete a comparar no se trata de argumentar cual microhistoria es mejor ni
por ser el mejor método micro histórico para estudiar pequeñas localidades.
Cada una es diferente, la microhistoria italiana se ha estudiado más porque
muchos estudiosos ven la vida del molinero como el inicio del modernismo, las
ideas que renovaron la sociedad y se deshicieron de un sistema feudal regido
por la iglesia y sus ideas retrógradas,
es decir, desde el punto de vista cultural, además de que ha tenido más
escritores con esa temática, de hecho, “El
queso y los gusanos” ha sido traducido en más de 20 países mientras Pueblo
en vilo en unos cuantos en diferente idioma .Así es que la microhistoria
italiana ha tenido una divulgación mayor, sin embargo, “Pueblo en vilo” es
único en cuanto al estilo y, la temática, la verosimilitud de las fuentes
entrevistadas y avalado lo dicho con sus propios documentos familiares de los
narradores, fotos, actas, nombramientos, dominio de la tierra, etc.
Sin duda los estudios de Giovanni
Levi, este último con su libro “Formas de hacer historia” fue quien puso de
moda el estudio de la microhistoria como un método de la historiografía para
estudiar locaciones pequeñas. Tanto Wingzburg como Luis González fueron
llamados los padres de la microhistoria italiana y, mexicana; “Pueblo en
vilo” es una obra original que marca la pauta para estudios de historia
regional y es la obra más significativa de Luis González y Gonzalez.
9. Referencias.
Javier Cervantes Mejía. (XXX). El
queso y los gusanos: El repunte de la historia de la cultura popular. Consultado
el 24 de mayo de 2021, de www.monografias.com. Sitio web: https://www.monografias.com/trabajos19/queso-y-gusanos/queso-y-gusanos.shtml#google_vignette
LaCapra, D. (1988). Chartier, Darnton
y la gran matanza del símbolo. Recuperado
de https://www.estudioshistoricos.inah.gob.mx/revista Historias/wp-content/uploads/historias_25_27-45.pdf
Aguirre Rojas, Carlos
Antonio. (2003). El Queso y los Gusanos: un modelo de Historia, Critica para
el análisis de las culturas subalternas. Revista Brasileira de História.
São Paulo, v. 23, nº 45.
María Cristina Ríos
Espinoza. (XXXX). Johan Huizinga (1872-1945). Ideal caballeresco, juego y
cultura. Casa del tiempo, 1 # 9, 71-87.
Sánchez, A. (2017). Nota de lectura
de La herencia inmaterial. La historia de un exorcista piamontés del siglo
XVII. Archivo de la Frontera es un proyecto del Centro Europeo para la
Difusión de las Ciencias Sociales (CEDCS), bajo la dirección del Dr. Emilio
Sola. Recuperado de http://www.archivodelafrontera.com/wp-content/
uploads/2017/10/NdL_La-herencia-inmaterial_Sanchez-Lupon.pdf
https://www.academia.edu/8067795/GONZALEZ_Luis_Pueblo_en_Vilo
Tomás Calvo. (2017). “De
la tristeza del historiador” a la Apología para la historia y a El oficio de
historiar. Relaciones Estudios de Historia y Sociedad, 52, 381-398.
Marco Parada Ulloa. Chile “Carlo Ginzburg:
La historia común y cotidiana”. Universidad Adventista de Chile, Utopía y
Praxis Latinoamericana, vol. 23, núm. 83, p. 9, 2018 Universidad del Zulia.
Erwin Rodríguez Díaz.
(2013). La relación entre el tiempo largo y el tiempo corto. Estudios
políticos, 29, 3.
Giovanni Levi. (1990). La herencia
inmaterial. La historia de un exorcista piamontés del siglo XVII. Madrid:
Nerea.
Gonzalez y González, Luis. (1968). Pueblo
en vilo. Academias de historia de Michoacán. Zamora.
Luis González y González.
(2009). El oficio de historiar. Zamora: Colegio de Michoacán.
Carlo Ginzburg. (1976). El
queso y los gusanos. Italia: Einaudi.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario