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miércoles, 16 de septiembre de 2020

Estudio sobre la novela La Mentira de mauro Martina

 

La mentira

Novela del maestro Mauro Martina

Por Guillermo Beltrán Villanueva


La mentira de Mauro Martina es una novela en idioma español ambientada en la cultura árabe o de alguna de las regiones con la toponimia, las costumbres, el arte, el lenguaje y la vida cotidiana de los hispanoparlantes.  Nada extraño a las comunidades latinas por la fuerte influencia que recibimos a través de la historia durante la dominación de la península ibérica. A principios del siglo VIII, la Península Ibérica recibió su última invasión histórica de un pueblo ultramarino mediterráneo: los árabes, pueblo semita procedente del Oriente Medio, conquistaron la Hispania visigoda.

Durante mucho tiempo los árabes permanecieron en la península asiática conocida como arábiga, tal vez con otra denominación por los mismos habitantes nómadas de sus desiertos, pastores de camellos y caravaneros que unían el océano Índico con el Mediterráneo y sobre la inmensidad de los mantos petroleros que desde el siglo XX les cambió su estatus económicos.

¿Qué sucesos o acciones del hombre cambió todo su futuro? El nacimiento de un árabe genial e iluminado, Mahoma, a mediados del siglo VII quien predicaba una nueva religión, el islamismo,  el último monoteísmo semítico que el Oriente Medio exportará al mundo. Pronto toda la península fue sometida y se convirtieron en musulmanes, bajo el poder de Alá, el Dios único. La gran Siria fue conquistada tambaleando al Imperio Bizantino, derribaron el imperio persa y siguieron los pasos de Alejandro. Ifrīqiya, llamada hoy El Magreb, fue el camino fácil hacia la Península Ibérica, el Calpe hispánico, la conquista de Gibraltar, Monte de Grafíaāriq, el conquistador.  La incursión en la península más occidental de Europa se transformó en una conquista, porque estaba gobernada por una monarquía alógena y caduca, la visigoda, y encontraron el apoyo de los rivales del rey Rodrigo. Sólo la voz de algún clérigo como el autor de la Crónica mozarábica.

Los cambios en la Península Ibérica en el siglo VIII parecen ser nada más nominales. Al-Ándalus, fue el nombre de toda la Península Ibérica, así que los andalusíes fueron los musulmanes de la actual Andalucía, pero también los de Aragón y Cataluña, los de Valencia y los nacidos en las dos Castillas. Para los habitantes y nuevos conquistadores lo más notable sería la lengua y la escritura que traían los nuevos dueños de la Península Ibérica se había ordenado que el árabe fuese la lengua oficial. Uno de los problemas que no se han planteado, es la comunicación lingüística entre los árabes y los habitantes de la Península en estos primeros tiempos.

La lírica medieval

Desde el 711, a la existencia de cristianos y musulmanes se unen los judíos, además de los mudéjares, musulmanes en territorio cristiano, y los mozárabes, cristianos en territorio musulmán; hubo largas épocas de coexistencia, comprensión y tolerancia, y de influencia de unos con otros.

En este contexto brota la lírica románica peninsular en sus varias manifestaciones: la mozárabe, la galaicoportuguesa y la castellana. Esta lírica peninsular la compone una colección de jarchas, breves canciones que los poetas musulmanes y hebreos utilizaban para finalizar sus poemas cultos, llamados muwassahat. La jarcha más vieja es anterior al año 1000.

Las jarchas son una interpretación femenina del amor de un simbolismo y una subjetividad llena de sensualidad. Corresponden a la cultura urbana de las florecientes ciudades de la España musulmana, y son un perfecto ejemplo del mudejarismo social y cultural de los tres pueblos y religiones de la España medieval.

Las jarchas originales son de exclusiva temática erótica. Las sencillas canciones de los mozárabes son recogidas y utilizadas por los grandes y exquisitos poetas no cristianos y no románicos que las incorporan a sus composiciones.

La literatura latinoamericana de origen árabe

Los inmigrantes árabes, la mayoría al principio eran cristianos, procedentes del Oriente Medio eran conocidos como en América Latina con el nombre de “turcos”.

Provenían del antiguo Imperio Otomano, Siria, Palestina y Líbano, que emigraban para no ser obligados a enlistarse en el ejército, por la presión política y las guerras sectarias, nació el movimiento literario propio y característico que es conocido como la ‘literatura del Mahyar’ o llamada también ‘La literatura árabe de la Emigración’.        

Un grupo de intelectuales fue encabezado por Gibran Jalil Jabran que fue un destacado poeta, escritor y pintor libanés nacido en Becharré el 6 de enero de 1883 y fallecido en Nueva York el 10 de abril de 1931.

Del mismo modo, también se creó el círculo o liga andalusí (Al-Usba al-Andalusiyya), en Sao Paulo, en Brasil, se trata de una asociación que se verá caracterizada por su identificación con la poesía hispanoárabe. 

Dentro del universo del al-Ándalus, en escritores como Ibn Zaydum o Ben Quzman y en la poética arábigo-andaluza. Desde Rubén Darío hasta los últimos contemporáneos existe una gran influencia árabe en la obra de precursor modernista.

Le sirve a Darío para asumir una postura estetizante proveniente de Francia, y que terminaría sumiendo a los modernistas latinoamericanos en ese mundo árabe adoptado por el escritor nicaragüense.

La importancia de esta presencia árabe nos llevan hasta la misma emigración española inmediatamente posterior al descubrimiento en que llegan al sur de América los gitanos, árabes y judíos que habían ocultado su verdadera procedencia para escapar de la persecución en España.

Toda la literatura latinoamericana desde el siglo XIX hasta la actualidad, respira árabe por alguno de sus poros, un hecho comprensible si se tiene en cuenta que un número importante de ellos son descendientes de árabes que cambiaron su verdadero nombre para escapar de persecuciones o simplemente para cambiar de vida una vez instalados en América. Los árabes, emigraban sin voluntad de regresar, de tal modo que se integraban plenamente en las sociedades adonde llegaban, pero sin dejar de legar su pasado a las generaciones futuras. Todo ello está en la génesis de la literatura latinoamericana hasta el día de hoy.

Debemos entender el impacto de los escritores latinoamericanos poniendo el énfasis en la recreación de mundos imaginarios, cuya raíz es inequívocamente árabe. Otros eligen la evidencia; pero en todos se advierte la fascinación y el impacto de "Las Mil y Una Noches", incluso en Borges y en todos los escritores del Boom".

Si abundante es la nómina de escritores influenciados por lo árabe, más extensa y contundente resulta la de los personajes, el personaje central de la obra "Eva Luna", de la escritora venezolana Isabel Allende, y donde otro personaje importante es un palestino.

Los primeros habitantes de Macondo Cien Años de Soledad son gitanos árabes que llegan con sus argollas y pantuflas dispuestos a vender sus baratijas; incluso, cuando se organiza el pueblo, hay una calle a la cual se le da el nombre de Los Turcos, precisamente el apelativo con que se denomina a los árabes en América Latina. Recuerdo con afecto al gran turco Jorge Kafrune y su Samba de mi esperanza, un canto a la libertad de la Argentina dictatorial, militar y asesina, canción que le costó la vida, por apelar a la esperanza y ansia de libertad de un pueblo masacrado por gobiernos cuya existencia me han parecido incomprensibles ante un pueblo al que reconocemos su gran cultura. Pero bueno, volvamos al grano y dejemos este asunto y dolor que la novela me inspira al leerla.

Toda la literatura latinoamericana desde el siglo IX hasta la actualidad respira árabe por alguno de sus poros, un hecho comprensible si se tiene en cuenta que un número importante de ellos son descendientes de árabes que cambiaron su verdadero nombre para escapar de persecuciones o simplemente para cambiar de vida una vez instalados en América. Los árabes, emigraban sin ganas de volver a su país de origen, de tal manera que se integraban totalmente en las sociedades adonde llegaban, pero sin dejar de recurrir a su pasado y a sus tradiciones literarias para heredar a las generaciones futuras. Todo ello lo percibimos en la génesis de la literatura latinoamericana y continúa hasta el día de hoy.

La novela La mentira del escritor y filósofo Mauro Martina no se escapa de la influencia árabe, es una novela rica en aforismos, reflexiones, y reminiscencias del pasado, de las costumbres y tradiciones; la conservación de los nombres en los personajes, sean estos de cualquier nivel socioeconómico o el papel que el autor le asignó a cada uno, todos se enorgullecen de su ascendencia árabe sean producto de su adaptación al español o a la región de donde procede cada uno de ellos.

Lo interesante de la trama de la novela es que aún en el desarrollo del drama que los envuelve, este lo adaptan plenamente a las costumbres, comportamiento y la propia convivencia familiar; el abuelo, hombre sabio dispuesto a dejar un legado más valioso que cualquier valor material o económico:

“—Caminemos, linaje de mi sangre, —dijo el Abuelo —,sentado en la mesa y con un libro en su mano derecha—, él decía que ese texto lo había asistido en todas partes”.

 La condición conductual de su descendencia dentro de los cánones que la religión, la familia y la sociedad comunitaria, además de las relaciones sociales y respeto a las leyes fuera de sus costumbres, pero que son las que rigen la comunidad que les abrió las puertas en la América del sur.

La comunidad hispanoparlante, quienes desde luego, no se escapan de la rica tradición que les dejó la dominación musulmana en la península ibérica adopta una nueva particularidad enriquecida con las comunidades árabes, migrantes de los últimos tiempos.

Nada nos es extraño en el discurso de la novela, no si tomamos en cuenta las costumbres que hemos heredado y que percibimos en el presente a través de la lectura de este documento como es La Mentira. Idiosincrasia y herencia; ficciones, modo de ser, supuestamente española lo vemos con mayor similitud entre la comunidad hispanoamericana y la hispanoárabe asentada en las regiones de América, particularmente en el Cono Sur

 La tierra de grandes escritores como Borges, cuya obra sueña e imagina Las Mil y un Noches a través de sus cuentos; García Márquez y sus gitanos árabes no nada más invadieron su país sino su imaginación, en ese aquelarre de magia que en Cien años de soledad se confabula y donde nos hace sentir parte del encuentro con los Buendía. Vaya, hasta Eva Luna de Isabel Allende no puede prescindir de tan singulares personajes de origen árabe, muy necesarios para darle esa magia, esa predisposición a la cábala y a la nigromancia y, por supuesto, al encanto de inventar un obra capaz de absorber nuestras noches y días ante el temor de llegar al final y no sobrevivir a las circunstancias de abandonar ese mundo imaginario para encontrarnos con la realidad de la vida.

Nadie como la comunidad árabe se supo adaptar; primero el ser dominados por un gran imperio y luego, tras su líder inmortal Mahoma tuvo la fuerza de sus creencias para emprender la dominación del mundo, pero no como un déspota ilustrado, a la manera del Renacimiento, sino como un transmisor de las ciencias y la filosofía, ese conjunto de doctrinas relacionadas con la vida, el universo, la ética, la sociedad y demás cuestiones fundamentales vinculadas al mundo islámico. La tradición islámica actual combina algunos pensamientos del neoplatonismo y del aristotelismo con otros conceptos que fueron insertados mediante el desarrollo del islam.

En La Mentira intuimos los grandes preceptos de los filósofos hispanoárabes como Avicena y Averroes, quienes precisaron algunas interpretaciones de Aristóteles después absorbidas por los intelectuales judíos y cristianos. Tal como su influencia en nuestro lenguaje con más del 8% de palabras de tal origen, cuyo más de 900 palabras raíces derivan más de cuatro mil palabras de nuestro vocabulario.

 De esa manera las costumbres tan arraigadas de la vida y su unidad familiar, costumbres, leyes no escritas, forman parte de nuestra cotidianidad; una gran variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje lo encontramos en la filosofía en su «ciencia racional». Y según esta definición, la palabra falsafah hace referencia al conjunto de saberes tales como: teología, política, matemáticas, moralidad y física.

Todo lo podemos sentir, intuir, descubrir en el discurso de los personajes, en los sucesos, los problemas que viven y cómo los resuelven, dejando una estela de sabiduría de esa gran tradición hispanoárabe que hoy revive el maestro Mauro Martina a través de su novela La mentira.

¡Disfrútenla!

 

martes, 15 de septiembre de 2020

Literatura fronteriza o Literatura de la violencia

 

Literatura fronteriza o Literatura de la violencia

 

Por Guillermo Beltrán Villanueva

 

a) Antecedentes

En los estudios de la Literatura contemporánea mexicana particularmente en el posmodernismo se hace énfasis en la Literatura de la violencia en la frontera norte, como la Narcoliteratura, tema principal en donde se abunda y apropia de la literatura fronteriza.

Existen innumerables textos que han construido una literatura fronteriza, una poética basada en relatos, poemarios, novelas y estudios sobre las artes, las tradiciones, su historia, su vida social y cultural, su estructura, géneros y temas con influencias de diversas corrientes literarias, más su entorno citadino y fronterizo le dan una identidad distinta a la violencia donde la encasillan las instituciones del centro del país.

Obras diversas de los propios autores mencionados dentro de la narcoviolencia y otros más de gran calidad son muestra de una literatura que va a la vanguardia de la poesía, de la narrativa contemporánea posmoderna, creando a su vez,  una novelística distinta, representativa del tiempo y espacio; de su estética y diversidad, de un mundo de narradores y protagonistas y por medio del ensayo nos ofrecen una visión crítica, profunda, de la producción literaria fronteriza, nacional e internacional.

 

b) fuentes de ideas

1.1. “Narrativa de la violencia en el siglo XXI

“Como si fuera un mundo aparte, el norte del país y su literatura actual está poco trabajada y conocida. Poco a poco los autores de esta narrativa e incluso poesía, se fueron haciendo presentes del país y fueron conocidos como ‘Los barbaros del norte’”. (Literatura Contemporánea Mexicana. Tema 4).

 

1.2. Narcoliteratura

 “El término narcoliteratura no es quizá el más académico o rigorista, pero

sí el más funcional o por lo menos el más reconocible”. (Oliver, 2012, p.105). “Es imposible huir: el narcotráfico lo avasalla todo y toda escritura sobre el norte es sobre el narcotráfico.” (Oliver, 2012, p.107).

 

1.3. “creadores de la llamada Literatura del Norte de México

“…nombrada en ocasiones como “Literatura de la Frontera”. Entre los representantes de esta literatura contamos a los narradores Elmer Mendoza (Sinaloa), Eduardo Antonio Parra (Nuevo León), David Toscana (Nuevo León) y a Luis Humberto Crosthwaite”. (Baja California) (Villa, 2010, p. 6).

 

1.4. “La poesía mexicana en la frontera norte

 “se caracteriza en los últimos años por la descentralización de algunas prácticas literarias que tienen que ver con el conflicto producido en la frontera de México-EUA”. (Pardo, 2020,  p. 99).

 

1.5. Literatura de la frontera norte, La Narrativa de la violencia.

Separo ambos, pues la primera incluye una alta gama de obras poéticas que encajan en todas las corrientes literarias en épocas distintas a las que se generaron, igual las novelas, los cuentos, y ensayos con estudios socio políticos, biculturales y de psicología social. La segunda clasificación, la Narrativa de la violencia en donde se reúnen novelas sobre contrabando y peleas callejeras.

 

c) Perspectivas desde donde se estudia el fenómeno literario

La frontera norte, más bien la región transfronteriza, o posfronteriza desde el lado que se le mire, es una región que reúne la cultura americana del sur de California y la cultura de la frontera norte de Baja California. La debemos estudiar desde una perspectiva psicosocial y en lo literario, apartada de las ideas centralistas del país una perspectiva literaria particular para reconocer nuestras propias obras resultado de la posibilidad de existir con identidad propia, no extraña ni como parte de, a las que las instituciones se empeñan en delimitar.

No podemos etiquetarnos como la literatura de una región, el noroeste del país como parte de un todo, una literatura mexicana que solamente difiere porque su producción es en el norte del país o por ser los autores oriundos de la frontera.

A partir de la idea principal en cuanto a que nos referimos a La literatura de la frontera Norte de México aquella que se gestó desde sus inicios como un referente, la “Historia de la Antigua o Baja California” de Francisco Javier Clavijero Echegaray hasta la Narrativa del Desierto, la Literatura del Norte de México, la Literatura de la Frontera”, , donde supuestamente coincidimos lengua, costumbres, tradiciones, modos, corrientes literarias y arraigo en ellas sin justificar acertadamente que formamos parte de una literatura nacional específica de la parte septentrional de la nación.

Pero, no es así. La Literatura transfronteriza no se expresa en una sola lengua, un idioma incluso usa jergas y modismos, ni se diga costumbres, tradiciones y alguna corriente literaria decadente a pesar de los intentos por imponerlas. El pochismo americano y el Spanglish de los vendedores de La Revolución, curiosidades y enseñas patrias made in china ofrecida por las etnias mexicanas, los charros gringos cantando Guadalajara a la usanza de Elvis Presley, o el Jazz y baladas en inglés del “mexican” trovador.

La convivencia mutua de ambos pueblo fronterizos de todas las clases sociales en donde se conjugan tradiciones y conmemoraciones, algunas de las cuales se pervierten como el considerar el 5 de mayo como la Independencia de México en el sur de California y conmemorar con entusiasmo el Halloween americano y el Día de Gracias en Tijuana. En todo ello se conjuga parte del lenguaje, estilo, temas y tramas de la literatura de la región de Tijuana-San Diego= Ti San Dìe= Tisandìe= (con acento grave en la “ì” como se pronuncia en esa región) no como un espacio fronterizo sino un espacio que es la frontera misma. Esto nos da una perspectiva socio lingüística para analizar el tema.

¿Cuándo en nuestra literatura?, “¿…podríamos asegurar que el norte de México “existe” literariamente debido a la presencia y valoración de estas narrativas?” (Villa, 2010, p. 6).

 

d) Problema de investigación

La literatura de la violencia Vs. La Poética de Francisco Morales, Silvia González Tejeda, Diana Ríos Ramírez y Ana Karina Balderrábano en la Literatura fronteriza de 2015 a 2020.

 

e) ¿Es la producción literaria de la Frontera Norte apología de la violencia en la actualidad?

 

Justificación

Como habitante de la frontera norte considero que son muchos los factores que han influido y llevado a crear una Narrativa de la violencia desde tiempo inmemorial y que ha existido a partir del establecimiento de las misiones; una violencia que desde el centro del país se ha gestado cuando nos atrevimos a habitar estas regiones inhóspitas y alejadas. Menospreciados por aprehender una cultura bilingüe, generar un comercio internacional para subsistir, fuerza motriz de nuestra sociedad fronteriza; violentados por policías, políticos, connacionales, la clase gobernante y empresarial, mucho antes que aumentara el tráfico de drogas y trabajadores ilegales hacia Estados Unidos y de cómo actualmente la consideran las instituciones culturales y estudiosos de la literatura nacional.

La Literatura fronteriza y su intento por escapar de un submundo literario se extendió por toda su geografía literaria, subterránea, contestataria, antagonista, inmersa en la contracultura que brota de la necesidad de recrear lo que verdaderamente se vive y se desarrolla en el arte, la música, la poética y la narrativa.

 

 

Objetivo general

Demostrar cómo en la literatura regional fronteriza el lenguaje natural se fue separando del lenguaje académico, los fanzines, panfletos, los artículos y opiniones universitarias de los estudiantes que se atrevieron a escribir en la revista Sin Límites, donde inicia su ya larga trayectoria escritores de la talla de Heriberto Yépez, Marvin Durán, Roberto Partida, Charlynne Curiel, Laura Jáuregui, así como la ensayista  Elizabeth Villa que nos ofrecen la otra cara de la literatura fronteriza, la vista como amor profundo a la tierra, a nuestro tiempo,  con una capacidad de análisis que define nuestra frontera como crisol de grandes creadores. Todos ellos obligados a escribir una narrativa dentro del realismo donde transcurre su existencia y que les exige otro lenguaje, otra manera de decir las cosas, otro vocabulario que muestre el entorno, las vicisitudes, las emociones, los gustos, de una sociedad diferente al imaginario oficial.

 

Objetivo particular 1

A partir de esta pléyade de los escritores mencionados, cómo han influido para que surjan nuevos representantes y constituyan una literatura propia, cuyo entorno poético le permita crear nuevos discursos, estilos y una corriente literaria fuera de voces antiguas y desgastadas.

El lenguaje se ve tentado a expresar fielmente el habla cotidiana, la jerga, los sonidos y a otras representaciones como el  corporal y anímico, las imágenes, nuevas metáforas, mezclando elementos de las nuevas tecnologías de la comunicación como el cine, la televisión, la radio, el altavoz, el pensamiento; el discurso de los sueños, el sueño dentro del sueño, el habla dentro del habla o los espacios imaginados, el celular inteligente, el internet, el chat, el WhatsApp, Messenger, los emoticones y la diversidad de narradores  que se mezclan con los personajes.

 

 

Objetivo particular 2

Desarrollar un análisis de las obras “Conjuro” de Silvia González Tejeda,  “La desalmada palabra” de Francisco Morales,  “Dados Invisibles” de Diana Ríos Ramírez, “Memoria de octubre” de Ana Karina Balderrábano, obras y objeto de estudio de este anteproyecto, con la intención de profundizar en lo que nos motiva y en la valiosa aportación de estos autores a la literatura Fronteriza.

Cómo los escritores fronterizos se expresan con nuevas adjetivaciones de sus obras, cobijadas por las presentes generaciones de escritores donde mezclan elementos de diversos géneros como propuestas que unos evolucionan y otros, abandonan.

Demostrar cómo esta nueva literatura, nacida de las tradiciones literarias, pero adecuada a la realidad que propone una manera distinta de ser narrada, lo entienden los nuevos narradores y deciden hurgar en sus propias experiencias, lenguaje, discurso,  época que viven, se alejan de la idealidad del modernismo, de la épica y los personajes míticos que tratan de representar la esencia del ser más ideal que real; del Crack, Los Beats, La Onda.

Pero sobre todo le apuestan al amor como tema general en sus propuestas, de esa manera,  surgen inconmensurables obras poéticas que nada tienen que ver con la violencia, sino con una existencia tranquila, de reflexión y de apego a la vida, no lejos de las vicisitudes del amor, el desencuentro,  la resignación y el encumbramiento de una filosofía de paz y meditación con la propia naturaleza de la que formamos parte en la dicotomía existencial.

Referencias

Michael, Joachim. (Sept-dic. 2013). Narcoviolencia y literatura en México. Sociologías , 15, núm. 34 , 44-75.

Josefina Elizabeth Villa Pérez. (2010). “La frontera norte de México como modelización de mundo en ‘Estrella de la calle sexta’ de Luis Humberto Crosthwaite”. . 14 de septiembre de 2020, de Academia.edu Sitio web: https://uabc.academia.edu/ElizabethVilla.

Rafael Lemus. (septiembre (2005). Balas de salva notas sobre El narco y la narrativa mexicana. Letras libres, X, pp. 39-42.12 de septiembre de 2020.

Christopher Domínguez Michael. ( 31 agosto 2009). El imperio de la neomemoria y Al otro lado, de Heriberto Yépez. 13 de septiembre de 2020, de Letras libres Sitio web: https://www.letraslibres.com/

Felipe Oliver. (2012). “Narconovela” mexicana. ¿Moda o subgénero literario? 11 de septiembre 2020, de “Narconovela” mexicana. ¿Moda o subgénero literario? Sitio web: file:///C:/Users/guibe/OneDrive/IEU/Clase%203%20Narrativa%20Mexicana%20Contempor%C3%A1nea/Subg%C3%A9nero.Narco.pdf

Felipe Oliver. (2012). “Narconovela” mexicana. ¿Moda o subgénero literario? 11 de septiembre 2020, de “Narconovela” mexicana. ¿Moda o subgénero literario? Sitio web: file:///C:/Users/guibe/OneDrive/IEU/Clase%203%20Narrativa%20Mexicana%20Contempor%C3%A1nea/Subg%C3%A9nero.Narco.pdf

Michael, Joachim. (Sept-dic. 2013). Narcoviolencia y literatura en México. Sociologías , 15, núm. 34 , 44-75.

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Christopher Domínguez Michael. ( 31 agosto 2009). El imperio de la neomemoria y Al otro lado, de Heriberto Yépez. 13 de septiembre de 2020, de Letras libres Sitio web: https://www.letraslibres.com/

Diana Ríos Ramírez. (2019). Dados invisibles. Tijuana, México: Ediciones alternas.

Francisco Morales. (2015). La desalmada palabra. México. Editorial Artificios.

Ana Karina V. Balderrábano. ( 2008 ). Palabras de mi piel. Glíglico Ediciones: Tijuana, México.

Ana Karina Balderrábano. (2018). Memoria de octubre. Tijuana, México: Eterno Femenino Ediciones.

Silvia González Tejeda. (2015). Conjuro. Tijuana, México: Nódulo editores.

 

Aroma de presagios Prólogo de Rafael Z Flores

 

Prólogo

 Rafael Z Flores

 


Aunque no soy un prologuista avezado, mi buen amigo Guillermo Beltrán Villanueva, insiste en hacerme pasar la prueba. Hoy no es la excepción y me ha pedido leer su proyecto “Aroma de Presagios”; ha sido la prueba más

difícil que se me ha encargado en estos menesteres, ya que no debo hacer más allá de una invitación y advertencia sucinta al contenido y alcances del tema a prologar, para esta obra en particular; tal encomienda me es especialmente un reto.  En breve, a manera de prólogo, ustedes sabrán por qué. 

          Guillermo, el autor, es un escritor que, seguramente su pasión por las letras, lo llevan a escribir, aún dormido. No es de entenderse el sobrehumano esfuerzo que él hace, para verter en cada obra, todos sus dones literarios que tiene consigo, con una necesidad de expresarlo todo, que lo lleva a explorar nuevos y magníficos formas de comunicar sus infinitas inquietudes. 

 “Aroma s de Presagios” no es el final ni la última obra cumbre de este prolífico escritor, pues seguramente seguiremos leyendo muchos otros trabajos,  de igual o mejor calidad. 

 Éste, que ya rebasa los límites inimaginables en continente y contenido, en un texto extraordinario, mi apreciado lector. Si acaso es su primer encuentro con el autor, espero que esté usted preparado para descubrir una obra literaria vanguardista de un fenómeno llamado: Guillermo Beltrán Villanueva. 

 De los beneficios del sentido del oído, los músicos y cantantes nos brindan su arte en sinfonías y cantos extraordinarios,  que excitan y arrullan nuestra vida; de la vista, los pintores, muralista, paisajistas y arquitectos, nos embelesan con sus trazos, colores en formas y volúmenes a percibirse por los ojos; del tacto, la artesanía, nos brinda el producto de las artes manuales y llenan nuestra vida de benéficos, en bienes y productos, haciendo placentero nuestro vivir, pues nos regalan telas, adornos, utensilios y mil objetos que en sus tersuras alimentan nuestro espíritu del gusto, somos esclavos de la suculencia diaria gastronómica y en cada plato de mesa encontramos el arte culinario que hace del placer de alimentarse uno de los mayores dones del gusto de ser, por el comer. 

 Y aquello que pareciera terminado para el quinto sentido, el del olfato, con los perfumes extraídos de las flores, este libro: “Aromas de Presagios”, nos descubre un nuevo arte, para gozar y entender, por la interpretación poli sensorial, el nuevo mundo de los aromas extraídos de un proceso increíble que de diario vivimos, pero que quizá a muchos nos ha pasado desapercibido prácticamente del todo. Sí, el del olfato y la vinculación que nos da con el mundo, Guillermo nos muestra el arte de comprender y disfrutar de los aromas... 

 De manera muy “como si nada” se nos trasporta al tren de la vida, en aquella su cotidianidad, que todos tomamos, y apenas percibimos, pero que en mucho no lo entendemos como un fenómeno de interacción altamente psico-social y tremendamente modificatorio de nuestra existencia, no por el sólo hecho de oler, sino por lo multiplicidad de reacciones psicosomáticas que se derivan. 

 Guillermo, haciendo gala de formas novedosas y en mucho osadas, sin que nos dé gran oportunidad de comprenderlo, pero sí, de disfrutarlo; así como de sutil es un aroma, nos va llevando en una especie de “multitexto” en el que intercala su prosa libre, en una narrativa dual. Es decir: leeremos dos historias en paralelo: un viaje al norte transnacional fronterizo, en el vínculo transcultural de “Las Californias” y otro al sur,   transpeninsular. Pero, sobre todo, diría yo, un viaje “Trans-Cerebral”, si se me permite el término. Esto es, haciendo gala de su bella narrativa, nos llena de todo tipo de percepciones sensitivas, por medio de describir la reacción olfativa y nos advierte de cuanto pasa en ese fenómeno de la interacción psicosocial, que aparentemente nos es ajena, pero que por necesidad nos modifica. Sea usted, mi querido lector, bienvenido al mundo siempre nuevo, de Guillermo Beltrán Villanueva.

Ensayo sobre la novela Aroma de Presagios

 

 

Guillermo Beltrán Villanueva, autor

 

Aroma de presagios

Esta novela representa la búsqueda permanente de la felicidad del ser humano, a través de la observación, la reflexión y los sentidos; particularmente, del sentido del olfato: Bálsamo de ausencias, Esencia de olvidos, Humor silencioso, Petricor, Almizcle de albatros, Perfume de melancolía, Olor de su presencia, Exhalación del alma, Vaho de mar, Hálito de esperanza, Incensario virtual…

Aromancia de encuentros… inmersos en un suave Aroma de presagios. en una extraña significación ambigua y disímbola del hombre nómada sedentario.

En el trayecto de su vida, los aromas identifican cada estadio emocional y racional, cada olor o hedor escudriña al subconsciente, al conocimiento subliminal que rige nuestras vidas para guiarlo inconscientemente hacia la realidad. Es nuestra historia, tuya y mía; viajero itinerante, trashumante por su propia existencia. 

Cada uno de esas aromas, esencias o perfumes sustrae del subconsciente un Moméntum que guía nuestras vidas. El olor nauseabundo de un vendedor, un pedigüeño o un transeúnte de nuestra fila de espera, el perfume de una flor nos transporta al olor del cuello del ser amado; el guiso picante que hiere los cilios olfatorios y toca a la puerta de nuestra memoria; el aroma de la canela en las gorditas de nata se mezcla con los recuerdos infantiles de la miel de piloncillo sobre los buñuelos crujientes elaborados por Mamá; el humor de los amantes y la trasgresión amatoria en la búsqueda del yo, nos remonta sin querer a escribir la profecía que guiará nuestro proceder.

Todo eso nos obliga a trashumar, inquirir, buscar y sin querer nos lleva a sedentar perentoriamente nuestra nomadía, para convertirnos en viajeros estacionarios, sedentarios chichimecas;  migrantes.

¿Migrantes? Para los fronterizos del norte de México, el vocablo se refiere a un sinnúmero de personas, el término trasciende para identificar a los emigrados, visitantes, indocumentados, trabajadores temporales, braceros, campesinos y, todos aquellos que, habiendo nacido en el centro y sur del país o desde Centro y Sudamérica, se han mudado al norte, a la frontera con Estados Unidos, un área próspera de México pocas veces comprendida por las administraciones gubernamentales para rescatar y enaltecer los valores culturales resultantes de la interacción humana, comercial, social y creativa.  

Generalmente el término migrante se refiere al individuo indocumentado en el extranjero, que ha sido deportado por no contar con permiso para permanecer en países como Estados Unidos y, que al llegar a Tijuana la falta de servicios sociales o alguna dependencia que se haga cargo de ellos,  deambulan por las calles en busca de oportunidades.

Migrantes, todos somos Migrantes, puesto que vinimos de otras ciudades, regiones o países en busca de oportunidades de vida para sí mismo y para nuestras familias. De esa manera, alguna vez arribamos a esta región sur de Tisandìe, sí: Tijuana San Diego, con decisión y espíritu de lucha y ante el reto que ello conlleva, la comarca nos dio oportunidad de salir adelante.

Muchos de nosotros aprovechamos la vecindad con el país limítrofe, familiarizados con las costumbres,  la cultura y las modas, así como la comunicación bilingüe, para intentar emigrar legal o ilegalmente a los Estados Unidos. 

En ese esquema es fácil mantener una relación muy íntima entre ciudades vecinas como las existentes en la región Tijuana y San Diego, Ti San Dìe (Acento grave en la “ì”). Circunstancia que nos permite interactuar familiarmente a nivel social, cultural, político y laboral. Es común, coincidir en eventos relacionados en las ciudades circunvecinas, hecho que nos mantiene unidos y en constante interacción.

La línea divisoria y sus respectivas aduanas, la frontera misma es una región que obliga a una convivencia e interactividad permanentes,  ya sea como cliente, pasajero, vendedor, trabajador, empresario, investigador, activista de los derechos humanos, prestador de servicios o simplemente migrante.

Las anécdotas e historias diarias, muchas de ellas consignadas en la memoria colectiva o modificadas en el imaginario popular, son recordadas o soterradas en la liviandad o en los hechos heroicos, que, de alguna manera, les dan cuerpo a las leyendas urbanas, sin más mérito que la intención literaria.

Escribir al borde de la línea  no es ajeno al quehacer fabuloso, basado en sucesos verdaderos que llegaron a nuestros oídos por terceros o por narradores de otras regiones, mezclados sus relatos  arbitrariamente por el autor sin más afán que la escritura de ficción,  apegada a la realidad de ser fronterizos y  que de alguna manera, esa virtud  nos involucra dentro de  una sociedad pujante y decidida, y que nos revela en mucho nuestro  amor a la tierra, a  los valores y tradiciones y, todo aquello, que nos da  identidad como  migrantes sedentarios.

Al hojear los relatos escritos bordeando la línea para integrarlos a la novela Aroma de Presagios, me hacían recapacitar en cada evento que me tocó observar en esa tierra de nadie, llena de vendedores, pedigüeños, policías, trashumantes, indígenas,  agentes aduanales, prestadores de servicios, vendedores de seguros, y comidas, voceadores de periódicos, revistas y libros como don Eduardo Ayala y como Pepe Nacho, conocido como el Tello, el vendedor de periódicos conocido como el Manito, entre otros.

Mientras cruzaba veía al transeúnte y viajero a los Estados Unidos comprar desde tortas, tamales, sodas,  hielitos, bolis de rompope, alfarería, banderitas mexicanas y trajes tradicionales made in China, tostilocos, vasitos de elote con queso Cotija, mangoneadas, café gourmet y americano, empanadas rellenas de comida, coyotas de Sonora, Tortillas de harina, docenas de 9 piezas de mini pan dulce, figuras de yeso y piñatas, en esa fiesta de colores. 

 Donde es común observar a migrantes intentando regresar a los Estados Unidos, país del cual fueron expulsados; restaurantes o torterías en cuya clientela conviven polleros, aspirantes sin papeles, policías, agentes de migración, guardias Betas y uno que otro mandadero quienes vienen a comprar tacos, tortas y burritos para los agentes de migración americanos.

En el personaje de esta novela, cada uno de los olores llevados al cerebro tienta a la razón y al recuerdo, a la posibilidad de intentarlo de nuevo, de forjar un final distinto de nuestra existencia, donde nuestro afán volitivo cincelare un nuevo rumbo, una nueva profecía que trasgreda a la esperanza, para hacerla realidad.  

Historias compartidas, recuerdos, comentarios, cuestionamientos, ideas y propuestas que hacían más ameno el trayecto hasta el cruce fronterizo.

Los olores, los recuerdos, el incidir con los perfumes y los sucesos subterráneos, incisivos, pero profundamente decisivos en nuestro actuar, en nuestra capacidad de respuesta para forjar el camino; todo ese conjunto de sensaciones que al percibirlas conforman cada estrofa o párrafo un todo, una Aroma de Presagios.

 

martes, 8 de septiembre de 2020

Ciudad desolada Tisandìe Capítulo 18

 

Capítulo 18

“Cuando la amistad se destruye la personalidad del ahora antagonista muestra su verdadera esencia de ser, tal como ha sido siempre en el anonimato de su lóbrega mente”.

Narradora testigo

 

Didascalos (dramatis personae)

 El negro es un color elegante, pero igual de elegante suele ser oscuro, o igual oscuro puede ser demonio. Tiene las dos vértices, endemoniado y elegante. Pero aquí se concentraba en el pensamiento, lo negro de su pensamiento, se quedaba algunas veces irónico, otras contento, otras enfadado, pero nunca se sabía de qué o porque. Era oscura su alma, el personaje de la mano retorcida, donde su vida siempre ha tenido el teatro dentro de su cabeza, su cabello son pocos, pero  aún le quedan,  trata de aumentarlos con gel para verse interesante, luce burdo como su puerta que no tiene perilla, que se quedó sin broche, que ya no cierra y queda abierta con el miedo de que alguien entre a su cuerpo a arrebatarle su seguridad que anida dentro de su cuarto. La computadora igual de negra, la voz danza dentro de su boca, arrebatada con palabras pensantes.

La otra dirección entra en razón y sus palabras son suaves, sale el intelecto, de eso nadie tiene dudas, (el intelecto mal usado pero  lo tiene).  Al fin está ahí en su cueva donde se siente seguro, ahí nadie lo alcanza y habla solo; se acuesta en su sillón; escucha música metálica tan fuerte que apaga los sonidos citadinos. Por dentro el ritmo le lleva a sus delirios de amo donde se proyecta (inadaptado), así él crea su personaje cada día, no le importa lo que pasará al día siguiente para él existe solo el día de hoy.

 

lunes, 7 de septiembre de 2020

Ciudad desolada Tisandìe. Capítulo 18 ter

 

 

Capítulo 18 ter

 

Didascalos

—Lo consume la ciudad como dragón entre cenizas. Poco a poco aparece entre los escombros y asoma su cabeza negra y sus ojos se abren como luces en la oscuridad.

Por el trauma que le dejaron el sadomasoquismo de sus padres.

 

 

 

Ciudad desolada Tisandìe. Capítulo 19. Pablo Guillén

 

 

Capítulo 19

Prefacio

Pablo Guillén

Ciudad desolada. Cap. 3 ter. Veo la proyección del ego, del yo  interno, preso por el inmenso universo focalizado en la ciudad de entes vivientes parecidos al narrador de una historia paralela o paralelas, si achicamos la lupa, vemos una habitación donde el órgano vital no es el corazón, ni el cerebro, es el dios  creador de todo lo vivo, la expansión del espacio tridimensional del puño apretado, de los dedos utilizados de ariete. los tiempos del despertar temprano, de otear donde el binomio pueda liarse en fingida lucha de lamentos, de ataques respiratorios, del colocamiento inocuo defensivo. tiempo aquel en derredor del ficticio sistema  solar de la clara conciencia expansiva del niño-hombre conquistador de emociones y quebrantos del dúo vital  declamando DESIDERATA. El recordatorio de los que le dieron vida asoma acusatorio no atentar al desperdicio creador de la existencia. Aunque indague orificios, resquicios, aberturas, grietas en el espacio nuclear en que se ha dado la propiedad, la potestad, da cumplimiento el mandamiento, precepto de perpetuar la especie. Se siente culpable por la carga emocional y sicológica de hurtar lo que no le fue dado por la sabia  naturaleza. Se acuerda ahora el hombre-joven porque así se lo indicó el instinto primario gozar mutuos el ser que yace y el ente dominante del espacio-tiempo gozar mutuos el toque suave de las copas de licor el cual el morbo, el éxtasis y los sentidos son el desenlace orgásmico. si el protagonista de la historia busca descubrir quien lo espía.

 

(Deje  de buscar en  lugares equivocados, incorpórese y vaya a la pared donde se haya incrustado el espejo, se dará cuenta del espía furtivo).

Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio

  Arte, Folclore, Cultura y Patrimonio Introducción. El arte es una característica claramente humana pues somos nosotros quienes le dam...