Literatura
fronteriza o Literatura de la violencia
Resumen
En los
estudios de la Literatura contemporánea mexicana particularmente en el
posmodernismo se hace énfasis en la Literatura de la frontera norte como tema: la
violencia y muy poco sobre la literatura que enmarca la poesía, el ensayo y
los temas que le son inherentes al hombre para evolucionar en su concepción
literaria humanista.
En los estudios mencionados se hace énfasis en la Narcoliteratura,
el tráfico humano y la vida de cholos, bandas y
entretenimiento en sitios donde el libertinaje toma otra concepción de
aceptación y modus vivendi de la juventud transfronteriza. En esa
materia se abunda y analiza como si fuese la única actividad de expresión
literaria y se propone la violencia como la única representante de la
literatura fronteriza.
Este anteproyecto propone una visión más amplia de
la literatura fronteriza y hace énfasis en la producción cultural de dos
ciudades fronterizas, Tijuana-San Diego, convergencias y divergencias
culturales y literarias. Con los mismos autores que escriben otros temas y lo
hacen con gran calidad, además de autores que hoy construyen la literatura
fronteriza con gran riqueza lírica, por medio de la poesía, la novela y el
relato y con profundidad crítica en el ensayo. Con mi reconocimiento a la Dra. Maria
Amparo Fernández López, por ser guía de perfección y motivación
para este trabajo; a los poetas entrevistados para este proyecto Francisco
Morales, Diana Ríos Ramírez, Silvia
González Tejeda y Ana Karina Balderrábano.
Marco
de referencia (textos con distintas posiciones críticas sobre el tema)
Literatura
fronteriza o Literatura de la violencia
1. Definición
del tema
1.1. Literatura
fronteriza
1.1.1. Antecedentes
1.1.2. Narradores
1.1.2.1. Crónicas
1.1.2.2. Novelas
1.1.3. Poetas
1.1.4. Ensayistas
·
2.1. Literatura de la violencia
2.1.1. Antecedentes
2.1.2. Narradores
2.1.3. Estudios
Literatura
fronteriza o Literatura de la violencia
1. Definición
del tema.
1.1. Literatura
fronteriza
1.1.1. Antecedentes
Heriberto Yépez abunda en cuanto a la
delimitación de la Literatura fronteriza y los cánones en que las instituciones
deciden la pertenencia de la Literatura fronteriza:
“El término ‘narrativa fronteriza’, si bien encasilla
una literatura variada a sólo una literatura geográfica, también expande la
visión hacia variadas acepciones que en un principio no cabían dentro de este
marco literario” (González, p. 9).
“La
ciudad de México le toca decidir el destino por privilegio burocrático de la
capital literaria le toca civilizar a los bárbaros y administrar el canon”
(Yépez, pp. 88-89), como lo expresaba Christopher Domínguez Michael,
descendiente de la crítica institucional centrista. Otros autores se enfocan en
el entorno social y el carácter binacional de las ciudades transfronterizas
donde nace, crece y tienen mayor influencia la literatura fronteriza.
“En la literatura sobre la urbanización
fronteriza, en los medios de comunicación masiva, y en los medios políticos de
ambos países, a esas ciudades adyacentes se les llama frecuentemente ciudades
gemelas, región fronteriza, o metrópoli transfronteriza. El par de ciudades”. (Alegría, p. 129).
1.1.2. Narradores
1.1.2.1. Crónicas
“La cultura bajacaliforniana y
otros ensayos afines” de Gabriel Trujillo Muñoz, “Escritos
Heteróclitos” También de Heriberto Yépez, Reflexión bajo palabra de
Octavio Islas, “Crónica de una infamia”, de Jesús Blancornelas, “De
política y otras cosas”, de Arturo Geraldo.
“Dichas expresiones comprenden un conjunto de valores
socioculturales (costumbres, tradiciones, ideologías) que los habitantes
fronterizos comparten y representan con la intención de conformar cierta
identidad grupal, así como de establecer vínculos de pertenencia con una región
cambiante constituida, en su mayoría, por migrantes de otras latitudes que han
llegado a la frontera México-Estados Unidos en busca de mejores oportunidades
de desarrollo” (Rodríguez, p. 113).
1.1.2.2. Novelas
“Tijuanenses” de
Federico Campbell, “Los motivos de Caín” de José Revueltas, “Estrella
de la calle sexta” de Luis Humberto Crosthwaite, “Conjurados” de
Gabriel Trujillo Muñoz, “Tijuana mía” de Elizabeth Gavin, “Aroma de
presagios” de Guillermo Beltrán, “Welcome amigos to Tijuana: graffiti en
la frontera” de Jorge ‘Jofras’ Sánchez, "Entre atracción y
repulsión: Tijuana representada en el cine" de Juan Alberto Apodaca;
cada día la producción de textos en este género aumenta exponencialmente como
una suerte de catarsis por las circunstancias del momento, sucesos que marcan
una nueva manera de coexistir. Como las anunciadas entre el gremio novelero de
la frontera: “Ciudad desolada, Tisandie”; “Soledario”; “Noches de pandemia” y
muchas más en edición.
“…se
ha demostrado que los campos artístico-literarios se conforman generalmente de
acciones colectivas, las cuales pueden ser orquestadas por autores
consolidados, o bien por autores independientes que buscan revertir la
estructura escalafonaria de las instituciones culturales”. (Escamilla, p. 183).
1.1.3. Poetas
2. Sobresalen
en los últimos 50 años: “Doce poetas jóvenes en la poesía de Baja California
“: José Javier Villarreal, Roberto Castillo Udiarte, Gabriel Trujillo
Muñoz, Juana Ríos Aizú, Francisco Morales, Rosina Conde, Víctor Soto Ferrel,
Luis Cortés Bargalló, Raúl Rincón, Víctor Hugo Limón, Manuel Romero y Alfonso
René Gutiérrez. Años más tarde, alumnos de algunos de los escritores
mencionados surgen: Heriberto Yépez, Marvin Durán, Roberto Partida, Charlynne
Curiel, Laura Jáuregui, Pedro López Solís, Francisco Morales. Tiempo
después se agregan al gremio poetas como Ana Karina Balderrábano, Diana Ríos
Ramírez y Silvia González Tejeda, estos cuatro últimos, serán objetos de
estudio para mi anteproyecto como representantes de una poesía distinta al
resto de la república, con estilo propio y representantes de nuestra Literatura
fronteriza.
1..4.
Ensayistas
En la ensayística es donde han sobresalido de manera
especial egresados del Colegio de la frontera norte, graduados de la Facultad
de Humanidades y Ciencias Sociales, con énfasis en la Literatura, la filosofía
e historia. Textos importantes como “Sobre
la impura esencia de la crítica” de Heriberto Yépez, “Estudios
Vizcaínos” de Guillermo Beltrán, “Cavilaciones mortuorias” de
Mauricio Ramos, “La frontera norte de México como Modelización de mundo en
Estrella de la calle sexta De Luis Humberto Crosthwaite” de Elizabeth
Josefina Villa Pérez; Walt Whitman, “profeta de la vida natural” de
Alfonso René Gutiérrez, ensayos ‘sin fin’ de Gabriel Trujillo Muñoz, y, varios ensayistas más.
2.1. Literatura
de la violencia
2.1.1. Antecedentes
“El
término narcoliteratura no es quizá el más académico o rigorista, pero sí el
más funcional o por lo menos el más reconocible”. (Oliver, 2012, p.105). “Es
imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el
norte es sobre el narcotráfico.” (Oliver, 2012, p.107).
“…nombrada en ocasiones
como “Literatura de la Frontera”. Entre los representantes de esta literatura
contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo
León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja
California) (Villa, 2010, p. 6).
“se caracteriza en los últimos años por la descentralización de algunas
prácticas literarias que tienen que ver con el conflicto producido en la
frontera de México-EUA”. (Pardo, 2020,
p. 99).
2.1.2. Narradores
Entre los representantes de esta literatura
contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo
León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja
California) (Villa, 2010, p. 6).
“…las variables que deben analizarse en la escritura fronteriza se
refieren principalmente al fenómeno urbano, a las características del espacio
liminal, a la reconfiguración social de la mujer y a la materialidad de su
cuerpo como agente activo de la economía”. (Rodríguez, p. 115).
2.1.3. Estudios
Es claro que nuestra región empieza a
adquirir “forma” literaria para los críticos, quienes profundizan en sus
análisis y ofrecen nuevas perspectivas sobre la literatura de la violencia. De
alguna manera esbozan el surgimiento de una literatura particular, ya no como
parte septentrional del país sino con una suerte de características que le son
propias.
“La región del norte,
desde luego ha venido cargando ya desde el apogeo del Imperio Mexica, pasando
por la Colonia y hasta nuestros días, el estigma o estereotipo de modo
despectivo de los bárbaros, los chichimecas. La extrema provincia, el
allá-matan”. (Deltoya,
p. 2).
Son muchos los aspectos desde donde se le puede
estudiar a la literatura cuyo tema es la violencia, Joachim Michael, un
sociólogo brasileño dice en su estudio sobre el tema:
“Dada la magnitud
política y social del problema, no sorprende que el narcotráfico no sólo sea un
tema de la literatura contemporánea sino que también haya provocado la
constitución de lo que se podría llamar un nuevo género literario: la
narcoliteratura…”, “propongo los términos de la narcoliteratura y de la
narconovela como designaciones de textos literarios que se dedican al problema
del narcotráfico por lo menos a nivel temático. ”. (Michael. p. 10).
Subgénero o no, como lo califica Rafael Lemus, “Una
narrativa sobre el narco, una estrategia ordinaria: costumbrismo minucioso,
lenguaje coloquial, tramas populistas”, “Es
imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el
norte es sobre el narcotráfico”. (Lemus, 2005).
Marco
teórico
Exposición
del tema
Literatura
fronteriza vs Literatura de la violencia
Separo ambos, pues la primera incluye una
alta gama de obras poéticas que encajan en todas las corrientes literarias en
épocas distintas a las que se generaron, igual las novelas, los cuentos, y
ensayos con estudios socio políticos, biculturales y de psicología social. La
segunda clasificación, la Narrativa de la violencia en donde se estudian
novelas sobre contrabando y peleas callejeras.
1.1.
Literatura fronteriza
Como habitante de la frontera norte considero
que son muchos los factores que han influido y llevado a crear una Narrativa
de la violencia desde tiempo inmemorial y que ha existido a partir del
establecimiento de las misiones; una
violencia que desde el centro del país se ha gestado cuando nos atrevimos a
habitar estas regiones inhóspitas y alejadas. Menospreciados por aprehender una
cultura bilingüe, generar un comercio internacional para subsistir, fuerza
motriz de nuestra sociedad fronteriza; violentados por policías,
políticos, connacionales, la clase gobernante y empresarial, mucho antes de que
aumentara el tráfico
de drogas y trabajadores ilegales hacia Estados Unidos y de
cómo actualmente la consideran las instituciones culturales y estudiosos de la
literatura nacional.
“…se ha demostrado que los campos
artístico-literarios se conforman generalmente de acciones colectivas, las
cuales pueden ser orquestadas por autores consolidados, o bien por autores
independientes que buscan revertir la estructura escalafonaria de las
instituciones culturales”. (Escamilla, p. 183).
La Literatura fronteriza y su intento
por escapar de un submundo literario se extendió por toda su geografía y
contexto, subterránea, contestataria, antagonista, inmersa en la contracultura
que brota de la necesidad de recrear lo que verdaderamente se vive y se
desarrolla en el arte, la música, la poética y la narrativa.
Demostrar cómo en la literatura regional
fronteriza el lenguaje natural se fue separando del lenguaje académico, los
fanzines, panfletos, los artículos y opiniones universitarias de los
estudiantes que se atrevieron a escribir en la revista Sin Límites, donde
inician su ya larga trayectoria escritores de la talla de Heriberto Yépez,
Marvin Durán, Roberto Partida, Charlynne Curiel, Laura Jáuregui, y en otras
instituciones y seleccionados para mi proyecto refiero a Francisco Morales,
Ana Karina Balderrábano, Diana Ríos Ramírez y Silvia González Tejeda, su
visión con amor profundo a la tierra, a nuestro tiempo, con
una capacidad de análisis que define nuestra frontera como crisol de grandes
creadores. Todos ellos obligados a escribir una narrativa
dentro del realismo donde transcurre su existencia y que les exige otro
lenguaje, otra manera de decir las cosas, otro vocabulario que muestre el
entorno, las vicisitudes, las emociones, los gustos, de una sociedad diferente al
imaginario oficial.
A partir de esta pléyade de escritores, cómo
han influido para que surjan nuevos representantes y constituyan una literatura
propia, cuyo entorno poético le permita crear nuevos discursos, estilos y una
corriente literaria fuera de voces antiguas y desgastadas.
“individuos
conformados por diferentes ideologías, con simbologías propias y un sinfín de
cargas culturales ajenas a otros individuos con los que conviven día a día.
Estos seres que coexisten en un mismo espacio sufren modificaciones en la
concepción de su entorno para así asimilar las formas nuevas y poder
subsistir”. (Almeyda, p. 9).
El lenguaje se ve tentado a expresar fielmente
el habla cotidiana, la jerga, los sonidos y a otras representaciones como
el corporal y anímico, las imágenes,
metáforas, mezclando elementos de las nuevas tecnologías de la comunicación,
como el cine, la televisión, la radio, el altavoz, el pensamiento; el discurso
de los sueños, el sueño dentro del sueño, el habla dentro del habla o los
espacios imaginados, el celular inteligente, el internet, el chat, el WhatsApp,
Messenger, los emoticones y la diversidad de narradores que se mezclan con los personajes.
“…para
que una cultura híbrida se produzca debe cumplirse la condición de que dos
culturas, o más, creen algo nuevo que no tenga precedentes para ninguna de
ellas y que aquello nuevo que se produce surja de una verdadera necesidad
cultural”. (Villa,
p. 18).
En cuanto a los estudios críticos de esta nueva
generación de escritores y por medio del ensayo nos ofrecen una visión crítica,
profunda, de la producción literaria fronteriza, nacional e internacional.
Existen innumerables textos que han construido una literatura fronteriza, una
poética basada en relatos, poemarios, novelas y estudios sobre las artes, las
tradiciones, su historia, su vida social y cultural, su estructura, géneros y
temas con influencias de diversas corrientes literarias, más su entorno citadino
y fronterizo le dan una identidad distinta a la violencia donde la encasillan
las instituciones del centro del país.
En dicho género han sobresalido de manera
especial egresados del Colegio de la frontera norte, graduados de la Facultad
de Humanidades y Ciencias Sociales, El centro de investigaciones históricas, con énfasis en la Literatura, la filosofía e
historia. Textos importantes como “Sobre
la impura esencia de la crítica” de Heriberto Yépez, “La cultura
bajacaliforniana y otros ensayos afines” de Gabriel Trujillo Muñoz, “Escritos
Heteróclitos” También de Heriberto Yépez,
Reflexión bajo palabra de Octavio Islas, “Estudios Vizcaínos” de
Guillermo Beltrán, “Cavilaciones mortuorias” de Mauricio Ramos, “La
frontera norte de México como Modelización de mundo en Estrella de la calle
sexta DE Luis Humberto Crosthwaite” de Elizabeth Josefina Villa Pérez y
varios más.
Sobresalen
en los últimos 50 años los poemarios de Alfonso René Gutiérrez, Víctor Soto
Ferrel, Jesús Raúl Rincón Meza, Heriberto Yépez, Marvin Durán, Roberto Partida,
Charlynne Curiel, Laura Jáuregui, Pedro López Solís, Elizabeth
Cazessus, Vianka R, Santana, Francisco Morales, Ana Karina Balderrábano,
Diana Ríos Ramírez y Silvia González Tejeda, estos cuatro últimos, serán objetos
de estudio para mi anteproyecto como representantes de una poesía distinta al
resto de la república, con estilo propio.
2. Estudios
sobre literatura de la violencia
“El término narcoliteratura no es quizá el más
académico o rigorista, pero sí el más funcional o por lo menos el más
reconocible”. (Oliver, 2012, p.105). “Es imposible huir: el narcotráfico lo
avasalla todo y toda escritura sobre el norte es sobre el narcotráfico.” (Oliver,
2012, p.107).
“se
caracteriza en los últimos años por la descentralización de algunas prácticas
literarias que tienen que ver con el conflicto producido en la frontera de
México-EUA”. (Pardo,
2020, p. 99).
Son
muchos los escritores que han incursionado en esta literatura, la que
consideramos como apología de la violencia. Si no, desde el punto de vista
psicosocial, cómo los jóvenes sin oportunidad de estudios en anteriores
administraciones que solamente los catalogaban como “Ninis” (quienes si se les
está atendiendo por la actual administración federal (periodo 2018-2020). En
tiempos recientes no tenían más oportunidad que afiliarse a las actividades
ilícitas como una manera de salir adelante, rápido, sin educación y sin tanto
esfuerzo —pero sí con peligros y muerte—. ¿Cuántos de esos jóvenes se
integraron a las bandas delincuenciales?
Esta
clasificación o subgénero tiene su origen tiempo atrás de la repetida
clasificación institucional de los autores como Bárbaros del norte y las
iniciales denominaciones como Literatura del desierto, “literatura del norte
de México”. Villa nos dice:
“creadores
de la llamada Literatura del Norte de México.“…nombrada en ocasiones como
“Literatura de la Frontera”. Entre los representantes de esta literatura
contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo
León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja
California) (Villa,
2010, p. 6).
Es claro que nuestra región empieza a
adquirir “forma” literaria para los críticos, quienes superan el discurso
centrista y profundizan en sus análisis y ofrecen nuevas perspectivas sobre
nuestra literatura. De alguna manera esbozan en surgimiento de una literatura
particular, ya no como parte septentrional del país sino con una suerte de
características que le son propias.
Son
muchos los aspectos desde donde se le puede estudiar a la literatura cuyo tema
es la violencia, Joachim Michael, un sociólogo brasileño dice en su
estudio sobre el tema:
“Dada la magnitud
política y social del problema, no sorprende que el narcotráfico no sólo sea un
tema de la literatura contemporánea sino que también haya provocado la
constitución de lo que se podría llamar un nuevo género literario: la
narcoliteratura…, propongo los términos de la narcoliteratura y de la
narconovela como designaciones de textos literarios que se dedican al problema
del narcotráfico por lo menos a nivel temático.
”. (Michael. p. 10).
Subgénero o no, como lo califica Rafael Lemus,
“Una narrativa sobre el narco, una estrategia ordinaria: costumbrismo
minucioso, lenguaje coloquial, tramas populistas”, “Es
imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el
norte es sobre el narcotráfico”. (Lemus, 2005).
En los estudios mencionados se hace énfasis en la Narcoliteratura,
el tráfico humano y la vida de cholos, bandas y
entretenimiento en sitios donde el libertinaje, toma una ideas de
aceptación y modus vivendi de la juventud transfronteriza, particularmente
en las obras de autores como Elmer Mendoza, Heriberto Yépez, Luis Humberto
Crosthwaite, entre otros. En la literatura posmoderna nacional se abunda y
analiza estos temas denigrantes como si fuese la única temática en la expresión
y por lo tanto, la representante de la literatura fronteriza.
La
literatura de la violencia se ha tratado de reunir con diversos argumentos,
algunos aseguran ser parte de un subgénero literario que trasciende lo
contemporáneo y posmoderno como se puede recurrir a la historia de la región,
del país o de todo el mundo. En ella se conjunta la literatura que de alguna
manera hace apología a la violencia —como una moda— la narcoliteratura, la
violencia de género, particularmente el feminicidio y, más recientemente la
violencia de género, por la preferencia sexual, a las comunidades LGBT y sus
diversas clasificaciones; las pugnas de los carteles, la corrupción, la
crónica, las series televisivas con esta temática, la caída de los grandes Capos
del narcotráfico (o sustitución de estos), así como la irrupción de capitales
procedente de las ganancias del tráfico de drogas, mercancías, prostitución,
niños, trabajadores internacionales, partes humanas, etc., lavado de dinero en
la economía privada y pública.
Conclusión del marco
referencia y crítico sobre
Literatura fronteriza vs.
Literatura de la violencia.
Separo
a ambos, pues la primera incluye una alta gama de obras poéticas que encajan en
todas las corrientes literarias en épocas distintas a las que se generaron,
igual las novelas, los cuentos, y ensayos con estudios socio políticos,
biculturales, literarios y de psicología social. La segunda clasificación, la
Narrativa de la violencia en donde se reúnen novelas, cuentos y crónicas, sobre
contrabando y peleas callejeras.
Indudablemente
para el escritor no le es ajeno las circunstancias y sucesos en los que vive
inmerso en el entorno en que se desarrolla, la violencia que existe en todas
las comunidades se expresa constantemente en los barrios marginales, en los
centros de entretenimiento y en las colindancias fronterizas, no nos son
ajenas, pero sí suceden a la par de la vida cotidiana en que el ser humano se
esfuerza por sobrevivir, formar familias y convivir en una comunidad en donde
se cultiva la fraternidad, el esfuerzo, la actividad emprendedora, comercial y
actividad social y cultural.
Objetivo final para la última actividad de ser
requerida.
Desarrollar un análisis de las obras “Conjuro”
de Silvia González Tejeda, “La
desalmada palabra” de Francisco Morales,
“Dados Invisibles” de Diana Ríos Ramírez, “Memoria de octubre”
de Ana Karina Balderrábano, textos objeto de estudio de este anteproyecto, con
la intención de profundizar en lo que nos motiva y en la valiosa aportación de
estos autores a la literatura Fronteriza.
Quiero resaltar cómo los escritores fronterizos
se expresan con nuevas adjetivaciones de sus obras, cobijadas por las presentes
generaciones de escritores donde mezclan elementos de diversos géneros como
propuestas que unos evolucionan y otros, abandonan.
Demostrar cómo esta nueva literatura, nacida de
las tradiciones literarias, pero adecuada a la realidad que propone una manera
distinta de ser narrada, lo entienden los nuevos narradores y deciden hurgar en
sus propias experiencias, lenguaje, discurso,
época que viven, se alejan de la idealidad del modernismo, de la épica y
los personajes míticos que tratan de representar la esencia del ser más ideal
que real; el amor como tema general en sus propuestas, obras poéticas que nada
tienen que ver con la violencia, sino con una existencia tranquila, de
reflexión y de apego a la vida, no lejos de las vicisitudes del amor, el
desencuentro, la resignación y el
encumbramiento de una filosofía de paz y meditación con la propia naturaleza de
la que formamos parte en nuestra dicotomía existencial.
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