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viernes, 21 de agosto de 2020

¿Qué elementos son esenciales en el cuento y en las novelas?

 


 

El cuento

Arte rupestre Pictogramas e ideogramas historia de la escrituraLa oralidad fue una de las primeras manifestaciones del cuento, así fue  la literatura en sus formas primigenias; ni papel, ni libros, ni alfabeto, solamente cuevas y algunos colores vegetales tallados en sus contornos interiores, ni la escritura misma había sido inventada, cuando la humanidad compartía sus conocimientos a través de narraciones orales, narraciones que no era mera información, sino que también las había las que nacían de la imaginación colectiva,  las ideas sobre su comunidad y la manera social de convivir y protegerse de las inclemencias del tiempo. Una incipiente cultura que rebasa los artefactos de caza para dar respuestas, así nacen los relatos para contar de forma oral.

Más tarde, con el nacimiento de la escritura estos van adquiriendo forma en los legajos, tablillas, papiros, superficies de pieles con las primera tizas y es entonces que surge el cuento con ciertas características. De esta manera se estructuran en elementos, manera de contarlos, de dramatizarlos, decidir el espacio en el papel y dentro del relato qué debe considerar para una primera exposición de la historia, un momento cumbre de algún conflicto y su desenlace.

Actualmente los elementos del cuento difieren, su fin y propósito al contarlo. Hay cuentos que nacieron con un fin moralista, una crítica social o con fines didácticos; relatos de algún personaje, conflicto o culminación de un suceso.

 En cuanto a la interpretación, actualmente, según algunos estudios de la literatura, se le da diversas interpretaciones: paleontológicas, culturales, sociales, psicológicas, psiquiátricas (según la perspectiva médica sobre un paciente y qué aspecto patológico se estudia), así como la época en la que fue escrito.

 

Si partimos de su extensión ya es muy variada.  Sobresalen cuentos muy cortos como el que escribió el guatemalteco Augusto Monterroso (de quien le escuché personalmente en 1987).

 

 “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. (Monterroso. 1981. P X).

 

“El hecho es que nadie vio mejor que Tito los límites del cuento, y lo que siempre le atrajo de ese género fue exactamente que pudo ver sus confines. Por eso nunca acató leyes genéricas, y ya desde Obras completas” (y otros cuentos) (1959) se nota su genial desobediencia respecto a las reglas de las formas literarias. (Corral. 2003. P. X).

 

Desde luego, esto tomando en cuenta la forma; es decir, usar la palabra escrita para contarlo. ¿Por qué? Sin duda los primeros cuentos fueron pictogramas en donde el artista dibujaba la caza del bisonte y vivía entre animales prehistóricos en estado semi salvaje. Desde entonces el espíritu creador de ser humano se ha expresado, aunque rudimentariamente, los primeros relatos pictográficos encierran una trama, la exposición del hecho (la caza) y el conflicto que conlleva cazar un animal de grandes dimensiones, el nudo y el desenlace, además de su profunda simbología en ese ser superior en fuerza, pero necesario matar para alimentarse (los primeros super héroes de la narración oral).

 

Existen de igual manera cuentos largos como los encontrados en: África, El relato de Merina. En este cuento en particular comenta el compilador José Manuel de Prada-Samper: 

 

”Este cuento es una muestra de la inabarcable riqueza de las literaturas orales del continente donde nació la humanidad. Claro que podría decirse los mismo de un cuento corto”. (Prada-Samper. 2012. P. X).

 

Otra característica que nos plantea es que desarrolla un solo conflicto. Habría que revisar si realmente se ciñe a este canon para considerarlo como cuento. Actualmente los conflictos se representan hasta en la forma y el estilo, el simbolismo en que el autor los crea, los delitos invisibles alrededor de un conflicto sobre la explotación humana, así como el uso didáctico que se le da a los cuentos con el fin de solucionar conflictos entre los niños sobre el acoso en las escuelas, el abuso hacia y entre los niños, el conflicto entre las instituciones cuando en un relato se cuenta una historia abusiva mientras se adoctrina sobre moral religiosa, o se capacita para el primer empleo o se legisla sin considerar a los derechos infantiles y de género o de la diversidad. Muchas del las veces, tomadas esas actitudes dentro de la enseñanza, las leyes y las decisiones jurídicas.

Ya no estamos en los cuentos de color de rosa tradicionales, la literatura tiene una función social basada en los derechos, sean negados o reconocidos.

 

Franz Kafka escribió el cuento: El destino: “Una jaula salió en busca de un pájaro”. Que además de ser muy corto, refleja una crisis de una época entre las dos grandes guerras que asesinaron a millones de seres humanos y donde los conflictos se llevaron a la población civil como víctimas, cuánta significación y simbolismo de una sociedad que ha perdido el espacio seguro de su entorno familiar y comunitario desaparecido por la destrucción. Tal vez una búsqueda de ese pájaro que desea liberarse de una sociedad corrompida y explotadora y la propia sociedad se transforma en esa jaula donde lo subyuga y lo convierte en un insecto como lo amplifica el autor en Metamorfosis. Con esto quiero decir que los cuentos ya no tienen un fin único para entretener o educar moralmente.

"Una jaula salió en busca de un pájaro" (Ein Käfíg ging einen Vogel suchen), dice Kafka en la colección de aforismos titulado "Consideraciones sobre el pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero". (Ephick L. 2006. P. 1).

Se dice que el cuento debe ser escrito en “prosa”, característica que abandonó para diversificar la forma en la que se desarrolló, el lirismo de algunos cuentos los convierte en grandes poemas así como algunos poemas son considerados como cuentos poéticos. Se ha dado en llama Prosa poética aquellos textos que aunque no sigan las reglas estrictas de las formas poéticas son escritos con un hermoso lirismo poético.

Platero y yo” del escritor Juan Ramón Jiménez:

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos...” . (Jiménez.1909. P. 1.).

“Abril.

Llegó a mi vida como lluvia de abril. Con la tenacidad del agua y la intensidad de las mareas inundó todos mis espacios. Fue así, un día lo vi, y al otro, desperté descalza en medio del amor. (Gómez Luna. 1974. Blog Sección 1).

 

Definitivamente hay muchos poemas que son verdaderos cuentos en los que se perciben todos los elementos de esta forma de relato.

 

“El varón que tiene corazón de lis,

alma de querube, lengua celestial,

el mínimo y dulce Francisco de Asís,

está con un rudo y torvo animal,

bestia temerosa, de sangre y de robo,

las fauces de furia, los ojos de mal:

el lobo de Gubbia, el terrible lobo,

rabioso, ha asolado los alrededores;

cruel ha deshecho todos los rebaños;

devoró corderos, devoró pastores,

y son incontables sus muertes y daños”. (Darío. 1957. P. XXX).

 

Uno de los detalles clásicos es que participan pocos personajes: Caperucita roja, Los tres cerditos, El gato con botas, Juan sin miedo, etc.

Como inicialmente se consideró el cuento es un relato breve, característica que se ha perdido por lo anteriormente mencionado.

Se dice también que no profundiza en la psicología del ser. Creo que depende del conocimiento del lector así como de los estudios metalingüísticos donde se profundiza en su significación, simbolismos, actitudes, y la representación de la vida cotidiana, en esencia, la actitud frente al mundo del propio autor. Sabemos que los relatos han sido y serán compañeros de viaje en esta vida, el relato ya estaba ahí cuando los primeros autores los descubrieron: la propia naturaleza, el desconocimiento de las fuerzas que la mueven y afectan o benefician al ser humano; esas noches oscuras llenas de estrellas como esperanza de momentos de luminosidad a que retaba al ser humano a descubrir su propia luz del entendimiento y describirlo en base a sus sentimientos, a sus miedos primarios; a la búsqueda de respuestas, no siempre atinadas, pero importantes para crear su propia idiosincrasia.

Ahí estaba el “Aedo” elucubrando sobre su destino, su entorno, escudriñando en la fealdad la profunda belleza de su instinto para contarnos su “Oda” en las noches alrededor del fuego, para darle vida a nuestras propias sombras y reinventarse con poderes para superar sus miedos y debilidades, para crear en sus primeros relatos y agregarle un desenlace sorpresivo para despertar el asombro y la creatividad en los primeros escuchas.

Al concluir el relato se da fin al nudo del conflicto, el cual no sucede siempre por interrupciones o porque el autor considera que el lector con su gran capacidad de aprehensión puede determinar el desenlace. Es célebre el pasaje de D. Quijote con Cardenio:

 

«-Si gustáis, señores, que os diga en breves razones la inmensidad de mis desventuras, habéisme de prometer de que con ninguna pregunta ni otra cosa no me interrumpiréis el hilo de mi triste historia, porque en el punto que lo hagáis, en ese se quedará lo que fuese contado. (Baquero. 1974. P.1).

 

 

Advertencia:

No es mi idea confundir en cuanto a los elementos clásicos del cuento, sino exponer cómo el cuento se ha ido diversificando a través del tiempo y lo que pareciera las primeras formas de expresión, las pictográficas fueron desapareciendo para darle paso a la escritura iniciada en los textos cuneiformes y jeroglíficos para asentarse en la prosa como forma definitiva.

No olvidemos la inmensa aportación que hacen las plataformas virtuales para expresarse, contar historias, relatar hechos en unas cuantas palabras para quienes les gusta “piar” como pajarito o “tuitear” brevemente.

Hasta aquí dejo mi primera participación para dedicarle una segunda parte a la novela.

 

Bibliografía

Augusto Monterroso. (1981). Obras completas y otros cuentos. Barcelona: Seix Barral.

Wilfrido H. Corral. (2003). Augusto Monterroso, el autor del cuento más corto de la historia. El Universo, X.

José Manuel de Prada-Samper. (2018). Cuentos populares de África. 19 de agosto de 2020, de Nexos Sitio web: https://www.siruela.com

Lilian Ephick L. (2006). Lo grotesco y lo absurdo en tres cuentos de Kafka. 19 de agosto de 2020, de Cultura La insignia Sitio web: https://www.lainsignia.org/2006/diciembre/cul_045.htm#:~:text=Letras%2

Juan Ramón Jiménez. (Original 1907-1916). Platero y yo. (1937) Argentina: Espasa-Calpe.

Liliana María Gómez Luna. (1974). Prosa poética y cuentos cortos. 19 de agosto de 2020, de Blog Liliana María Gómez Luna Sitio web: https://ecoissuescuba.wordpress.com/prosa-poetica-y-cuentos-cortos

Mariano Baquero Goyane. (1974). El cuento sin desenlace. 19 de agosto de 2020, de Murcia Sitio web: http://www.cervantesvirtual.com/

Rubén Darío. (1952). Poesías completas. Madrid: Aguilar.

 

 

 

 

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