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sábado, 22 de agosto de 2020

Un hombre siniestrado. Ciudad desolada Tisandìe

 

Capítulo 21 

Un hombre siniestrado.

Busqué trozos de apuntes e ideas del relato. Las hojas llenas de grafías como garabatos ininteligibles de una pésima caligrafía. Es cierto que no me ayudaba el hecho de haber nacido zurdo en una sociedad llena de falsas expectativas morales, basadas en reglas arcaicas, mitos que degeneraban los ritos cuya sana intención es buscar culpas en los demás.

Al fin zurdo como manifestación del mal que el vulgo acentuaba bajo las directrices doctrinarias donde abundan falacias en contra de los izquierdista, tenía que aceptar hasta el desprecio divino. La biblia dice que el hijo está sentado a la diestra de Dios y, ¿a la izquierda? A la mujer, a los apóstatas o al menos a Lucifer y  secuaces. Pitágoras recomendaba entrar a los lugares sagrados siempre por el lado derecho, que es divino, y abandonarlos por el izquierdo, que representa lo disoluto.

Para no sufrir el desprecio de la gente salgo solamente los martes no vaya a ser que si me conocen otros días le llevaré mala suerte.

Por eso, lo de salir mucho a la calle no se me da,  quizás sea introvertido, no lo sé o puedo ser susceptible al contagio de muchas enfermedades.

Algo me saben, ya ven que al menos el 90 % de las personas usa la mano derecha para todo, chequen la historia, ella les confirmará que no pasamos del 10%, una proporción que ha permanecido relativamente estable a lo largo del tiempo desde que existimos en este mundo alrevesado. Hasta para limpiarse preferimos la mano derecha, ¿No te has observado? Y no lo digo yo, analicen sus manías. Por ello, mi zurdera es fuenteovejuna de innumerables mitos.

Ah, pero en el arte… se dice que tendemos a concentrarnos en nuestro interior, sin haber estudios que correlacionen mi personalidad con la lateralidad. ¡Pendejada! Ya lo demostraron investigadores de la Universidad de Wellington, en Nueva Zelanda, después de muchas comparaciones no presentamos diferencias significativas en extraversión, apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, amabilidad e inestabilidad emocional. Tampoco somos más propensas a sufrir afecciones del sistema inmunológico, especialmente a las enfermedades tiroideas e inflamatorias del intestino. ¡Bah!.

La misma sociedad ha creado herramientas, aparatos, maquinaria para usarse con la mano derecha yeso propicia que usemos más una mano que la otra, aunque hayamos nacido zurdos.

Pocos han seguido los consejos de Hipócrates quien aconsejaba la práctica de toda clase de operaciones con cada mano y también con ambas a la vez y con ello conseguir habilidad, velocidad y elegancia sin causar dolor en la medicina.

Ya hasta tenemos día. El 13 de agosto de cada año, Lo malo es que los diestros celebran 364 días. 

No me siento solo, somos muchos, grandes artistas, científicos, políticos y deportistas se manejan mejor con la mano y pie izquierdo que con el derecho. En cambio siendo diestros les es más difícil realizar alguna tarea cotidiana con la mano “mala”.

No te inquietes si eres zurdo, en muchos ámbitos el alto porcentaje de zurdos famosos  llama la atención. Yo no, prefiero seguir en mi sórdida vida como editor, bueno, como negociador, comerciante, vivi…ficante, ¿no? Por eso prefiero usar más el hemisferio derecho del cerebro. Esa zona se ocupara en mayor medida del pensamiento, la reflexión y el manejo de las emociones. Eso nos lleva a ser más creativas y geniales. No les creas a los que dicen que “la inteligencia no es un factor único: se puede tener mucha emocional y no desarrollar la analítica o la espacial”. ¡Envidiosos!

“Sentado a la diestra de Dios…” y a la izquierda, ¿quién? Luzbel, el ángel caído, el traidor, representante de la inteligencia humana, científica, contestataria a lo que se debía contrarrestar por designio divino tal  irreverencia, “escudriñar del árbol de la sabiduría”. De esa manera el imaginario ignorante, acrecentó las cábalas sobre la “siniestra” mano donde se asienta el mal.  

Nos tildaron de izquierdistas por no ser adoradores del dinero, la riqueza desmedida, la corrupción, el maniqueísmo, el capitalismo degradante, conservador.

Ese pobre niño que llevo tatuado desde el pasado, además de amarrarle la mano izquierda le golpeaban con una regla las yemas de los dedos para que no pudieran usar y sujetar el lápiz. Miren maestritos liberales con conductas retrógradas. No creas que te olvidé Prof. Robles de tercero de primaria, ejerciste la educación bajo presión social del fanatismo.

La zurdera no es una enfermedad ni un trastorno y, por tanto, no debe corregirse a reglazos ni amarrando la mano para que no la use en el pupitre.

Esa fue la razón de haberme convertido en un hombre siniestrado y el resultado de escribir a mano con la derecha ha sido un desastre, escribir obligadamente como la mano equivocada, la diestra.

Entonces, yo como transcriptor de mis propios manuscritos debía descifrar, no los jeroglíficos, sino las grafías desfiguradas de mis apuntes. Ah, esa maldita y oprobiosa obligación de demostrar el laicismo  religioso vergonzante de la educación durante mi infancia, desdibujada por la zúrdidafobia, desadiestrada a propósito por la imposición del uso mayoritariamente a fuerzas de la diestra mano en lo que me era inhábil, así es que mis horribles escritos, como era de esperarse de una persona desazurdida, superaban cualquier lenguaje oculto de las ciencias negras.

De cualquier manera leí con avidez como una abeja que no acierta a traspasar el umbral de un cristal con la esperanza de que algún lector y no el insecto, pudiese encontrar una luz de entendimiento después de realizar mi trabajo. Inútil como toda monserga canónica para imponer creencias absurdas.

No entendí mis propios improperios, ni siquiera pude interpretar lo que quise decir sobre la “vanedad” (ya que era sumamente vano tan siquiera intentarlo) y entender que en la existencia del Ser, el aprehender de los sucesos como si fuese la vida misma era tan inútil como  tratar de capturar el vaho de un agónico pensante en su último aliento para llevar oxígeno a un cerebro muerto.

(“Hizo a un lado los apuntes, definitivamente decidió destrozarlos sin editar”).

viernes, 21 de agosto de 2020

La novela

 

La novela

 

Los antecedentes inmediatos de la novela es la Epopeya, pues esta se componía de capítulos que más o menos dividía el texto en subtemas donde se presentaban cada uno de los personajes, las acciones, los momentos y el espacio que interactuarían en el transcurso de la historia que la novela cuenta.

La novela es un relato largo escrito en prosa, generalmente ocupa todo un libro a menos que pertenezcan a alguna antología u obras completas de un autor.

Generalmente se divide en capítulos y antes de iniciar la historia, algunos escritores le agregan una sección de palabras preliminares para escribir una presentación, proemio, prólogo o varios estudios críticos. Le sigue un índice con las secciones que la componen y la página correspondiente.

En una novela se presentan múltiples conflictos o la búsqueda de algo o el planteamiento de un conflicto existencial. La novela ha pasado de ser un simple texto donde se exponen problemas amorosos, una larga guerra, o la reconstrucción social, económica, filosófica de alguna gran guerra, una peste o una pandemia, una crisis económica sin precedentes, o simplemente un grave conflicto personal, psicológico, ideológico, etc., que transformó la manera de vivir.

La novela se guía por la narración, el relato que alguien cuenta ya sea uno de los personajes sin importar su posición o calidad o alguien externo que recuerda la historia, le fue contada, fue testigo o simplemente el alter ego del escritor. Para ello necesita establecer un punto de vista, una perspectiva desde la cual narra los hechos, la trama, los momentos y los objetos importantes que darán vida y propósito al discurso, a los significados y a la simbología.

Para el escritor que inventa la obra influye mucho la época, así como su actitud frente al mundo; el estado de cosas que le afectan o benefician, los conflictos al interior, a su psique, y que aquella lucecita virtual al otro lado del río le permite darse cuenta de que no todo está perdido[1] en este mundo y a ello debe llegar al finalizar su novela.

Otra de las influencias importantes es el estilo contemporáneo, aunque es válido recurrir al pasado, a aquellos estilos no agotados con nuevos vocablos, ideas, y herramientas como las plataformas virtuales y los vocabularios que se emplean en cada uno de ellos. (No olvidemos el uso del teléfono que obligó una serie de acotaciones para escribir los diálogos, tipos diferentes de grafías y símbolos, como en esta época contemporánea que con su enorme velocidad nos ha llevado desde el Beeper, (con lenguaje quasi telegráfico), a los mensajes SMS, del correo electrónico, el Messenger, el WhatsApp, Twitter, Instagram, Facebook que nos obliga a nuevos lenguajes cuya brevedad es la característica principal.

Lo que se cuenta debe ser una historia original o al menos usar o agregar los lenguajes ultramodernos de la intercomunicación.

Debe tener la sagacidad para proponer la forma y la narrativa empleada en el proceso, depende para ello además de la originalidad, su cacumen, sí, sus conocimientos sobre el arte de la escritura; la preceptiva literaria, la avidez por la lectura clásica, contemporánea y posmoderna, antes de intentar ser el non plus ultra de la creación no vaya siendo que solamente logre ser un non minus caca.  Claro que como hemos visto cada tanto tiempo surge un genio de la escritura que nos ofrece nuevos elementos para la creación, no importa sean tomados de movimientos artísticos de otras artes fuera de la Literatura.

Recuerden que la novela hizo surgir un nuevo género con un autor conocido (no tomemos en cuenta los plagios ni los seudónimos masculinos a los que tuvieron que acudir grandes escritoras al margen de una sociedad machista que no fenece. Esta visibilidad del autor lo separa de las leyenda y mitos, particularmente porque se toman de hechos reales y aunque ficticios su acercamiento a la realidad, a los caracteres mostrados en los personajes, los lugares y el tiempo les da cierta verosimilitud. Así es que es muy importante asumir cierta objetividad y, de alguna manera acudir al origen en cuanto a los Exiemplos, que le dieron vida a El Quijote de la Mancha y otros autores que fueron modelo para el gran Miguel de Cervantes Saavedra, todos ellos fundadores de este género, el cual muy pocos autores le aportan cambios o elementos nuevos, por lo que la novela no pierde vigencia, sino, vean ustedes la gran variedad de temas que ofrece desarrollarlos con genios precursores como Sir Walter Scott, quien quebrado por imprimir poemarios recurrió a la novela para escribir Waverley en 1814, “en la que se narraba el levantamiento jacobita de 1745” se consideró como una novela histórica inaugurando el género.

Cabe mencionar que la novela es el más tardío de los géneros, surge ya con fuerza en la Edad Media y se considera limítrofe con el cuento y el Romanzo italiano, del cual adoptó el nombre durante un tiempo, pero que otro término lo acercaba más a la novedad, la nouvelle, lo nuevo. Su extensión fue la principal característica dedicándole un pequeño espacio a las historias breves como noveletas, novelas cortas y en el caso de tener pocos personajes y girar la trama alrededor de un conflicto, algunos le llaman cuento largo.

Si volvemos un poquito al pasado previo diremos que las novelas anteriores se han clasificado como novelas de viaje, novelas románticas, novelas satíricas y novela bizantina. Sin olvidar las Noticias que eran verdaderas novelas, como Las Noticias de la Nueva España, las historias o Tales (antiguo precursor la obra Tales de Mileto). Famosas las andanzas de conquistadores como Julio César que escribe La guerra de las Galias, Comentarios de las Guerra de las Galias, Ferdinand de Cortés, el más grande genocida español en América,  "Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España", sía ya sé que muchos textos le dan la autoría a otro. Nuevos críticos como el historiador francés Christian Duverger asegura que Cortés fue el verdadero autor.

Muchos escritores intermedios desde La Epopeya de Gilgamesh Hasta la novella caballeresca, la romántica, la moderna, la contemporánea y posmoderna, seleccionando a grandes rasgos las obras de Boccaccio, Chaucer, Maquiavelo, Cervantes que dan vida a El Decamerón, Los cuentos de Canterbury, El Quijote. La novela pastoril o bucólica con sus lances de amor. ¿Se acuerdan de Daphne y Cloe?  Todas estas nuevas corrientes no dejan de lado la Epopeya en la crónica, la sátira en las Novelas de tocador de Maquiavelo, elementos que no se abandonan fácilmente, como el Romanticismo que produjo Fausto de Goethe. La sátira ya con personajes como El Quijote y don Sancho quiso llevarse a Francia como Román Comique nunca quisieron abandonar la raíz del término italiano Romanzo.

Romanticismo (no siempre el amor) de Fausto y Los miserables. Saltos hasta Robinson Crusoe de Daniel Defoe, hasta la novela de los grandes temas, el sentimentalismo, la novela psicológica, la Gótica, y las del individuo y su circunstancia, La Comedia Humana de Dante Alighieri; la realista francesa con Flaubert y Maupassant. La naturalista de Emilio Zola. En la novela satírica inglesa con autores como Charles Dickens la extendieron más allá de otras corrientes al igual que la novela rusa de Nicolai Gógol, con Almas muertas en 1840, tema que también logró Fiodor Dostoievski con La ciudad de Stepánchikovo y sus habitantes, en 1859.

Decimos que la novela se escribe en prosa, pues no faltó el autor ruso Aleksandr Pushkin con su novela en verso Eugenio Oneguin escrita entre 1823 y1831.

En su estructura externa la novela es un producto literario apoyado en el discurso. La novela pasa de ser psicológica o colectiva para unir en una estructura diversos elementos heterogéneos que los lleva a la novela polifónica con el intento de reflejar una época determinada integrando elementos de reflexión e ideas filosóficas, pero pronto llega a su fin esos intentos con En  busca del tiempo perdido de Marcel Proust y Ulises de James Joyce, y quienes le sucedieron como Virginia Wolf y William Faulkner, siendo este último vital por su influencia en escritores hispanoamericanos como Ernesto Cortázar, Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y muchos más; los lugares míticos, el monólogo interior, la inclusión de varios narradores, o puntos de vista, saltos en el tiempo. ¿Quién no sabe de su mítica comarca Yoknapatawpha, convertida por otros en Comala, La catedral, Macondo, París, Tisandìe.

La novela existencialista con Søren Kierkegaard en Diario de un seductor, Jean-Paul Sartre con La nausea, Albert Camus en El extranjero. Para pasar a Primo Levi con Si esto es un hombre ante el horror del totalitarismo genocida de Hitler y Mussolini. Novela de espionaje,  la distopía o antiutopía, un mundo dejado a la arbitrariedad de una dictadura, el modernismo totalitario y arbitrario reflejado en Metamorfosis y El proceso de Franz Kafka, también 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley, y Nosotros de Yevgueni Zamiatin. Ante tanta historia novelesca sigue prevaleciendo la voz narradora, y, del narrador que presenta el punto de vista dominante.

”El último minuto

 

Por alguna razón extraña el tren se detuvo. Aun así, seguí analizando el último minuto del viaje. Tal vez desesperado por llegar y saber si efectivamente me habían concedido el indulto.

Trabajadores de las vías cubrían con grandes palas llenas de cascajo lo que parecían restos sanguinolentos o quizás, diseccionados, no de una manera correcta, pues eso no podrían hacerlo las ruedas de acero del trolebús que recorría del sur de la frontera hasta la vecina ciudad de Tisandìe…”. (Beltrán. 2020. Ciudad desolada Tisandìe. P. 133).

 

 

Referencias

Linda Ojeda. (2019). La novela y sus elementos. 20 de agosto de 2020, de Vista Higher Learning Sitio web: https://vhlblog.vistahigherlearning.com/la-novela-y-sus-elementos.html

Desconocido. (2020). Scott, Sir Walter, el precursor de la novela histórica. 20 de agosto de 2020, de Ciberoteca Sitio web: https://www.ciberoteca.com/search/autor_mes.asp?idAutor=103

Historia de la novela. Consultado en Wikipedia el 20 de agosto de 2020.

https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_novela.

Beltrán Villanueva, Guillermo. 2020. Ciudad desolada Tisandìe. Sin Límites. México.

 



[1] Mientras la escribo escucho una bella canción con este par de versos de Al otro lado del río de Jorge Drexler.

¿Qué elementos son esenciales en el cuento y en las novelas?

 


 

El cuento

Arte rupestre Pictogramas e ideogramas historia de la escrituraLa oralidad fue una de las primeras manifestaciones del cuento, así fue  la literatura en sus formas primigenias; ni papel, ni libros, ni alfabeto, solamente cuevas y algunos colores vegetales tallados en sus contornos interiores, ni la escritura misma había sido inventada, cuando la humanidad compartía sus conocimientos a través de narraciones orales, narraciones que no era mera información, sino que también las había las que nacían de la imaginación colectiva,  las ideas sobre su comunidad y la manera social de convivir y protegerse de las inclemencias del tiempo. Una incipiente cultura que rebasa los artefactos de caza para dar respuestas, así nacen los relatos para contar de forma oral.

Más tarde, con el nacimiento de la escritura estos van adquiriendo forma en los legajos, tablillas, papiros, superficies de pieles con las primera tizas y es entonces que surge el cuento con ciertas características. De esta manera se estructuran en elementos, manera de contarlos, de dramatizarlos, decidir el espacio en el papel y dentro del relato qué debe considerar para una primera exposición de la historia, un momento cumbre de algún conflicto y su desenlace.

Actualmente los elementos del cuento difieren, su fin y propósito al contarlo. Hay cuentos que nacieron con un fin moralista, una crítica social o con fines didácticos; relatos de algún personaje, conflicto o culminación de un suceso.

 En cuanto a la interpretación, actualmente, según algunos estudios de la literatura, se le da diversas interpretaciones: paleontológicas, culturales, sociales, psicológicas, psiquiátricas (según la perspectiva médica sobre un paciente y qué aspecto patológico se estudia), así como la época en la que fue escrito.

 

Si partimos de su extensión ya es muy variada.  Sobresalen cuentos muy cortos como el que escribió el guatemalteco Augusto Monterroso (de quien le escuché personalmente en 1987).

 

 “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. (Monterroso. 1981. P X).

 

“El hecho es que nadie vio mejor que Tito los límites del cuento, y lo que siempre le atrajo de ese género fue exactamente que pudo ver sus confines. Por eso nunca acató leyes genéricas, y ya desde Obras completas” (y otros cuentos) (1959) se nota su genial desobediencia respecto a las reglas de las formas literarias. (Corral. 2003. P. X).

 

Desde luego, esto tomando en cuenta la forma; es decir, usar la palabra escrita para contarlo. ¿Por qué? Sin duda los primeros cuentos fueron pictogramas en donde el artista dibujaba la caza del bisonte y vivía entre animales prehistóricos en estado semi salvaje. Desde entonces el espíritu creador de ser humano se ha expresado, aunque rudimentariamente, los primeros relatos pictográficos encierran una trama, la exposición del hecho (la caza) y el conflicto que conlleva cazar un animal de grandes dimensiones, el nudo y el desenlace, además de su profunda simbología en ese ser superior en fuerza, pero necesario matar para alimentarse (los primeros super héroes de la narración oral).

 

Existen de igual manera cuentos largos como los encontrados en: África, El relato de Merina. En este cuento en particular comenta el compilador José Manuel de Prada-Samper: 

 

”Este cuento es una muestra de la inabarcable riqueza de las literaturas orales del continente donde nació la humanidad. Claro que podría decirse los mismo de un cuento corto”. (Prada-Samper. 2012. P. X).

 

Otra característica que nos plantea es que desarrolla un solo conflicto. Habría que revisar si realmente se ciñe a este canon para considerarlo como cuento. Actualmente los conflictos se representan hasta en la forma y el estilo, el simbolismo en que el autor los crea, los delitos invisibles alrededor de un conflicto sobre la explotación humana, así como el uso didáctico que se le da a los cuentos con el fin de solucionar conflictos entre los niños sobre el acoso en las escuelas, el abuso hacia y entre los niños, el conflicto entre las instituciones cuando en un relato se cuenta una historia abusiva mientras se adoctrina sobre moral religiosa, o se capacita para el primer empleo o se legisla sin considerar a los derechos infantiles y de género o de la diversidad. Muchas del las veces, tomadas esas actitudes dentro de la enseñanza, las leyes y las decisiones jurídicas.

Ya no estamos en los cuentos de color de rosa tradicionales, la literatura tiene una función social basada en los derechos, sean negados o reconocidos.

 

Franz Kafka escribió el cuento: El destino: “Una jaula salió en busca de un pájaro”. Que además de ser muy corto, refleja una crisis de una época entre las dos grandes guerras que asesinaron a millones de seres humanos y donde los conflictos se llevaron a la población civil como víctimas, cuánta significación y simbolismo de una sociedad que ha perdido el espacio seguro de su entorno familiar y comunitario desaparecido por la destrucción. Tal vez una búsqueda de ese pájaro que desea liberarse de una sociedad corrompida y explotadora y la propia sociedad se transforma en esa jaula donde lo subyuga y lo convierte en un insecto como lo amplifica el autor en Metamorfosis. Con esto quiero decir que los cuentos ya no tienen un fin único para entretener o educar moralmente.

"Una jaula salió en busca de un pájaro" (Ein Käfíg ging einen Vogel suchen), dice Kafka en la colección de aforismos titulado "Consideraciones sobre el pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero". (Ephick L. 2006. P. 1).

Se dice que el cuento debe ser escrito en “prosa”, característica que abandonó para diversificar la forma en la que se desarrolló, el lirismo de algunos cuentos los convierte en grandes poemas así como algunos poemas son considerados como cuentos poéticos. Se ha dado en llama Prosa poética aquellos textos que aunque no sigan las reglas estrictas de las formas poéticas son escritos con un hermoso lirismo poético.

Platero y yo” del escritor Juan Ramón Jiménez:

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos...” . (Jiménez.1909. P. 1.).

“Abril.

Llegó a mi vida como lluvia de abril. Con la tenacidad del agua y la intensidad de las mareas inundó todos mis espacios. Fue así, un día lo vi, y al otro, desperté descalza en medio del amor. (Gómez Luna. 1974. Blog Sección 1).

 

Definitivamente hay muchos poemas que son verdaderos cuentos en los que se perciben todos los elementos de esta forma de relato.

 

“El varón que tiene corazón de lis,

alma de querube, lengua celestial,

el mínimo y dulce Francisco de Asís,

está con un rudo y torvo animal,

bestia temerosa, de sangre y de robo,

las fauces de furia, los ojos de mal:

el lobo de Gubbia, el terrible lobo,

rabioso, ha asolado los alrededores;

cruel ha deshecho todos los rebaños;

devoró corderos, devoró pastores,

y son incontables sus muertes y daños”. (Darío. 1957. P. XXX).

 

Uno de los detalles clásicos es que participan pocos personajes: Caperucita roja, Los tres cerditos, El gato con botas, Juan sin miedo, etc.

Como inicialmente se consideró el cuento es un relato breve, característica que se ha perdido por lo anteriormente mencionado.

Se dice también que no profundiza en la psicología del ser. Creo que depende del conocimiento del lector así como de los estudios metalingüísticos donde se profundiza en su significación, simbolismos, actitudes, y la representación de la vida cotidiana, en esencia, la actitud frente al mundo del propio autor. Sabemos que los relatos han sido y serán compañeros de viaje en esta vida, el relato ya estaba ahí cuando los primeros autores los descubrieron: la propia naturaleza, el desconocimiento de las fuerzas que la mueven y afectan o benefician al ser humano; esas noches oscuras llenas de estrellas como esperanza de momentos de luminosidad a que retaba al ser humano a descubrir su propia luz del entendimiento y describirlo en base a sus sentimientos, a sus miedos primarios; a la búsqueda de respuestas, no siempre atinadas, pero importantes para crear su propia idiosincrasia.

Ahí estaba el “Aedo” elucubrando sobre su destino, su entorno, escudriñando en la fealdad la profunda belleza de su instinto para contarnos su “Oda” en las noches alrededor del fuego, para darle vida a nuestras propias sombras y reinventarse con poderes para superar sus miedos y debilidades, para crear en sus primeros relatos y agregarle un desenlace sorpresivo para despertar el asombro y la creatividad en los primeros escuchas.

Al concluir el relato se da fin al nudo del conflicto, el cual no sucede siempre por interrupciones o porque el autor considera que el lector con su gran capacidad de aprehensión puede determinar el desenlace. Es célebre el pasaje de D. Quijote con Cardenio:

 

«-Si gustáis, señores, que os diga en breves razones la inmensidad de mis desventuras, habéisme de prometer de que con ninguna pregunta ni otra cosa no me interrumpiréis el hilo de mi triste historia, porque en el punto que lo hagáis, en ese se quedará lo que fuese contado. (Baquero. 1974. P.1).

 

 

Advertencia:

No es mi idea confundir en cuanto a los elementos clásicos del cuento, sino exponer cómo el cuento se ha ido diversificando a través del tiempo y lo que pareciera las primeras formas de expresión, las pictográficas fueron desapareciendo para darle paso a la escritura iniciada en los textos cuneiformes y jeroglíficos para asentarse en la prosa como forma definitiva.

No olvidemos la inmensa aportación que hacen las plataformas virtuales para expresarse, contar historias, relatar hechos en unas cuantas palabras para quienes les gusta “piar” como pajarito o “tuitear” brevemente.

Hasta aquí dejo mi primera participación para dedicarle una segunda parte a la novela.

 

Bibliografía

Augusto Monterroso. (1981). Obras completas y otros cuentos. Barcelona: Seix Barral.

Wilfrido H. Corral. (2003). Augusto Monterroso, el autor del cuento más corto de la historia. El Universo, X.

José Manuel de Prada-Samper. (2018). Cuentos populares de África. 19 de agosto de 2020, de Nexos Sitio web: https://www.siruela.com

Lilian Ephick L. (2006). Lo grotesco y lo absurdo en tres cuentos de Kafka. 19 de agosto de 2020, de Cultura La insignia Sitio web: https://www.lainsignia.org/2006/diciembre/cul_045.htm#:~:text=Letras%2

Juan Ramón Jiménez. (Original 1907-1916). Platero y yo. (1937) Argentina: Espasa-Calpe.

Liliana María Gómez Luna. (1974). Prosa poética y cuentos cortos. 19 de agosto de 2020, de Blog Liliana María Gómez Luna Sitio web: https://ecoissuescuba.wordpress.com/prosa-poetica-y-cuentos-cortos

Mariano Baquero Goyane. (1974). El cuento sin desenlace. 19 de agosto de 2020, de Murcia Sitio web: http://www.cervantesvirtual.com/

Rubén Darío. (1952). Poesías completas. Madrid: Aguilar.

 

 

 

 

Acción, Relato, Discurso

 

Acción, Relato, Discurso

Introducción

La literatura es el conjunto de experiencias escritas o memorizadas de los sentimientos más profundos que el ser humano ha tenido en el largo camino de su existencia, expresados de forma escrita o hablada. Durante toda la existencia, el hombre ha ido, según su pensamiento evolucionando a través de la palabra; cierto que muchas ideas van y vienen y se refleja en retrocesos y renovaciones lo que ya ha experimentado y expresado o lo que rechaza definitivamente.  Es a través de ella que quiere manifestar sus pensamientos, reflexiones, ideas, actitudes y esos sentimientos que mueven su creatividad.

Es muy interesante el contenido de los estudios que hace el autor de "Acción, Relato, Discurso. Estructura de la ficción narrativa”. El crítico José Ángel García Landa que nos motiva a revisar, perspectivas y aspectos distintos para reconsiderar nuestros conceptos sobre la “acción”, el “relato” y el “discurso” que este resumen trata. Los actantes y actores según Greimas y, las funciones según Propp. Una vez leído los autores citados nos hacen ver cómo las definiciones van cambiando a través del tiempo, pero más aún, dimensiona los conceptos aristotélicos sobre la Mimesis como una teoría fundamental para partir de ahí y profundizar más y nos lleven a una concepción moderna de la narratología, por donde pasaron innumerables críticos y solamente le dieron vueltas al asunto.

Fue hasta que en el siglo xx, por fortuna, cuando se especializaron muchísimos estudios metalingüísticos así como las corrientes de pensamiento y maneras distintas para retomar los temas y analizarlos desde posiciones novedosas como el Formalismo y el Estructuralismo, entre otras, desde donde nos mostraron un enfoque distinto a las ideas de Aristóteles, sin divorciarse de ellas sino por el contrario, enriqueciéndolas con nuevas perspectivas.

Así vemos que como todas las corrientes artísticas, filosóficas, históricas y literarias han tomado elemento de corrientes afines para elaborar sus teorías, de la misma manera la Metalingüística nos ha abierto veredas distintas para ampliar nuestros horizontes críticos.

 

La acción

“Definiendo establecemos, siquiera sea implícitamente, un tipo determinado de acercamiento al objeto, una demarcación del área de discurso en la que nos situamos” (García Landa. 2014. P.12).

En cuanto a la acción, lo primero que discute el autor García Landa es sobre las definiciones, las cuales,  a través del tiempo, han sido modificadas con el fin de llegar a un concepto más exacto o delimitante de otros que defiendan su particularidad; hace una comparación muy importante en cuanto a las traducciones de textos, los cuales se ven transformados en su afán de ser entendidos por la lengua, cultura e ideología de los futuros lectores o estudiosos.  Nos remontamos a la primera semana donde hicimos ver en nuestro ensayo de cómo los textos cambian su lenguaje según el traductor, su nacionalidad y época que le toca vivir, en el caso que particularizamos La Poética de Aristóteles, allí mismo hicimos ver cómo la literatura de origen épico y lírico que también evolucionaron a la prosa como forma de expresión preponderante de la época en que se realizó dicha traducción o actualización en el caso de una misma lengua.

Para ello debemos partir de que la narración como la representación semiótica de

una serie de acontecimientos”. (García Landa. 2014. P.12). Ello nos lleva a considerar el texto narrativo desde dos aspectos fundamentales: el texto mismo o discurso y la acción o serie de acontecimientos.

Ahora, ¿cuál es la importancia del relato?

Si la acción la forma la serie de acontecimientos que son narrados, y el texto o discurso es el elemento semiótico que crea o transmite la acción (ahí entra el uso de un lenguaje para realizar este texto narrativo donde creador y lector se complementan en la comunicación). Tomando en consideración estos elementos el relato,  “…es el terreno común entre ambos: la acción tal como aparece en el discurso”. (García Landa. 2014. P.12). Así que el relato es la representación de la acción y el discurso es la representación del relato.

 

Desde esta perspectiva, como lectores:

¿Cuál es la importancia de los personajes en el texto narrativo?

Son los elementos que realizan la acción dentro del relato, pueden ser personas, objetos o animales o en algunos casos seres inexistentes creados a partir de los seres reales. La creatividad sobre los personajes se ha extendido de tal manera que ya no solamente se representan los sentimientos, las actitudes, las ideas, como personajes, sino los estados de ánimo, el día y la noche y el tiempo en sus muchas facetas, así como el espacio. Hay autores que incluso crean personajes del no tiempo y del espacio inexistente y, de los aspectos psicológicos y significados en la psique humana, como los colores, las manifestaciones de la energía y las creencias metafísicas como su interpretación. Ya no son suficientes enumerar a los personajes primarios o principales (protagonista), secundario o deuteragonista[1], el terciario[2] o de menor importancia o tritagonista y el antagonista. No olvidemos que los personajes actúan o son quienes realizan la acción en muchos otros géneros, pues son los que intervienen en una obra artística (teatro, cine, libro, etc.). Por lo tanto los personajes suelen ser los actores principales de una ficción y quienes dan impulso a las acciones.

Vemos claramente la relación que existe entre la acción y los personajes en cuanto a que es la acción la que define a los personajes “por sus acciones serán juzgados” (Dicho popular). Las acciones alimentan el rasgo del carácter del personaje, su manera de actuar que se convierte en la constante de su manera de ser, sus virtudes y atribuciones, así su personalidad “aparece como una secuencia de funciones que en un cuento es siempre idéntica”.  (Propp. 1927. P.40).

Para Bladimir Propp, las funciones[3] son características importantes en los personajes, en su obra declara: “Los elementos constantes, estables, del cuento están constituidos por las funciones de los personajes… “ (Propp. 1927. P.40).

 

El ambiente

En cuanto al ambiente, este se refiere al espacio donde tiene lugar la acción y la actuación de los personajes; ayuda a obtener la verosimilitud, lo que hace que los hechos parezcan verdaderos aunque no lo sean. Es el espacio donde actúan los personajes, esa espacialidad la hace verosímil para quienes no podemos prescindir de un espacio para existir, ahí se mueven los personajes. Es importante considerar que el ambiente puede ser físico o psicológico. No olvidemos que la mayoría de los conflictos se inician en la mente, tanto del autor que debe tener la capacidad de recrearlos, como en los personajes que ahondan en su psique para generar o enfrentar conflictos y soluciones. De allí se llevan al espacio físico para experimentar esos conflictos y solucionarlos.

El actor es la figura o lugar vacío en que las formas sintácticas se vierten. De esa manera se establece un rol en el que se deberá ceñir para caracterizar al personaje.

El actante es aquel que realiza una sola función dentro del personajes, es una amplia clase que agrupa una sola función de los diversos papeles de un mismo rol actancial: héroe, villano, ayudante...

“Oponente. Se refiere al rol de auxiliador negativo, correspondiéndole, desde el punto de vista del sujeto, hacer a un no-poder-hacer individualizado, porque en forma de actor obstaculiza la realización del programa narrativo del sujeto.

Sujeto. Es un sintagma nominal, tiene experiencias relacionadas con otra entidad o con un objeto”.

El objeto se refiere a la posición actancial susceptible de recibir vertimientos, mediante la proyección del sujeto, de sus determinaciones o de los valores con los que el sujeto está en función.

El destinador es qué o quién motiva al sujeto a cumplir su objetivo. Es semejante al "dador" que propone Mieke Bal. Es una fuerza que mueve al sujeto a ejercer una función.

Destinatario. Es quién o qué recibe las metas o acciones del sujeto”.

Greimas. 1971. P. X).

 

Ejercicio 1. El ambiente múltiple en el relato.

Como ejercicio de relato, comparto “El último minuto”. Tema sugerido en donde hago uso de la acción de personajes fuera de contexto; es decir, desconocidos realizaron una acción que detuvo un tren un minuto antes de llegar a la estación y el personaje narrador recuerda los sucesos del último minuto del viaje, así como otros minutos que se remontan en el tiempo y espacio distintos, recreando ambientes psicológicos, personajes, actores, actantes e historias simultáneas, visiones y abstracciones sobre imágenes distorsionadas, calles que representan sentimientos de soledad, pérdida del humanismo en cuanto a la representación de la perfección de la ciudad; desolada por que la obsesión de lograr una perfección material mientras se pierde la búsqueda de la felicidad como perfección del ser humano.

Lo comparto en la hoja final para cumpla la instrucción de ser de ser escrita en una sola página.

Referencias

José Ángel Garcia Landa. (1998). Acción, Relato, Discurso: Estructura de la ficción narrativa. Salamanca: Universidad de Zaragoza.

Julien., Greimas, Algirdas ([1971]). Semántica estructural: investigación metodológica. Editorial Gredos. España.

Vladimir Propp. (1927-1985). Morfología del cuento. México: Premiá editora de libro S. A. Nota: 1927 año de publicación original. 1985, traducción al español.

https://es.wikipedia.org/wiki/Actante Consultado el 17 de agosto de 2020.

Beltrán Villanueva, Guillermo. (2020). “El último minuto”. En Ciudad desolada. México. Sin Límites. P.133.

Puntos 8,00 / 8,00

Fecha de calificación martes, 18 de agosto de 2020, 00:54

Hola, Guillermo, ¿cómo estás?

Revisé tu reporte de investigación sobre la importancia de los personajes en el texto narrativo, e identifico que tu reporte sigue correctamente las instrucciones establecidas para esta actividad, con base en el texto, "Acción, Relato, Discurso. Estructura de la ficción narrativa”, de José Ángel García Landa, recuperando la información que hace referencia a los personajes o ambientes en un texto narrativo y la distinción entre actores y actantes, así como la descripción de cada uno. También observo que, a partir del mismo texto, investigas los tipos de personajes en las obras narrativas y las incorporas a esta actividad. Escribes ejemplos de estos. Por último, identifico que cumples con la presentación solicitada, así como la inclusión de tu lista de referencias en formato APA.

Excelente trabajo, Guillermo.

 

Atte,

Maestra Berenice Zavala Salazar

 

 

 

El último minuto

 

Por alguna razón extraña el tren se detuvo. Aun así, seguí analizando el último minuto del viaje. Tal vez desesperado por llegar y saber si efectivamente me habían concedido el indulto.

Trabajadores de las vías cubrían con grandes palas llenas de cascajo lo que parecían restos sanguinolentos o quizás, diseccionados, no de una manera correcta, pues eso no podrían hacerlo las ruedas de acero del trolebús que recorría del sur de la frontera hasta la vecina ciudad de Tisandie.

 

(“”La tarde oscurecida por el manto de la lluvia, el frío y el desencanto. Las ventanas empañadas… En la distancia una figura de paja, pantalón antiguo y de sombrero… pasó lentamente sin moverse, era el tren que poco a poco se acercaba a la siguiente estación.

El paisaje desierto, a pesar de las casas igualitarias de teja de linóleum, madera, emplaste de estuco y arenisca; de colores tristes, grisáceos, de esos que desencantan al pintor y no le motivan a expresar la alegría de la vida y sí a la muerte. Calles limpias, sin mascotas ni personas, solamente autos, postes, árboles frondosos y podados y pasto a la orilla de las aceras.

El espanta cuervos, el esperpento aquel, se trasladó a mi memoria, con la misma ropa y sombrero. El mismo andrajoso poeta que deambula por los lugares aledaños al borde de la línea fronteriza. A destiempo y lugares distantes. Era de nuevo el sujeto de inspiración ubérrima, el Sr. Trudó.

[“—Empezaría por describir al tal Trudó. Un hombre indescriptible, partiendo de la idea que tal vez nació de la imaginación. Pero no, ese tal vez no es posible cuando uno despierta con la agradable sensación y cosquilleo en los dedos para oprimir a gran velocidad cada letra y signo del teclado de la computadora…”].

Una lluvia pertinaz y el viento figuraban garabatos en los ventanales del tren, entre las personas que bajaban y corrían en la estación confundiendo los pasos perdidos, vacilantes, escuetos, lejanos de aquel esperpento que había cobrado vida en mi imaginación; entonces, me llegó como un chispazo, la idea loca de que algún día pudiese escribir una historia larga, larga, como una oda, una fábula, un gran poema que trascendiera mis palabras, que llenara el espacio de una sola hoja y sólo entonces, empezaría por describir al tal Trudó.

Bajaron y subieron tantas personas y aun así sentía que ambos espacios y tiempos, y el paisaje, eran ficticios y, se esfumaban en mi mente””.

 

Un jalón del convoy me sacudió el pensamiento y se fueron desvaneciendo ambas figuras: el tiempo diverso de este reciente recorrido y otros y también ese hombre que insistente deambulaba en mi mente para que lo trajese a la imaginación del relato y me personifique.

 

—He perdido un minuto precioso para saber de mi indulto. ¿Sabe usted qué pasó, amigo?

—No.



[1] En obras literarias o análogas, el deuteragonista (del en griego antiguo, δευτεραγωνιστής, deuteragōnistḗs, segundo actor) es el segundo personaje más importante de una obra,​ después del protagonista y antes del tritagonista.

[2] En literatura, el tritagonista o personaje principal terciario (del griego antiguo: τριταγωνιστής, tritagōnistḗs, tercer actor) es el tercer personaje más importante de una narrativa, después del protagonista y deuteragonista. En el antiguo drama griego, el tritagonista era el tercer miembro de la trupe de actores.

[3] Las funciones son acciones, sucesos, movimientos o escenas que marcan decisivamente el desarrollo de un relato, aunque no siempre se presentan en su totalidad.

miércoles, 12 de agosto de 2020

El tiempo en el relato

 Instrucciones:

Crear un relato cuyo tiempo suceda en un minuto.'

Usar el tiempo del relato, el tiempo de lectura, el tiempo psicológico, el tiempo en diversos planos: Pasado, presente progresivo, presente objetivo, expectativas sobre un suceso futuro, el tiempo perdido.


Tomado de: "Ciudad Desolada" (DR) en construcción. 


El último minuto

 

Por alguna razón extraña el tren se detuvo. Aun así, seguí analizando el último minuto del viaje. Tal vez desesperado por llegar y saber si efectivamente me habían concedido el indulto.

Trabajadores de las vías cubrían con grandes palas llenas de cascajo lo que parecían restos sanguinolentos o quizás, diseccionados, no de una manera correcta, pues eso no podrían hacerlo las ruedas de acero del trolebús que recorría, del sur de la frontera hasta la vecina ciudad de Tisandie.

 

(“”La tarde oscurecida por el manto de la lluvia, el frío y el desencanto. Las ventanas empañadas… En la distancia una figura de paja, pantalón antiguo y de sombrero… pasó lentamente sin moverse, era el tren que poco a poco se acercaba a la siguiente estación.

El paisaje desierto, a pesar de las casas igualitarias de teja de linóleo, madera, emplaste de estuco y arenisca; de colores tristes, grisáceos, de esos que desencantan al pintor y no le motivan a expresar la alegría de la vida y sí a la muerte. Calles limpias, sin mascotas ni personas, solamente autos, postes, árboles limpios y pasto a la orilla de las aceras.

El espanta cuervos, el esperpento aquel, se trasladó a mi memoria, con la misma ropa y sombrero. El mismo andrajoso poeta que deambula por los lugares aledaños al borde de la línea. A destiempo y lugares distantes. Era de nuevo el sujeto de inspiración ubérrima, el Sr. Trudó.

[“—Empezaría por describir al tal Trudó. Un hombre indescriptible, partiendo de la idea que tal vez nació de la imaginación. Pero no, ese tal vez no es posible cuando uno despierta con la agradable sensación y cosquilleo en los dedos por oprimir a gran velocidad cada letra y signo del teclado de la computadora…”].


Una lluvia pertinaz y el viento figuraban garabatos en los ventanales del tren, entre las personas que bajaban y corrían en la estación confundiendo los pasos perdidos, vacilantes, escuetos, lejanos del esperpento que había cobrado vida en mi imaginación; entonces, me llegó como un chispazo, la idea loca de que algún día pudiese escribir una historia larga, larga, como una oda, una fábula, un gran poema que trascendiera mis palabras, que llenara el espacio de un par de hojas y sólo entonces, empezaría por describir al tal Trudó”.

Bajaron y subieron tantas personas y aun así sentía que ambos espacios y tiempos, y el paisaje, eran ficticios y se esfumaban en mi mente””.

 

Un jalón me sacudió el pensamiento y se fueron desvaneciendo ambas figuras: el tiempo de este reciente recorrido y ese hombre que insistente deambulaba en mi mente para que lo trajese a la imaginación del relato.

—¿Sabe usted qué pasó, amigo? He perdido un minuto precioso para saber de mi indulto.


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