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miércoles, 20 de abril de 2022

Acerca de la novela "La Mentira" de Mauricio Sergio Martina

  

 

 

 

 

CONVERSACIONES Y ESTUDIOS CRÍTICOS

 

ACERCA DE LA NOVELA

LA MENTIRA

Del maestro

Mauricio Sergio Martina

(Mauro Martina)

 

Conversaciones previas a la edición.

10/12/17 05:20

GBV. Maestro Mauro, he leído con agrado sus comentarios sobra las obras compartidas en nuestras páginas. Es ya costumbre que interactuemos dentro del libro que editamos y publicamos, que los autores nos compartan sus conceptos sobre los libros de nuestros miembros. Lo invito a participar y de esta manera ejercitar también la crítica literaria. Los textos se agregan al libro en cuestión en una sección inicial llamada “Estudios Críticos “. Para muchos, lo que les dio temor al principio ha sido un maravilloso descubrimiento de su poder de percepción lírico-conceptual. Lo invito a participar.

Mauro

hermosa invitación, voy a leer y si puedo hacer algún modesto aporte cuenten conmigo. No, el agradecido soy yo con Ud. y con el grupo que bien me reciben es muy gratificante.

GBV. La mejor carta de presentación ha sido la calidad de su obra, basta y sobra para haber aceptado una futura edición.

13/12/17 14:11

Mauro

Gracias por recomendar la lectura de Atrapando sueños Hermosa publicación en gesta y sorprendido por la poeta de la nación paraguaya una sensibilidad exquisita y versos muy bellos. Hay unidad en el criterio de la obra. Con modestia puedo sugerir revisar si hay algún tipo repetición en la temática. Sobre todo, en referencia a los poemas de la luna. Igualmente me parece una obra de gran calidad, y sobre todo que emociona. Un gran libro Felicitaciones

GBV. justa coincidencia, transcribiendo el último comentario recibido. Gracias Poeta. Lo agrego al libro. Mil gracias, también estoy trabajando en el libro que le enviaré. Excelente maestro un gran abrazo.

23/9/18 07:47

Mauro

Brillante, espero algún día poder publicar con ustedes, un gustoso saludo y mis deseos de que sigan siempre para adelante. Muchísimas gracias, Guillermo un abrazo desde Salta Argentina y salud por la única luz de la vida: la amistad.

Ok como hablamos una vez no pretendo ningún beneficio económico no cobrar ningún derecho y si pudiera haber uno disponga maestro para lo que fuere y tal vez para ayudar a alguien mi eterno agradecimiento a Ud., por ayudarme a publicar Espero poder conocerlo personalmente y brindar por esta amistad.

GBV. Mire. Puedo ayudarle a crear su cuenta. Invente un correo “Gmail”, Una clave. Me la pasa y le ayudo con su cuenta. Cuando ya aprenda cada paso para publicar, cambie la clave para que nadie más entre a la cuenta. Es algo sencillo. De esa manera no tendré ninguna preocupación por su obra. Y lo mejor, es que pueda comprar a un 30% de costo sus libros y podrá vender, regalar, promover. Además, cada que Amazon venda le aparta sus regalías y cada cantidad o fin de año le manda un cheque por sus regalías. Por eso no quiero poner en mi cuenta a nadie por cuestiones administrativas y porque se alteran mis impuestos. Entonces, espero lo del correo y clave para crearle su cuenta y le voy compartiendo cada paso para que lo escriba y quede como instructivo personal.

Mauro

A mí me gustaría que si hay alguna regalía que usted la maneje y ayude a otros a publicar; para que no tenga problemas fiscales creamos una cuenta a mi nombre, pero usted puede disponer de ella.

GBV. No es necesario, deje usted sus regalías como un legado a su familia o a alguna institución cultural en Puna o Salta. Como le digo., una vez concluida su capacitación sobre cómo manejar su cuenta, para verificar que todo está bien ordene un primer paquete, cambie la clave y de allí en adelante lo maneja solamente usted o uno de sus familiares. Cada que escriba un nuevo libro se lo edito y envío para que proceda a seguir publicando bajo su estricto control. Sí puede copiar mis instrucciones y abrir un archivo como manual para publicar en Kindle de Amazon, muy bien. Ahí va agregando cada instrucción que le comparta. No es necesario que me ceda nada, su amistad sobre todo es lo que vale. Tengo bien definido mi ideal y propósito de ayudar gratuitamente. “Nada me llevaré cuando me vaya”, dice una canción.  Le recomiendo que cuando reciba regalías compre al costo más ejemplares y lleve sus libros a las universidades, escuelas, bibliotecas, de Salta y archivos de la nación. Que lo lean generaciones futuras. Su obra es demasiado buena. Debe trascender nuestra época.

Mauro

Pensamos igual querido amigo al final no hay nada que llevar. Excelente idea la suya y mil gracias por su consideración a mis escritos, aunque donde vivo estamos alejados de grandes centros urbanos, comenzaré la tarea y voy copiando este formato y registro una cuenta y le envió con la clave.

GBV. Que esa cuenta “Gmail” sea exclusiva a su obra. No mezcle mensajes de otro tipo para que Amazon y Kindle tengan una comunicación particular con usted. Mi pago. Cuando aprenda, es que enseñe a otros escritores de su región o a jóvenes prospectos a escritores.

Mauro

Cumpliré con el cometido ayudando a los poetas populares de mi pueblo, San Antonio de los Cobres que tanto lo necesitan.

GBV. Cuando aprendí y llevaba unos 10 libros y veía personas tristes por no publicar, me sentí mal, fue cuando creé los grupos: El Taller de Escritores y Encuentros en la Cultura y, por añadidura, el Proyecto Editorial Sin Límites. Y mire que ha crecido el grupo. Ahora, por cada libro mío, ayudo a uno o más autores. Me siento en paz. Cuando terminemos su caso le voy a pedir me ayude con amigos que no quieren aprender y que me piden les siga editando y publicando. Eso me tiene muy preocupado.

Mauro

Sí, querido amigo cuando comencé a ver su tarea estaba gratamente sorprendido, aún más cuando me ofreció ayuda para publicar siendo yo un desconocido que vive tan lejos de su bello México. Usted se ganó mi admiración. En todo lo que pueda colaborar cuente conmigo.

GBV. A los hombres como a las mujeres “Los conoceréis por sus obras” dice un dicho. Cuando lo leí por primera vez sentí que lo conocía de siempre y al leer su novela, no tiene idea lo que fue para mí. Impresionante.

Mauro

Agradecido maestro de corazón. Nací en plena puna de Salta un pueblo de cinco mil habitantes a 3878 me tos de altitud, donde todo es escaso y tal vez allí esta manera de ser, valoro mucho los gestos de humanidad que usted tiene una cuestión de hermandad plena.

GBV. Para mí al conocer los escritores de Salta fue como si hubiese conocido a Sábato, Cortázar, Borges... Por eso me parece urgente que haga esos pasos y conozcan sus obras tanto el pueblo con las academias, investigadores y críticos

Las comunidades, la ciudad de Salta y toda la Argentina. Vale la pena.

Mauro

Gracias, maestro su ayuda es fundamental y estaré agradecido. Quizás cuando pase todo este infierno pueda ir a México o venir usted a la Argentina a celebrar nuestro amor por la literatura participando de reuniones con otros escritores. Registro la cuenta y se la mando en minutos. (mau……1956@gmail.com, clave fe…..).

A descansar maestro un abrazo.

Le mando mi primer proyecto, es una novela que he titulado La Mentira. A ver qué le parece.


PRÓLOGO

La novela La Mentira

  • Guillermo Beltrán Villanueva
  • Maestro en Apreciación
  •  y Creación Literaria
  • Instituto de Estudios Superiores IEU

Toda la literatura latinoamericana desde el siglo IX hasta la actualidad respira árabe por alguno de sus poros, un hecho comprensible si se tiene en cuenta que un número importante de ellos son descendientes de árabes que cambiaron su verdadero nombre para escapar de persecuciones o simplemente para cambiar de vida una vez instalados en América. Los árabes, emigraban sin ganas de volver a su país de origen, de tal manera que se integraban totalmente en las sociedades adonde llegaban, pero sin dejar de recurrir a su pasado a sus tradiciones literarias para heredar a las generaciones futuras. Todo ello lo percibimos en la génesis de la literatura latinoamericana y continúa hasta el día de hoy.

La novela La mentira del escritor y filósofo Mauro Martina no se escapa de la influencia árabe, es una novela rica en aforismos, reflexiones, y reminiscencias del pasado, de las costumbres y tradiciones; la conservación de los nombres en los personajes, sean estos de cualquier nivel socioeconómico o el papel que el autor le asignó a cada uno, todos se enorgullecen de su ascendencia árabe sean producto de su adaptación al español o a la región de donde procede cada uno de ellos.

Lo interesante de la trama de la novela es que aún en el desarrollo del drama que los envuelve, este lo adaptan plenamente a las costumbres, comportamiento y la propia convivencia familiar; el abuelo, hombre sabio dispuesto a dejar un legado más valioso que cualquier valor material o económico:

“—Caminemos, linaje de mi sangre, —dijo el Abuelo —, sentado en la mesa y con un libro en su mano derecha—, él decía que ese texto lo había asistido en todas partes”.

 La condición conductual de su descendencia dentro de los cánones que la religión, la familia y la sociedad comunitaria, además de las relaciones sociales y respeto a las leyes fuera de sus costumbres, pero que son las que rigen la comunidad que les abrió las puertas en la América del sur.

La comunidad hispanoparlante, quienes, desde luego, no se escapan de la rica tradición que les dejó la dominación musulmana en la península ibérica adopta una nueva particularidad enriquecida con las comunidades árabes, migrantes de los últimos tiempos.

Nada nos es extraño en el discurso de la novela, no si tomamos en cuenta las costumbres que hemos heredado y que percibimos en el presente a través de la lectura de este documento como es La Mentira. Idiosincrasia y herencia; ficciones, modo de ser, supuestamente española lo vemos con mayor similitud entre la comunidad hispanoamericana y la hispanoárabe asentada en las regiones de América, particularmente en el Cono Sur

 La tierra de grandes escritores como Borges, cuya obra sueña e imagina Las Mil y un Noches a través de sus cuentos; García Márquez y sus gitanos árabes no nada más invadieron su país sino su imaginación, en ese aquelarre de magia que en Cien años de soledad fábula donde nos hace sentir parte del encuentro con los Buendía. Vaya, hasta Eva Luna de Isabel Allende no puede prescindir de tan singulares personajes de origen árabe, muy necesarios para darle esa magia, esa predisposición a la cábala y a la nigromancia y, por supuesto, al encanto de inventar un obra capaz de absorber nuestras noches y días ante el temor de llegar al final y no sobrevivir a las circunstancias de abandonar ese mundo imaginario para encontrarnos con la realidade la vida.

Nadie como la comunidad árabe se supo adaptar; primero el ser dominados por un gran imperio y luego, tras su líder inmortal Mahoma tuvo la fuerza de sus creencias para emprender la dominación del mundo, pero no como un déspota ilustrado, a la manera del Renacimiento, sino como un transmisor de las ciencias y la filosofía, ese conjunto de doctrinas relacionadas con la vida, el universo, la ética, la sociedad y demás cuestiones fundamentales vinculadas al mundo islámico. La tradición islámica actual combina algunos pensamientos del neoplatonismo y del aristotelismo con otros conceptos que fueron insertados mediante el desarrollo del islam.

En La Mentira intuimos los grandes preceptos de los filósofos hispanoárabes como Avicena y Averroes, quienes precisaron algunas interpretaciones de Aristóteles después absorbidas por los intelectuales judíos y cristianos. Tal como su influencia en nuestro lenguaje con más del 8% de palabras de tal origen, cuyo más de 900 palabras raíces derivan más de cuatro mil palabras de nuestro vocabulario.

 De esa manera las costumbres tan arraigadas de la vida y su unidad familiar, costumbres, leyes no escritas, forman parte de nuestra cotidianidad; una gran variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje lo encontramos en la filosofía en su «ciencia racional». Y según esta definición, la palabra falsafah hace referencia al conjunto de saberes tales como: teología, política, matemáticas, moralidad y física.

Todo lo podemos sentir, intuir, descubrir en el discurso de los personajes, en los sucesos, los problemas que viven y cómo los resuelven, dejando una estela de sabiduría de esa gran tradición hispanoárabe que hoy revive el maestro Mauro Martina a través de su novela.

¡Disfrútenla!

 

sábado, 2 de octubre de 2021

 La Casona Blanca 

de Noemí Hernández López y José Agustín Pérez


Palabras del editor

Guillermo Beltrán Villanueva

Editar “La Casona Blanca” se convirtió en varios retos, el primero fue cómo sincronizar dos discursos tan distintos de los coautores en la trama; el de Noemí Hernández López cuyo estilo poético, su principal género, es sencillo, pausado, melodioso, y profundamente emotivo y, José Agustín Pérez, más académico y contestatario, surgido como escritor de las luchas de izquierda revolucionaria, ya en sí se presentan como dos estilos muy diferentes. De igual manera, me enfrenté al trabajo de hacer coincidir en una historia, las descripciones, diálogos sin que se apartaran significativamente del vocabulario de cada personaje.

Recuerdo el comentario de Noemí que luego incluye en su presentación:

 

“—Dentro de las paredes de cualquier casa, siempre se tejen historias que, la mayoría de las veces quedan atrapadas y ocultas dentro de ellas. La casona blanca no es la excepción. Pues aunque la historia está basada y se desarrolla dentro del mencionado aposento, si he de ser sincera solo me constan los sucesos que se dieron fuera de la casona; lo íntimo, lo escondido lo que se desarrolló bajo su techo a puerta cerrada lo saqué de mi ligera imaginación y al final y para mí sorpresa todo ensambló como en un rompecabezas, aún la rica y bien nutrida aportación en interesantes segmentos de mi gran amigo Guillén Pablo fueron cayendo en esta narrativa como piezas claves para llegar al clímax y luego a un final”.

 

Cada uno con su discurso, vocabulario y gramática diferente y el uso o carencia de signos necesarios en las expresiones. Solicitar una y otra vez la adaptación de la historia a un sentido de verosimilitud apartada de la fantasía en que a veces nos entrampamos los poetas al ser demasiado soñadores y optimistas que, muchas de las veces, nos conduce a la fantasía y nos aleja de la realidad.

Esto me llevó a un diálogo colectivo con los autores para escudriñar cada detalle, situación complicada, pues dadas sus ocupaciones difícilmente coincidíamos los tres. Ante ese inconveniente los comentarios se hicieron con cada autor en momentos distintos, lo que dificultaba el avance de la edición.

 

“—Me gusta lo que están haciendo ustedes, dos amigos entrañables, sus propuestas, su originalidad en cuanto a la forma.

Noemí:

—Para mí, el resultado sinceramente, a primer impacto lo consideré catastróficos. Sin embargo…

 Enviaste

—No. Es como si cada uno se empeñara en descifrar al personaje, un ser humano, sin duda, de carne y hueso, con sus máscaras, con su mente discutiendo cual apariencia presentar.

 Respondiste a Noemí su mensaje original:

(Para mí, el resultado sinceramente, a primer impacto lo consideré catastrófico).

—No, no, de ninguna manera. La idea ahí está. Me van a arrimar una "chinga" con la corrección y darle sentido, pero me encanta. Es un gran reto.

 Denme vida, amigos, me he sentido muy desanimado con eso de que esté quedando inválido con tantos proyectos y deseos de escribir y ayudar a los escritores y artistas. Me entusiasta tanto su idea. Así es que a trabajar en cada aspecto del personaje cada uno, me lo mandan y conversamos como encajar en la historia”.

Noemí:

—Sin embargo, te decía, al ir desarrollando la trama me sentía como en un desafío, pues veía que mi nivel no daba mucho, pero al mismo tiempo sucedía lo que al principio, veía los textos que me enviaba José Agustín,

 y me provocaba una gran emoción y me daba ánimos de seguir. Fue algo excepcional.

 —Así es. Tú lenguaje es muy importante en el personaje, lo haces muy original. Ya veremos cómo encajar ambos estilos. Son muy buenos.

—Pues me das esperanza. Aunque me gustó mucho, no le daba posibilidades de vida a este trabajo.(1).

 

Desde ese momento quedé atrapado en la historia. Quise saber más y tenerla en mis manos, a pesar de sufrir una serie de tratamientos, pero sabía que el editar esa obra que tanto me entusiasmó sería un paliativo a mis dolencias. Creo que lo más difícil fue ignorar las dolencias que causan el estar sentado por horas revisando y corrigiendo un texto, aunque estos malestares las mayoría de las veces se olvidan o minimizan cuando uno se enfrenta como editor a un proyecto de novela de gran calidad y potencial, que incluso me atreví a escribir las conclusiones al final de la novela para llenar algunos huecos que llevarían al lector común a la necesidad de conocer algunos detalles.

Dos objetivos, Noemí con una gran historia basada en hechos reales en una comunidad del norte de Sonora, México, con ganas de novelarlo, acudió a la ayuda del profesor José Agustín para darle forma y considerar su posible construcción que llamara la atención del lector, el primero, por supuesto, el editor.

Alrededor de un año los llevó a reunir el material que compartían por medio de mensajes. Al recibir el texto donde se reunió todo el material me di cuenta de que algunos lo iniciaban con fecha y hora de envío, mas no de remitente o destinatario. Fue interesante tratar de descubrir por medio del trozo compartido identificar al autor de tal o cual párrafo.

Desde luego que en las primeras etapas de la edición no se profundiza en el contenido, sino a darle forma al libro, repartir los espacios, episodios y capítulos y enseguida a la corrección de signos, letras, palabras, la claridad de las ideas, la corrección ortotipográfica detallada y a desentramar las ideas, el contexto, las historias y sobre todo el discurso total de la novela, entonces me enfoqué en las expresiones, diálogos hablados y pensados, citas, anuncios, consignas, al final de todo este trabajo empecé a “leer” la obra.

Sin duda fue la parte más interesante del trabajo de edición, cómo “homogenizar” el discurso de los personajes de cómo se expresaba cada uno viniendo el texto de un autor o de otro, incluso de cuándo profundizar en el texto narrativo tal escena o acción. Así que a veces pasaba de una narración sencilla a la visión poética y sofisticada de otro narrador y que debía combinar como momentos de reflexión del personaje del que se trataba. Asunto que me llevó a muchas ideas para “aconsejar” a los autores en agregarles más descripciones poéticas del narrador en ciertos pasajes que consideraba fríos o desangelados al de otros en que se exageraba la visión de un maleante, (no dudo que tengan algo de humanidad, pero leve y siempre proclive a culpar a los demás de sus acciones).

Recuerdo un momento en que felicité a Noemí por la manera tan hermosa de describir un pasaje. Con la sinceridad que le caracteriza, me contestó: “ese pasaje no es mío”. Admiré su honestidad y le extendí la felicitación al maestro José Agustín, quien lo escribió. Nada más que a partir de esa anécdota les pedí que agregaran más narraciones como esa y eso alargó el proceso. Fue un comentario que tuve con Noemí a través del mensajero:

 

(“Dom, 09:48

Enviaste

Qué hermoso párrafo, me emocionaste con lo que dice. Es poesía pura: (A veces las cosas más escondidas, más secretas, están a la vista de todos, a plena luz del día, tal es el caso de Lucas Alberto, le robó el sueño, el futuro prometedor, el florecimiento de la flor tierna desflorada a destiempo; pobre Jimena, guiñapos son los pétalos esparcidos sobre el suelo que más adelante el vientecillo los llevará al confín del olvido.

Dom, 10:18)”

Con una sensación que colmaba mi espíritu de poeta, le reafirmé:

Enviaste

("…guiñapos son los pétalos esparcidos sobre el suelo que más adelante el vientecillo los llevará al confín del olvido…)"

 

Son las frases memorables que se quedan en el lector. (también soy lector, ¡eh!, ¿Noemí?

Ella contestó a mi mensaje:

 

(“Mensaje original:

[Qué hermoso párrafo, me emocionaste con lo que dice. Es poesía pura: A v…].

—Este párrafo es todo el mérito para nuestro ínclito amigo Guillén. A mí también me encantó…”.

—Estoy tan emocionado con la novela que se me olvida que tengo una intervención en la región lumbar y debo estar preparado.

—No te presiones querido amigo. Recuerda que tienes que estar relajado para tu cirugía. Mejor para y la puedes dejar para cuando estés totalmente recuperado. De verdad amigo).(2).

 

No le hice caso, por el contrario, me fui a la conversación con José Agustín:

 

(“—Maestro Agustín. Lo lograremos. ¿Sabes que los escritores que empiezan su obra literaria, con poesía son las mejores? ‘En un lugar de la Mancha… Cervantes” “Vine a Comala porque me dijeron…Rulfo”, Quería hablar, pero no pudieron; había lágrimas en sus ojos, Dostoievski,  “…una piedra, una hoja, una puerta ignota…”: Thomas Wolfe.

Las mejores historias son aquellas que desarrollan "emociones" en los lectores. Y eso se logra con el sufrimiento, el amor, la desesperación, las luchas, los retos, se identifican con los personajes y les dejan una lección de supervivencia.

Un poeta escribe "emociones" ya tiene la costumbre, la idea es mejorarlas a través de la novela y llevarlas a un plano universal del ser humano que lo identifica.

Mándame tus textos. Ya veremos qué hay que modificar o adaptar.

Conocer los elementos de la novela y acomodar el desarrollo de esas emociones de tal manera que impacten. Ya lo verás cuando se trate de que la "emoción" que quieres transmitir no se logra del todo. Es lo que tienes qué trabajar. Por eso es mi interés que lo enriquezcas de esa manera. Toda buena obra conlleva los demás géneros, novela, cuento, teatro, cine, y Poesía y eso haces muy bien. Bueno. Descanso mientras hacen la tarea. Uf, sí que estuvo cansadito el asunto.

Un gran abrazo a ambos.

Agustín:

—Ahora a descansar, tómate el tiempo, lo importante es tu salud y tu rehabilitación.

—Mi estimado Agustín, ojalá y no eches en saco roto las sugerencias y agregues esos pasajes maravillosos lleno de poesía. Hay muchas posibilidades en esos campos que dices al principio de tu estudio y que no se reflejan en la descripción del paisaje.

Hay momentos que puedes magnificar como cuando el asesino arrastra a la niña y se acerca al bosque, allí el reto no es describir al asesino, sino que el paisaje describa la terrible acción. Ya sea un paisaje tenebroso, una lucecita que se apaga, algo que se esconde entre la zanja, rocas que ruedan al fondo y se tiñen de rojo.

Agustín:

—Me agarraste ayer desprevenido, hoy escribiendo atrás del espejo la parte oscura, o no contada de los personales de la Casona blanca. Gracias por todos tus consejos, los tomo en cuenta, trataré de adjuntar tus sugerencias a los diálogos mencionados e enriquecer la obra.

—No voy a salir a Facebook un rato pues quiero dedicarme a tu novela, para que la perfeccionemos al 100.

—Maestro. Deje la edición para cuando se reponga. Saludos. (3).

(1,2,3) Textos tomados del libro “Memorias de un editor” de mi autoría.

Por supuesto. No le hice caso.

Quiero destacar el trabajo de Noemí Hernández López al escribir y compartirnos esta historia; la coautoría de José Agustín Pérez, la construcción dedicada y hermanada de esta obra; sin ellos no hubiese tenido en mis manos esta novela “La casona blanca” descrita magistralmente por los autores en los textos que abren la novela; una historia singular de una familia de clase media con relativo éxito económico producto del trabajo y el amor de una pareja que fundó su familia, y dadas las terribles circunstancias en que se vieron envueltos los llevó a situaciones sumamente difíciles de solventar, que les causaron el resquebrajamiento del seno familiar al verse en manos de delincuentes que los llevó a situaciones y decisiones terribles entre los miembros de la familia. Romance, traiciones, pérdida de fe y valores, víctimas y victimarios, desolación, muerte, suspenso…

 

 

 

jueves, 27 de mayo de 2021

Caminos de la Historia Cultural

  Caminos de la Historia Cultural

A loa historiadores José Gabriel Rivera Delgado. Josué Beltrán, Rafael Z Flores. 

A mi esposa Imelda Islas por su apoyo constante en mis investigaciones

1.    Introducción.

Como vimos en la Escuela de los Annales, la cual se crea debido a la oposición a seguir estudiando desde la perspectiva de una historia "cientificista", basada en el uso de los documentos y de la deformación total de los análisis históricos para beneficiar a las clases altas enquistadas en el poder y, como únicas fuentes para escribir la historia, no estaban de acuerdo en que los textos producto de la corriente positivista decimonónica se dedicaran a justificar el poder de la riqueza y la política y se les consideraba  "superiores" sobre los pobres, para quienes no existía la historia de los de abajo.

Esta corriente histórica propuso nuevas formas de enfrentar los hechos históricos, usando el análisis desde las ciencias sociales como la antropologíasociologíaeconomía, entre otras, y el uso de las mentalidades. Estas ideas crearon una dinámica de investigación y nuevas propuestas para enriquecer los estudios historiográficos proponiendo nuevos horizontes de estudio y análisis hasta llegar a la microhistoria.

La historiografía tradicional o los primeros intentos por estudiar la historia desde la perspectiva de las ciencias, la cual no determinaba sus bases y, las características y método de estudio, los críticos de esta nueva forma de escribir la historia condenaron el trabajo de Carlo Ginzburg cuya inquietud e imaginación lo llevó a escudriñar en los pequeños detalles alrededor de los grandes acontecimientos históricos, la cultura popular olvidada. En ello aplicó el rigor científico, trabajando las fuentes hasta en lo más mínimo, por caminos escondidos e ignorados de la sociedad. Su talento para la escritura lo llevó a contar una historia de un personaje sin igual, pero olvidado, su ejemplo y devoción por aprender sin la opresión clerical nos transporta al espíritu de libertad naciente de la época de finales del siglo xvi, nos muestra el espíritu de la época con las emociones y vivencias de sujetos que el autor vuelve a la vida para mostrarnos los problemas de personas sencillas y humildes.

Para Luis González y González tampoco le fue bien al presentar su trabajo producto de su año sabático, “Pueblo en vilo”, por la mayoría de los integrantes de la Academia de Historia de México, sin embargo, aplaudida por sus maestros y reconocida a nivel mundial por los estudiosos de esta nueva perspectiva historiográfica, la microhistoria. González saca sus fuentes entre la población, la de clase baja, utiliza a los ancianos como fuente de consulta. Su entorno geográfico y minúsculo no le permiten aparecer en la geografía nacional, salvo algunas imprecisiones de la   geografía local, “La parroquia o municipio de San José de Gracia, tema de estos apuntes, no aparece citada en ningún otro libro de historia de México, ni se menciona siquiera en alguna historia de Michoacán.” (González, 1995:15), Su dedicación nos da una lección de cómo un historiador debe estudiar a la comunidad. Busca documentos históricos y no encuentra nada. En San José de Gracia, su pueblo natal se da cuenta de la riqueza de lo que saben y cuentan los ancianos, de ahí arma el entramado de la historia.

 

2.    Carlo Ginzburg

Historiador y ensayista italiano, Carlo Ginzburg graduado de la carrera de filosofía en la Universidad de Pisa y luego profesor de esta, así como la Universidad de Bolonia, actualmente en la Universidad de california.

Como ensayista son muy importantes los trabajos sobre el Renacimiento y la Historia Moderna, enfocando su método historiográfico desde la perspectiva de la microhistoria, a través de la que ha realizado importantes aportaciones como “El queso y los gusanos”, ensayo de 1976 en el que presenta a la Europa de finales del siglo XVI a través de los ojos de Menocchio, un simple molinero italiano que fue juzgado por la Inquisición por su manera  de pensar con libertad, lo que se ha considerado como símbolo del nacimiento de las ideas modernistas. Carlo Ginzburg (y su libro El Queso y los gusanos el cosmos de un molinero del siglo XVI) y Giovanni Levi con su obra: “La herencia inmaterial” proponen el modelo clásico de la historiografía, y con ellas fundan la corriente de la microhistoria. (Et. Al. Sánchez. 2017).

 

3.    Luis González y González

Estudió Derecho en Guadalajara, la maestría en Ciencias Históricas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia el doctorado en Historia en El Colegio de México y cursos en la Universidad de París (1951–1952). Fue discípulo de Daniel Cosío Villegas y de Silvio Zavala. Impartió clases desde 1953 en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. En El Colegio de México dirigió el Seminario de Fuentes de la Historia Contemporánea de México (1957–1960), el Centro de Estudios Históricos (1963–1965 y 1970–1973) y coordinó el Seminario de Historia de la Revolución Mexicana (1973–1980). Participó en la fundación y fue el primer director de El Colegio de Michoacán. Sus trabajos sobre Historia se han difundido en obras colectivas, en publicaciones periódicas de corte académico y en algunas enciclopedias, entre ellas, la Enciclopedia Metódica LarousseThe New Católica Encyclopedia de Grolier. Publicó en Historia Mexicana, en donde fue miembro del consejo directivo, Historia de AméricaDiálogosRelacionesBoletín de El Colegio de MichoacánVueltaEstudios AmericanosEl Trimestre EconómicoNexos, "El Semanario Cultural" y otras publicaciones nacionales y extranjeras.

Luis González y González, historiador, escribió rigurosos ensayos de temas históricos, el periodo histórico de México que abarca desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo xx. Destaca su ensayo "El liberalismo triunfante", Los artífices del cardenismo y su trabajo sobre Historia Regional, y sus artículos y libros sobre Michoacán y Jalisco. Su experiencia aporta a la teoría de la Historia una propuesta vivencial en El oficio de historiar y en Todo es historia, en donde presenta una selección de artículos publicados en distintos momentos, pero con el propósito de examinar la Historia como una disciplina compleja. Pueblo en vilo (1968) es el libro que nos ocupa en este ensayo.

 

4.    Breve reseña de cada uno de los libros.

a)            El Queso y los gusanos” es la obra pionera de la microhistoria italiana. El autor, basado en documentos narra el transcurso del juicio por parte de la Inquisición que se hace a un molinero friulano (de la ciudad de Friuli), el cual es acusado de herejía y de blasfemia.

En este sentido, el tipo de texto que nos ofrece Ginzburg gira en torno a la narración de un proceso judicial que sufre un condenado por el clero Una narración que lejos de quedarse en la crónica del acontecimiento, analiza las características que tuvo para así delimitar el pensamiento, valores y ética que regían la época circunscrita en el siglo XVI, haciendo explícito el sentir de religiosos (representantes de la clase dominante) y de los campesinos (representantes de las clases subalternas) en la figura de Menocchio (Domenico Scandella).

Tal vez en su búsqueda Ginzburg se interesó en un pobre molinero llamado Domenico Escandela al que le apodaban Menocchio y al que hacían referencia en uno de los archivos de la inquisición (que nunca tuvo nada de “santa”), porque era un suceso anómalo, desde la perspectiva actual, juzgar y condenar a un pobre porque se instruyó y refutaba las ideas arcaicas de la religión. En esos archivos olvidados de la Inquisición, el autor se dio cuenta que la gente leía y tenía ideas propias y en particular el personaje juzgado y condenado por hereje. Menocchio dentro de las limitaciones de su poca educación, ya que apenas leía, cuenta que en la tierra “todo era un caos, que la tierra, el aire, el fuego formaron de ese caos una masa putrefacta, de ahí nace dios y los ángeles de la misma manera que del queso nacen los gusanos”. (Et. Al. Ginzburg. 1976). Estas ideas las consideraron peligrosas, además de refutar el hecho de que la alta curia, vivía en la riqueza y el dispendio. No lo consideraban loco, sí con su propia visión del mundo, para ellos les era difícil de comprender que el pueblo tuviese al menos algo de cultura como la concebían y dictaba, sí al menos la tenía, esa fue la razón del choque entre culturas.

b)            “Pueblo en vilo” o microhistoria de San José de Gracias, une la crónica al rigor de la historiografía moderna. El autor hace un ensayo de historiografía parroquial desdeñada desde un principio por los historiadores que piensan en grande, sus condiscípulos del Colegio de Historia de México, pero aceptada por sus maestros y por la historiografía mundial.

Un Pueblo que está en vilo, inseguro, frágil, inestable, precario, prendido con agujas perdidas en un pajar que es la historia nacional a punto de ser borrada y lo fue por las fuerzas del callismo y la educación socialista, sin aparecer en los mapas mundiales, tal vez un pequeño dibujo a escala del paralelo 20 y el meridiano 103.

Colindante con Jalisco en una pequeña meseta de Michoacán, el pueblo llamado con el nombre del patriarca que lo fundó, Habitaron el lugar "a la buena de Dios" regidos por sus santas leyes, para fines del siglo XIX la villa tuvo templo, escuela, botica, panadería, mesón, y candidato a engrosar las filas del panteón religioso.

Así nace una microhistoria a la manera de Agustín Yáñez, Juan Rulfo y Juan José Arreola, con sus "tierras flacas, Vida lenta y población sin brillo", “con personajes novelescos, y su insignificancia histórica” como lo dice el propio autor.

San José de Gracia se ha convertido en un pueblo-personaje, con una población viva y que cuenta historias y ni un cercano volcán lo borrará de los Anales de la Historia, todas esas insignificancias están identificadas con millones de pueblos iguales y personas nulas y desconocidas. De esa manera el autor, fracasó en su microhistoria sobre San José de Gracia que creció de tal manera que la historia universal del poblado terminó en convertirse en macro historia. brindarnos identidad como grupo humano y también para mantener la herencia de costumbres y tradiciones que van dejando nuestros antepasados.

La aportación de “Pueblo en Vilo” de González y González va encaminada a su trabajo que gira en alrededor de un análisis histórico de lo local, ya sea del pueblo al que pertenecemos (lo que él conoce como terruño) o de la comunidad en la que nos desenvolvemos cotidianamente.

En suma, “Pueblo en Vilo” vino a darle vigor y audacia al estudio histórico que ya adormecía a los estudiosos empeñado en mostrarnos episodios con los cuales nos sentíamos engañados y no convencidos.

 

5.    Identificación de los elementos centrales de cada obra, conceptuales y metodológicos.

Wingzburg a través de sus obras ha aportado de una manera muy importante el desarrollo de la microhistoria. A través de sus estudios nos invita a analizar las fuentes desde una perspectiva innovadora, con agudeza y profundidad, con el propósito que nos hablen y describan lo que los historiadores han ocultado y que están guardadas veladamente en sus páginas, la vida cotidiana del pueblo mismo.

Nos enseña a leer entre líneas, sin interpretar literalmente la evidencia, escrutando las particularidades, además de lo que consigna el texto, las representaciones, creencias y prácticas por medio del análisis desde la perspectiva cultural, no de una clase sino la cultura que aglutina lo mismo la vida cotidiana con la vida de los personajes protagonistas de los sucesos relevantes en el espacio y tiempo de que se trata. Con esto, podemos decir que el autor de la obra pretende mostrarnos una época determinada a través de una figura representativa, Menocchio, un representante de la clase baja, pero no pobre, ya que era molinero y podía tener tiempo para leer y compartir ideas, Ginzburg presenta una cosmovisión que regía la vida de fines del siglo XVI.

González y González se propuso a estudiar las peculiaridades de su pueblo natal San José de Gracia, Michoacán, respecto a otras regiones del país, con esto, muestra que su pueblo tenía ciertas características aunque lo que contara no era tan significativo  supuestamente, no se realizaron las grandes batallas de donde emergieron héroes nacionales o su  defensa y victoria trascendental en la historia nacional, pero era algo que se podía contar de la misma forma que muchas comunidades del país, cuya vida local tiene casi las mismas características, costumbres, modo familiar, educación, ocupaciones, ideologías y cultura, que en un momento dado se revela  contra  imposiciones arbitrarias gubernamentales.

Don Luis utiliza a los ancianos como fuente de consulta. Busca en documentos históricos y no encuentra nada sobre la historia de su pueblo, es entonces que se da cuenta de la riqueza de lo que saben y cuentan los ancianos.

 

6.    Identificación del debate entre los autores y las obras.

En la obra de Luis González y González nos muestra como en el pueblo había una cultura oral, la reunión de la comunidad en el parque o en el seno familiar donde comentaban y compartían. Con ello demuestra que la cultura popular de abajo hacia arriba retroalimenta a la cultura alta y viceversa. González al describir al detalle los rasgos de una población, la hace visible en la macro historia.

En cambio, Ginzburg estudia la cultura, las diferencias que existen en un extracto social respecto al otro. González lo busca entre la población y la clase baja. Don Luis describe en” Pueblo en vilo” lo que sucede durante la guerra cristera, como afectan en la tenencia de la tierra, el reconocimiento de una comunidad como parte de la nación, el desprecio de las autoridades por una comunidad no reaccionaria, sino apegada a las tradiciones de la familia, el trabajo y la convivencia social. Detalla en su libro que la producción de leche y carne era para abastecer a las grandes ciudades cercanas como Morelia y Guadalajara, mientras que el frijol y el maíz es para autoconsumo. Con ello nos da una lección de cómo un historiador debe estudiar a la comunidad.

Por medio de las entrevistas arma el entramado de la historia de San José de Gracia y encuentra que el núcleo de los relatos son la tradición religiosa; cada momento de desarrollo. La cristiada fue un evento que involucró al pueblo; su fe sometida al poder del estado. González propone por medio de la microhistoria una historia local; busca las ricas tradiciones, las formas de ser de un pueblo que sobrevive todos los días.  

Ginzburg se basa en el pensamiento del hombre y su fenómeno cultural. Sus procesos y anomalías.

Son dos libros que nos permiten comprender una historia en una pequeña comunidad, un pequeño evento que puede despertar la curiosidad o ser modelo de lo que se puede repetir en otros pueblos, como lo hace González con “Pueblo en vilo”, circunstancias y sucesos replicados en los pueblos de México.

 

 

 

  1. En tu argumentación debes incluir elementos reflexivos en torno a los dos libros.

“El queso y lo gusanos” de Carlo Ginzburg publicada en 1976 analiza la situación trágica del molinero herético Menocchio cuyas  lecturas de libros renacentistas los llevó  a discutir la falta de verdad en las historias e ideas impuestas por el clero, además de la riqueza desmedida de


quienes exigían para el pueblo su miseria como salvo conducto para “merecer un paraíso” mientras la curia se ahogaba en riqueza desmedida, vicios, corrupción y apoderamiento de la tierra y del producto de trabajo de la gran población  explotada, sus discusiones basadas en el razonamiento y la influencia de las lecturas no canónicas, lo llevan a la muerte. El autor, con ello busca revalidar la cultura popular y su relación con la cultura oficial, esta última tomada desde arriba desde las clases dominantes, mientras que el pueblo trabajador, creador de su propia cultura es ignorado. El molinero y su comunidad lectora demuestra: “…la necesidad que tienen las sociedades de crearse ciertos ideales que le permitan hacer la vida más bella y hacer más soportable la existencia”. (Ríos. P. 87).

La historia del molinero coincide con el inicio del Renacimiento como un período antropocéntrico, donde el ser humano se convierte en el centro de referencia en contra de las ideas teocéntricas donde todo sucedía por designio divino, incluso las teorías de la creación sin bases científicas comprobables. La analogía empleada por Menocchio, aunque rudimentaria, muestra que el hombre puede razonar, experimentar y plantear sus hipótesis, prueba y error, pero que al menos son propuestas más creíbles y comparables con lo material.   

“Pueblo en vilo” nos muestra las cosas que nos son comunes al resto de pueblos de México, las parroquias, los trazos sencillos de sus casas, calles y callejas, el modo de gobernar y elegir, la subsistencia por la agricultura y la crianza de aves y porcinos, el ganado y la caballería como medio de transporte, (ya modernizados la mayoría). De cómo “el dinero sirve para pocas cosas: ganado, tierra y ser enterrado”. (González. 1995). En los pueblos tienen tradiciones y costumbres familiares que les son comunes; códigos de conducta, historia económica, distribución de la riqueza, oligopolios que dominan el comercio, las relaciones con la iglesia, etc. Cada detalle de su comunidad con un alto contenido histórico, a diferencia de las grandes ciudades.

En ambos libros y sus microhistorias los autores logran una historia total. La microhistoria es parte de la historiografía, una perspectiva de estudio, para tomar los temas inadvertidos de la historia. Se trata de presentar lo raro, la escala a su mínima expresión, un lugar para poner a prueba la hipótesis de la macrohistoria, que le sirve a la historia misma, no a la microhistoria, esta se convierte en una compleja construcción de la macro historia.

Desde la macro historia se han contado tantas mentiras, “la historia la escriben los vencedores” dice una vieja conseja, aducida a Churchill, lo que definitivamente esconde la historia de los vencidos y excluye a los pueblos, siempre perdedores al convertirlos en carne de cañón, pueblo contra pueblo para beneficio de los grupos de poder. Tenemos una historia nacional que idolatra a personajes que se levantaron contra José Napoleón a favor de Fernando VII y que hoy los proclaman independentistas de España; héroes nacionales, al grito de algo que no dijeron: “Viva la independencia de México”, “Viva la virgen de Guadalupe” (por cierto, traída de España), cuando no había tal, ni ese nombre como país teníamos. En cambio, Hidalgo exclamaba “Viva Fernando VII”, “Muera el usurpador José Napoleón”.

Es clara la diferencia entre historia regional y la microhistoria, en esta última es un personaje narrador el que cuenta, el que sube a un campanario de la iglesia y capta una visión panorámica de su pueblo, el bullicio, la gente, y busca qué hay más allá de esas personas que deambulan por las calles y se propone a investigarlo. Si cualquiera de ellos hubiesen contado desde la perspectiva  de la historia regional, desde ese campanario donde contempló Luis González su pueblo natal, trataría de hurgar qué hay más allá de lo que ve, de los alrededores, de cómo llegó a esos lugares la cultura, las tradiciones, el lenguaje, la democracia o el autoritarismo, el clero, el gobierno que afecta los intereses locales, sin que particularice en un pueblo, ciudad o comunidad, sino con el espacio y  tiempo histórico que le ha  tocado vivir, entonces estamos hablando de una historia regional o nacional.

 

8.    Conclusión.

El trabajo de Carlo Wingzburg no se circunscribe nada más a escribir y comentar un libro, una historia, sino a reconstruir un método de la historiografía,  conocida como microhistoria, este modelo de estudio nos muestra que el autor es un historiador excepcional, preocupado de su oficio, sus métodos, su manera creativa de exponer sus ideas las que propone considerando lo particular, la creación y la interpretación del actuar del sujeto, del porqué el personaje se condujo de tal manera y defendió sus ideas ante un poder monolítico y nefasto como es el clero.

No se trata de reivindicar sino de buscar la verdad y consignarla a reconstruir un pasado para comprender lo que estamos viviendo, de esa manera nos desafía a que nosotros como historiadores prospectos, tomemos nuevas perspectivas de análisis e innovemos sin temor lo que implican las metodologías propias de la disciplina, aportar de alguna manera para cultivar y desarrollar el oficio del Historiador, sobre todo, a reforzar los estudios de las Humanidades y las Ciencias Sociales.

En el caso que nos compromete a comparar no se trata de argumentar cual microhistoria es mejor ni por ser el mejor método micro histórico para estudiar pequeñas localidades. Cada una es diferente, la microhistoria italiana se ha estudiado más porque muchos estudiosos ven la vida del molinero como el inicio del modernismo, las ideas que renovaron la sociedad y se deshicieron de un sistema feudal regido por la  iglesia y sus ideas retrógradas, es decir, desde el punto de vista cultural, además de que ha tenido más escritores con esa  temática, de hecho, “El queso y los gusanos” ha sido traducido en más de 20 países mientras Pueblo en vilo en unos cuantos en diferente idioma .Así es que la microhistoria italiana ha tenido una divulgación mayor, sin embargo, “Pueblo en vilo” es único en cuanto al estilo y, la temática, la verosimilitud de las fuentes entrevistadas y avalado lo dicho con sus propios documentos familiares de los narradores, fotos, actas, nombramientos, dominio de la tierra, etc.

Sin duda los estudios de Giovanni Levi, este último con su libro “Formas de hacer historia” fue quien puso de moda el estudio de la microhistoria como un método de la historiografía para estudiar locaciones pequeñas. Tanto Wingzburg como Luis González fueron llamados los padres de la microhistoria italiana y, mexicana; “Pueblo en vilo” es una obra original que marca la pauta para estudios de historia regional y es la obra más significativa de Luis González y Gonzalez.

 

9.    Referencias.

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